La intención es no tener cuotas ni impuestos para la leche y el resto de los productos derivados, entre el continente y el Reino Unido.
La Asociación Europea de Lechería dice que la industria sectorial consiguió en estos años "una historia de éxito, única" y que la quiere aprovechar cuando el Reino Unido abandone a la Unión Europea.
Ambas partes desarrollaron un marco lácteo basado en la creencia común de que sería perjudicial para los sectores del Reino Unido y la Unión Europea si se genera una salida sin acuerdo, lo cual podría provocar una solución alternativa para mantener al mercado de la leche intacto. Por lo tanto, el único acuerdo aceptable garantizaría la libre circulación de la leche y los productos lácteos entre la Unión Europea y el Reino Unido sin aranceles, de ambas partes.
Si se quitaran las barreras no arancelarias al comercio SPS/TBT tanto como sea posible, los efectos negativos de un período de transición serían ínfimos y además alivianarían los intereses corporativos y económicos, así cómo evitarían la afección al consumo, que podrían derivar de la interrupción de las cadenas de suministro. Lo más relevante es evitar un acuerdo futuro mal administrado, donde los precios en aumento serían la variable fundamental, pegando de lleno en la demanda.
Lo que están pidiendo a la Unión Europea y el Reino Unido es que sostengan aranceles y cuotas cero en el comercio entre ambos bloques, en productos lácteos y los del resto de la cadena. Además se requiere una mayor alineación en las normas para minimizar las fricciones comerciales y mecanismos para garantizar que cualquier divergencia las normas de uso interno.
No debe haber barreras técnicas para el movimiento de productos lácteos. Sin nuevas barreras técnicas para el comercio se reconoce la alineación existente en la legislación alimentaria, permitiendo la divergencia técnica. Una vez que se mantiengan los principios subyacentes y reglas de origen sólidas para proteger el mercado de la Unión Europea y el Reino Unido también se espera que se mantenga toda la protección existente en los productos lácteos, así como la implementación completa el protocolo establecido en el acuerdo de la República de Irlanda, para facilitar el movimiento continuo de productos lácteos a través de la frontera terrestre. El 14 por ciento de los lácteos irlandeses van al resto del Reino Unido, la intención es sostener e incluso multiplicar los negocios, en las islas, pero del mismo modo con el continente.
Un acuerdo es fundamental, dentro y fuera de los que definieron por una ínfima mayoría, dejar el bloque de 27 países, que se iniciara este 31 de enero.
Ambas partes desarrollaron un marco lácteo basado en la creencia común de que sería perjudicial para los sectores del Reino Unido y la Unión Europea si se genera una salida sin acuerdo, lo cual podría provocar una solución alternativa para mantener al mercado de la leche intacto. Por lo tanto, el único acuerdo aceptable garantizaría la libre circulación de la leche y los productos lácteos entre la Unión Europea y el Reino Unido sin aranceles, de ambas partes.
Si se quitaran las barreras no arancelarias al comercio SPS/TBT tanto como sea posible, los efectos negativos de un período de transición serían ínfimos y además alivianarían los intereses corporativos y económicos, así cómo evitarían la afección al consumo, que podrían derivar de la interrupción de las cadenas de suministro. Lo más relevante es evitar un acuerdo futuro mal administrado, donde los precios en aumento serían la variable fundamental, pegando de lleno en la demanda.
Lo que están pidiendo a la Unión Europea y el Reino Unido es que sostengan aranceles y cuotas cero en el comercio entre ambos bloques, en productos lácteos y los del resto de la cadena. Además se requiere una mayor alineación en las normas para minimizar las fricciones comerciales y mecanismos para garantizar que cualquier divergencia las normas de uso interno.
No debe haber barreras técnicas para el movimiento de productos lácteos. Sin nuevas barreras técnicas para el comercio se reconoce la alineación existente en la legislación alimentaria, permitiendo la divergencia técnica. Una vez que se mantiengan los principios subyacentes y reglas de origen sólidas para proteger el mercado de la Unión Europea y el Reino Unido también se espera que se mantenga toda la protección existente en los productos lácteos, así como la implementación completa el protocolo establecido en el acuerdo de la República de Irlanda, para facilitar el movimiento continuo de productos lácteos a través de la frontera terrestre. El 14 por ciento de los lácteos irlandeses van al resto del Reino Unido, la intención es sostener e incluso multiplicar los negocios, en las islas, pero del mismo modo con el continente.
Un acuerdo es fundamental, dentro y fuera de los que definieron por una ínfima mayoría, dejar el bloque de 27 países, que se iniciara este 31 de enero.
Comentarios