En todos los niveles, los valores de los
lácteos siguen inquietando a los mercados.
Por Elida Thiery – De mayor a menor, los
valores de los lácteos y de la materia prima se encaminan a terminar el año de
manera compleja.
Este martes, como cada 15 días, la subasta
electrónica de Fonterra arrojó nuevos resultados negativos para los
lácteos, a modo de referencia
internacional.
La baja general del 0,4 por ciento para el
Global Dairy Trade fue el tercer recorte consecutivo, pero a la vez el séptimo
en ocho remates.
Mientras los analistas
sostienen que para octubre habrá una mayor demanda, al momento los valores no
remontan, aunque se haya vendido hoy más
(39.689 toneladas respecto a las 34.410 de hace dos semanas) y prueba de
eso es el comportamiento de la Leche Entera en Polvo que bajó 0,8 por ciento, logrando sostenerse sobre el piso de los
tres mil dólares con 3.076 unidades de la moneda por tonelada.
Sin ofertas para el suero de leche dulce, la
manteca no tuvo cambios (4.029 dólares), la caseína subió 4,6% (6.632), la
leche descremada en polvo se valorizó 0,7 por ciento (2.500 dólares) y la
manteca en polvo trepó 3,4 puntos (2.476). Lo que también bajó fue el queso
cheddar (-0,8%; 3.827); la grasa anhídrida de leche (-1,5; 4.988); y la lactosa
(0,9%; 729 dólares por tonelada).
Una tendencia global que no es casual tiene
en nuestro país consecuencias más complejas adobadas por la crisis política y
económica.
Cuando la inflación empezó a recortar, el
precio al tambero se frenó. Son muchos los productores que ya saben que
seguirán cobrando lo mismo que el mes pasado y el anterior, por lo tanto en
septiembre y con los incrementos de la producción en esta hoja del calendario, se
seguirá pagando por parte de la industria el mismo precio que por la leche de
junio, con escasos ajustes en alza. Si se añade esto a la inflación disparada
de agosto que podría rondar 4,5 por ciento, los productores vuelven a
debilitarse.
Lo decíamos cuando pasaban meses de 50 o cien
centavos de mejora, había que hacer contratos o al menos mejorar la posición en
la negociación. Si no la aprovecharon esa fue una oportunidad perdida. Vendrá
la primavera, con buen clima y la materia prima volverá a ganar la pulseada a
la demanda, poniendo freno definitivo a la ilusión de una lechería cómoda.
A esto se suma el sube y baja de los precios
de los lácteos en las heladeras y góndolas, donde el mismo producto y en el
mismo punto de venta puede tener en tres semanas diferentes los siguientes
valores y en plena cuenca lechera central. Un litro de leche UAT en tetra pack,
pasó de 52, a 64 y a 49 pesos consecutivamente. Una cosa es la crisis, la
demanda y el mercado internacional con sus valores, pero otra es la jugada de
la comercialización que sigue jugando a gusto con el bolsillo de los
consumidores.
Por lo tanto el productor deberá aprender a
negociar, incluso en estos meses en los que vendrá un mayor caudal de materia
prima y del mismo modo, el consumidor tendrá que seguir seleccionando sus
compras, haciendo de cada “bip” en la caja una lección de peso para quienes
ofrecen los productos según el ánimo de la jornada.
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