El Ministerio de Trabajo hizo terciar a la Cooperativa
para reconocer la escala salarial que había propuesto el CIL, pero no Apymel. ¿Se
intenta enfrentar a grandes lácteas y pymes?.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - Al filo del inicio del segundo paro de actividades en
las industrias lácteas de todo el país, el 18 de diciembre se levantaba la
medida de fuerza luego de una extensa reunión en el Ministerio de Trabajo de la
Nación.
Esa noche cargada de tensión, el Centro de la
Industria Lechera acordaba un aumento de 16 por ciento para diciembre, con
carácter no remunerativo, que de todos modos se computaba para el cálculo del
aguinaldo, pasando a ser remunerativo con el inicio de 2020, a lo que se
sumaron 16,5 por ciento también en enero.
Además el pago de un bono de 18 mil pesos, por única
vez y de manera excepcional, en cuotas de cinco mil pesos en enero, cinco en este
febrero, cuatro mil en marzo y cuatro mil en abril, cuando se deberá reabrir la
discusión paritaria.
En tanto, las industrias grandes no descontaron el día
de paro de noviembre.
Sin considerar estos añadidos a través de bonos, la Asociación
de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas había generado un acta complementaria,
donde se formalizaba la aceptación de sumar a los 25 puntos del inicio del año,
el bono de 8.500 pesos pagados al gremio en agosto y los cinco mil pesos que
había dispuesto la administración Macri para los trabajadores, subir 16 por
ciento en diciembre y 16,5 en enero, mes en el que además se abonaron cinco mil
pesos, sin descuentos por ausentismos, siendo en ese momento reconocido que ese
era el mayor esfuerzo posible.
Así ATILRA consiguió recuperar dos puntos de la
inflación de 2018 que estaban pendientes y ganar casi dos por ciento más frente
a la inflación total de 2019.
Subyacía en las negociaciones complejas de noviembre y
diciembre algún motivo político detrás de las presiones gremiales, que ahora
podrían entenderse de otra manera conociendo la forma de homologar el acuerdo
que definió el Ministerio de Producción y Trabajo.
Formalización
Con fecha del 24 de enero la cartera laboral
le da validez al acuerdo, anexo y escalas salariales celebrados entre la Asociación
de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina y el Centro
de la Industria Lechera con conformidad dispuesta por la ley 14.250 en el marco
del convenio colectivo de trabajo número 2/88. Esto sin mención alguna de lo
considerado por Apymel, según la Resolución 2020 - 50 - APN - ST#MT del 17 de enero
de 2020 bajo el número 225 / 20.
Apareció para definir esto SanCor Cooperativas
Unidas Limitada. Según la Resolución, la empresa cooperativa “solicita volver a
formar parte de la representación empresaria en las negociaciones celebradas en
el marco del convenio colectivo de trabajo número 2/88 adhiriendo y ratificando
a dicho efecto el acuerdo salarial antes señalado”.
Si bien en los últimos años el gremio avaló y
criticó casi al mismo tiempo el comportamiento de SanCor respecto de sus
trabajadores, que sigue en un proceso de achicamiento, el acta salarial
reconoce que si bien la empresa “ha tenido una participación activa en el seno
de la representación empleadora a lo largo de los años, siendo que a partir del
acuerdo registrado bajo el Nº 961/17, celebrado en fecha 30 de octubre de 2017,
decide dejar de hacerlo de propia voluntad”.
La abstención de ese momento no convalida de
manera alguna la “pérdida de aptitud representativa en el marco de convenio
colectivo de trabajo”. “En consecuencia, corresponde considerar a la mencionada
empresa como integrante de la representación empleadora en las negociaciones
llevadas a cabo”.
Esta reincorporación de SanCor no está mal,
sino que se presenta a destiempo para lo que sería una suerte de desempate en
el destino de la homologación del nuevo acuerdo salarial.
“La empresa ha ratificado ante la cartera de
estado el acuerdo de autos que a partir de tal acto cobra relevancia lo normado
por el artículo 5° de la Ley 23.546, en cuanto dispone que cuando en el seno de
la representación de una de las partes no hubiera unanimidad prevalecerá la
opinión de la mayoría de los integrantes”.
Una empresa que no negoció la paritaria, que
tiene pagos pendientes, acepta el acuerdo y lo termina definiendo, sin consulta
alguna al resto de las partes intervinientes en el tema, lo cual termina
generando una falta de diferenciación entre grandes y pymes, tal como se había
definido en esa acalorada noche de diciembre.
Fue entonces que oficialmente se modificó la
resolución original 2020 - 50 del 17 de enero de 2020 “homologando el acuerdo,
anexo y escalas salariales allí señaladas con alcance para regir respecto a
todos los trabajadores de la actividad”.
Mario Claudio Bellotti, como secretario de la Secretaría
de Trabajo del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social firma la resolución
que dejó establecido para este mes de enero que el trabajador enmarcado en la
categoría B de CCT, a la que se accede luego de tres meses de ingreso formal a
las empresas, obtenga un básico conformado de 54.927 pesos.
No se discute en esto el derecho de los
trabajadores, ni siquiera la forma de conseguir las mejoras salariales del
gremio, sino que el juego generado por esta gestión del Ministerio para poder
torcer la voluntad general del sector industrial es lo que abre a
cuestionamientos.
Se tomó a una empresa que había definido dos
años atrás no participar más de las negociaciones paritarias y se la reconsidera
de manera forzada, sin tener estos tiempos el peso específico semejante que la
cooperativa ostentara en otras temporadas productivas.
Comentarios