Los
focos ígneos que azotan a Australia desde hace varias semanas y lo seguirán
haciendo por un tiempo más, sobre todo en la Costa Este, están causando un daño
social, económico, ecológico y también de relevancia al sector lechero, en uno
de los principales países productores.
El
fuego después de la sequía ya avanzó en la región este sobre unas seis millones
de hectáreas, arrasando con la vegetación, los rodeos y cobrando ya 24 vidas
humanas en total.
La
situación es de gran afección par la producción lechera, en particular en el
estado de Nueva Gales del Sur, o en el Este de Victoria, en la zona de
Gippsland, desde donde se obtiene un tercio de la producción lechera.
"Todavía no es posible tener una imagen completa de la situación"
sostuvo Phin Ziebell, uno de los analistas de agronegocios perteneciente al
National Australia Bank.
"Cientos,
quizá miles de rodeos se pueden haber perdido. Debemos esperar a tener un
relevamiento total para poder medir el impacto de la devastación".
Australia
es el séptimo productor mundial de leche en cuanto al mercado internacional,
siendo uno de los principales proveedores de los mercados asiáticos en cuanto a
leche fresca, manteca, queso y leche en polvo. La lechería es la cuarta
industria rural en importancia económica, con un movimiento anual de 3,1
billones de dólares.
Ya
se había destacado que antes de los incendios, la producción australiana de
leche mostraba los márgenes más bajos de los últimos 22 años, generando una
crisis en la provisión de materia prima para poder abastecer a los mercados
constantes.
"Las
industrias ya estaban presionadas por la caída en la producción nacional”
remarcó Michael Harvey, analista de Rabobank.
Muchos
tamberos se esfuerzan por seguir alimentado a sus rodeos, para no sólo sostener
la producción, sino para tener el menor impacto posible en la cría de ganado
lechero.
"Muchas
rutas están cortadas y las ayudas a muchos tamberos no pueden llegar” explicó Paul
Mumford, un productor de Won Wron, a 210 kilometres de Melbourne, hacia el
este, durante su tarea como voluntario en la catástrofe que vive la isla.
"El
fuego mató a los terneros más chicos y es porque sabemos que nos llevará muchos
años reponernos a este tipo de pérdida inusual”, dato que fuera tomado por
Scott Morrison, el primer ministro australiano, que remarcó que son más de
cuatro mil animales lecheros los que ya se perdieron por los incendios.
Bega
Cheese, una de las principales industrias australianas explicó que no fueron
afectados de manera directa, pero sí que el fuego está golpeando a sus
proveedores. “Estamos trabajando muy cerca de empleados, tambos y otros
proveedores, para poder seguir procesando y distribuyendo la leche”, explicó el
jefe ejecutivo de la empresa, Paul van Heerwaarden, quien confirmó que la baja
inmediata de la producción ya supera el diez por ciento. La situación se
replica entre los otros grandes de la isla, como Murray Goulburn que pertenece
a la canadiense Saputo y también a las plantas de Fonterra.
En
los supermercados aún no se reportan inconvenientes en la recepción de
productos lácteos. (información de Reuters, traducción Elida Thiery)
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