Lechería en Brasil, entre la sequía y la expansión

La sequía recortó ocho por ciento la producción de leche en el sur de ese país, mientras se consolida nuestro vecino como el quinto productor mundial en el sector.

Por Elida Thiery - El Movimiento de Pequeños Agricultores (AMP) de Brasil emitió una alerta por la situación que atraviesan a causa de la importante sequía que se padece en el estado de Río Grande del Sur que afecta a coberturas de maíz, legumbres, vegetales e incluso en la cría de animales para carne y leche.
“Cada día que pasa sin que el Estado y la Unión adopten las posturas necesarias para proponer alternativas de supervivencia, subsistencia y mantenimiento, especialmente para los campesinos, se avanza a un escenario de desesperación, cada vez más claro donde sufre el pobre, el pequeño, el que está constantemente sujeto al espectro del hambre”, señala Fray Sergio Görgen, líder del AMP, en una publiciación de Sul21.com.br
El Sindilat (Unión de la Industria Láctea en Rio Grande do Sul) emitió una estimación promedio de pérdidas del 8%, que ya representa un volumen de 1 millón de litros de leche que ya no se entregan a la industria. 
La lechería está expuesta, al igual que los demás, a diferencias regionales que apuntan a una situación agravada en ciertas regiones, como en Soledade, por ejemplo, donde según los cálculos de Defensa Civil, hubo 30% de caída en la producción de alimentos. Este municipio, como otros 49, ingresaron en emergencia.
La leche ha experimentado precios bajos desde 2017 debido a las importaciones indiscriminadas abiertas por el ex presidente Michel Temer y que continúa hoy, solo reduciendo el volumen debido al aumento del dólar, según explicó Émerson Capelesso, líder del Movimiento de los Trabajadores sin Tierra (MST) y director de una cooperativa lechera en el municipio de Hulha Negra. 
"El consumo nacional ha caído, el precio para los pequeños productores es muy bajo, todavía existe el problema de las estrictas regulaciones impuestas sin el apoyo adecuado, lo que significó la exclusión de los productores”, citando factores que han estado afectando la producción de leche
Los pequeños agricultores en el sur de Brasil, que se dedican a la producción de ganado vacuno a pequeña escala para su propio consumo y suministro al mercado local, también se están viendo muy afectados.
Los pastos de verano y los pastos nativos se secaron entre noviembre y diciembre, explicó el productor Leandro Noronha de Freitas, de Encruzilhada do Sul, quien forma parte de la coordinación estatal del AMP. Según él, el pasto plantado ha muerto y el pasto nativo todavía no muestra signos de rebrote. "Perdimos el primer ciclo de ingresos, que tradicionalmente beneficia a los pequeños, que es el período anterior a la temporada de vacaciones, cuando los animales ya estaban expuestos a una situación difícil y no ganaron el peso ideal para la faena", dice. 
La producción familiar de carne se ha vuelto prácticamente inviable y los pequeños productores luchan por no perder animales.
El ganado se comió la reserva que el productor generalmente guarda para el invierno y, ahora mirando hacia el futuro cercano, el productor se pregunta qué alimentará a su ganado cuando llegue el frío. 
“También terminaremos perdiendo el segundo ciclo de ingresos, porque el ganado no aumentará de peso dependiendo solo de los pastos nativos, hasta que la posibilidad de plantar maíz para ensilaje se vea comprometida porque ahora corre el riesgo de exponerse a las heladas”.
Mientras que los pequeños productores sufren diariamente los efectos de la sequía prolongada, ocasionalmente ven caer la lluvia en lugares aislados, lo que subyace a la idea de la "sequía verde", ya que da la falsa impresión de recuperación.
El número de municipios en un estado de emergencia aumenta a diario debido a las pérdidas en la agricultura y la ganadería, pero por parte del gobierno, hasta ahora solo se han dado reuniones e intensiones y casi nada sobre medidas prácticas para mitigar las pérdidas de aquellos y aquellos que están con su actividad económica y con su propia subsistencia, amenazada o comprometida.
Una de las consecuencias de esta situación y la falta de acción de los gobiernos es que el precio de la carne seguirá siendo alto y el precio de la leche se elevará al consumidor final, sin ser necesariamente una salida para el productor, lo que empeorará la condición de quienes compran los productos y quienes los producen.


El quinto en el mundo

Según el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística, en la Encuesta Municipal de Ganadería, en 2018, el país produjo casi 34 mil millones de litros de leche cruda, lo que representa el 4% de la producción mundial, quedando así Brasil como el quinto país más lechero, a nivel mundial.
El Estado de Santa Catarina fue responsable del 8,78% de la producción nacional, con casi 3 mil millones de litros de leche.
La leche Catarinense abastece el mercado interno y los estados vecinos. Recientemente comenzó a abastecer al mercado chino con sus derivados (queso, manteca y leche condensada).
Según los datos del IBGE publicados en el Censo Agropecuario 2017, entre 2006 y 2017, la producción de leche en Santa Catarina creció 103%, contra 87% en Paraná y 46.4% en el promedio brasileño. Ese año, el estado había producido 2.988 millones de litros de leche y se había posicionado como el cuarto productor más grande de ese país.
En julio de 2019, el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Abastecimiento (Mapa) de Brasil anunció que China ha permitido la exportación de estos productos lácteos de 24 plantas brasileñas. Dos de ellos son de Santa Catarina: uno de São João do Oeste y otro de Braço do Norte.
Alcanzar estos números solo fue posible gracias al uso de la tecnología y la innovación en sus cadenas de producción, ya sea en la gestión del tambo o las industrias con la automatización de procesos que antes eran manuales.
En la producción lechera, los avances tecnológicos están demostrando ser fundamentales. En el manejo de animales, por ejemplo, en el momento del ordeño, el uso de robots se ha intensificado.
Otro trabajo de solución tecnológica que ha estado impactando el segmento lácteo es el análisis de calidad. Una solución desarrollada en Santa Catarina, por ejemplo, ha atraído cada vez más atención de los involucrados en la cadena de producción de leche, ya que simplifica el proceso de análisis de muestras y abarata sus costos. Se llama Milkspec, un equipo desarrollado por la empresa Bionexus de Chapecó.
El sistema analiza la muestra de leche cruda, investigando su conformidad, composición y estabilidad. Con esto es posible saber si alguna vaca tiene mastitis o si hay alguna desviación nutricional en el rodeo, además de permitir seleccionar muestras con un estándar de calidad más alto.
Según Emiliano Veiga, CEO del desarrollador, lo más destacado del servicio es la entrega de información para la toma rápida de decisiones.
El sistema se usa no solo en la punta, con el productor, sino en toda la cadena de producción de leche. Para el productor rural, el servicio se utiliza para el análisis individual de los animales, identificando quién necesita asistencia especial e inmediata. En la industria, el sistema verifica la calidad de las muestras y certifica que está recibiendo la materia prima de acuerdo con los criterios establecidos. Quien también utiliza esta tecnología es el consultor rural, quien, a través de los resultados presentados por el sistema, logra implementar las correcciones y protocolos necesarios en las plantas de sus clientes.

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