Atilra apunta a duplicar el aporte solidario por salud

Más allá del porcentaje remunerativo de la suba del 62,5 por ciento de la paritaria, el debate que motiva la paralización de toda la industria tiene otra raíz.

Por Elida Thiery (Agrofy News) - Desde el primer minuto de este viernes el paro convocado por la Asociación de Trabajadores Lecheros de la Industria Láctea de la República Argentina se cumple por completo. En todas las plantas que procesan leche del país y que tienen empleados vinculados a la gremial se dispuso una paralización completa, que terminó extendiéndose a sectores administrativos  no incluidos entre los agremiados.
Este jueves se anunciaba la medida de fuerza que se extenderá durante el fin de semana. Hoy serán 24 horas de paro, "sin guardias, las que estarán a cargo del empleador", según se indicaba en el comunicado de Atilra, que tiene dos variables contradictorias, ya que recién la actividad se retomará entrada la madrugada en las plantas, cuando ingresen los turnos correspondientes, que en muchos casos rondaría las 4 de la mañana.
Además, con la instalación de trabajadores frente a las plantas, munidos de refugios y víveres para el transcurso de la jornada, no se permite el movimiento de camiones para la descarga de materia prima y por lo tanto el paro toma otro color.
Por este motivo, cerca de este mediodía Atilra emitió un comunicado en el que ataja esta situación y aclara  que “no está en el ánimo de los trabajadores” complicar el funcionamiento de las plantas y “como excepción permitiremos que en esos sectores de recepción de la materia prima puedan ser accionados solamente por personal de dirección de las empresas”. Con una redacción confusa se advierte que el conflicto puede extenderse y que “el sector empresario pretende presionarnos e intimidarnos con fuerzas policiales, escribanos, etc., se equivoca, no nos conoce”.
Hubo empresas que denunciaron la imposibilidad de circulación en las empresas y ahora esta habilitación de actividades demuestra el nivel de extorsión de la gremial sobre las firmas, e incluso la comodidad para ordenar el funcionamiento de las mismas.
Al momento continúa dispuesto para el fin de semana, durante sábado y domingo que "se deberá trabajar exclusivamente la jornada semanal tal cual lo establece el Convenio Colectivo de la actividad, abteniéndose de trabajar el franco, como así también en dicho período se deberán realizar horas extra". Esto por lo tanto, reactivará en parte a las plantas y demorará más aún la descarga de leche cruda.

Los afectados

Mientras a muchos tambos no se les retiró la leche esta mañana y se colman los restringidos equipos de frío, son los productores los que esperan un destrabe inmediato del conflicto. Paralelamente se congela la definición del precio por litro para la materia prima entregada en noviembre y se tensa aún más la situación de la cadena.
Por otra parte están los transportistas, esos que hoy no trabajaron, pero también los que pasaron por los tambos, viajaron y ahora esperan en las playas de las industrias, o en sus proximidades para poder descargar, volver a su casa y seguir trabajando. Sin pagos por la demora, los que desde las primeras horas del día salieron con su camión deberán esperar hasta la madrugada de mañana para poder terminar el día de trabajo.
Cuando hay un alimento perecedero en el medio de un conflicto, la consideración debe ser diferente y debe primar la negociación a través del diálogo y no de la fuerza.
Los tiempos políticos y la situación económica hacen su juego.

El objetivo

Por paritarias se han completado más de 18 encuentros, frente al Ministerio de Trabajo de la Nación, por parte del Centro de la Industria Lechera y la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas. A los 25 puntos sellados en julio se suman 30,5 para cubrir la expectativa de inflación anual. Se añaden dos puntos relegados del ritmo inflacionario de 2018 y se adelantan cinco puntos para la paritaria de 2020, sumando 62,5 por ciento en total.
Algunos secretarios generales indican que la medida de fuerza se da por el reclamo de un paso a valores remunerativos al total, pero la clave del conflicto se enfoca en el año próximo.
En julio el gremio consiguió un aporte extraordinario de 8.500 pesos por empleado para destinar a la salud sindical. Ahora se piden cinco mil pesos más con misma función a pagarse en mayo, por trabajador. Para no quedar más con los trabajadores el acuerdo incluiría 15 mil para los trabajadores en dos cuotas.
El conflicto sigue y no se está pensando en el impacto en ganancias para los sindicalizados. En los extras está la clave.
El aporte solidario instaurado en 2009, que llegó a más de tres mil pesos por empleado por mes en tiempos de kirchnerismo, para la salud del gremio, se logró reducir hace dos años a 1.500 pesos por empleado por mes en las empresas grandes y 750 en las pymes.
Lo que quiere Atilra con el advenimiento de una nueva gestión nacional es recuperar dinero en ese terreno. Dicen algunos empresarios que participaron de los encuentros que el sindicato pretende volver a cobrar tres mil pesos por empleado al mes, en todos los tamaños de plantas, para seguir abasteciendo a la Obra Social del Personal de la Industria Lechera, que tiene una mayor concentración de presetacioens en la zona del centro-oeste de Santa Fe.
Además del aporte gremial tradicional, este “solidario” le genera una capitalización mayor al gremio, más prestaciones para los afiliados, pero del mismo modo por aquellos que no usan a Ospil se hace el aporte y de alguna manera hay una multiplicidad de ingresos para sustentar el servicio, que en definitiva no termina siendo para todos.

En todos los gremios el peso del manejo de las obras sociales es fundamental y esta no es la excepción, lo que sí es llamativo es el modo de negociarlo.

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