La leche de abril viene con freno incluido

La mayoría de los tambos va a recibir el mismo valor que en marzo en los pagos que se hagan este mes.

 


Por Elida Thiery (Agrofy News) - En esta historia eterna del tambo de entregar la leche un mes y esperar a los primeros días del próximo para saber qué número mágico se le concederá por la materia prima, este mayo podría ser el primero de estancamiento en los valores luego de una larga sucesión de recuperación que venía teniendo la producción.

Se puede decir que el impulso de casi un año y medio podría encontrar ahora un cierto freno que se conocerá la semana próxima cuando el tablero de control de la Dirección Nacional de Lechería devele el promedio que se aporta formalmente a partir del Sistema Integrado de Gestión de la Lechería.

La leche de marzo tuvo un promedio de 18,08 pesos por litro de acuerdo a casi 794 millones de litros, con un equivalente a 29 centavos de dólar. Esto representó un alza mayor al 73 por ciento respecto al tercer mes de 2019 y con un incremento que venía parejo de más del uno por ciento respecto a este inmediato febrero.

La secuencia de subas tendrá un freno, ya sabido esto por los tamberos, porque las empresas comenzaron hace algunas semanas a anticipar el caso.

Las grandes siguen marcando el ritmo de los valores y son ellas las que en la mayoría de los casos, salvo acuerdos puntuales con grandes productores o con pooles, mantendrán los pagos por marzo en abril. Esto significa que la mayoría de los tambos que habían superado los 18 pesos se quedarán ahí, casi celebrando el hecho.

Las pymes están más complicadas. Con negocios más puntuales, producciones más acotadas en variedad y cantidad sufrieron desde el inicio del aislamiento el cierre de actividades como bares, restaurantes, las empresas de catering, los hoteles, pero también el movimiento que suponen las escuelas, además de la reducción de ventas ligadas a las pizzerías que se llevan la mayor cantidad de quesos frescos e hilados.

Entonces las pequeñas y medianas harán el esfuerzo por no caerse de los 17 pesos, que es un número que muchas ya están acordando con sus remitentes, para no perder en litros. Si no pueden procesar todo lo que reciben, lo triangularán a las grandes, que demuestran capacidad de proceso y stock. Esto último es algo que muchos lo ven como cuestionable, sin embargo es la oportunidad de subsistir en estos momentos.

Entre el 20 y más del 40 por ciento, las ventas de las pymes se cayeron en este mes y medio de encierro y aún no muestran algún indicio de recuperación, a pesar que la circulación de gente en las calles y la reactivación de algunas tareas comienza de hecho o por decreto.

No sólo por lo que muestra algún sondeo en twitter, sino por lo que cuentan de manera directa los productores y las empresas, la mayoría de los tambos repetirá el precio y así se iniciará algo que se viene previendo desde la FunPel, e incluso a través de un comunicado de Meprolsafe en los últimos días, con mayor aceleración negativa hacia septiembre.

Debe la lechería replantear el camino para llegar a la primavera, donde habrá más leche luego de un verano benévolo con temperaturas que permitieron un mejor desempeño en la producción y reproducción. Tiene la política que hacer su juego a nivel decisorio para poder estimar destinos y cantidades de leche social, espaciado a lo largo de un año donde la demanda de ayudas será extraordinaria. Pero también debe haber una mirada especial sobre el comercio internacional, dañado pero no agotado.

El hecho de no contar con un responsable del área lechera en Agricultura afecta en cualquier tipo de estas ambiciones simples de la cadena. Allí la política se interpuso negativamente y ya son seis los meses de espera para saber quién podría negociar medidas para el sector.

 

En la heladera

 

Para el consumo la leche sigue en alza. Lejos quedó aquella imposición de Precios Cuidados de un litro en sachet de 42,46 pesos. En la mayor parte del país el que puede comprar una leche fresca a partir de 47 pesos se debe sentir afortunado, mientras que los tetra oscilan ocasionalmente en los acuerdos comerciales que los pueden tener por debajo de los 50 pesos, pero también hasta los 66 pesos para productos sin mayor agregado de valor. Esas leches aditivadas arrancan en los 80 pesos.

Cuidando el bolsillo, quien compra para comer en el aislamiento lo hace en menor cantidad y con un presupuesto cada vez más acotado. Es por eso que los quesos cremosos son la alternativa a todos los platos y cada vez se reducen más los postres, los quesos semiduros y duros, e incluso las grasas como mantecas y cremas. Hasta el dulce de leche tiene cada vez compras más espaciadas.

Aún no hay impacto alguno de los valores que debería recortar el comercio al precio de las leches por esta idea de compensar parte del IVA desde el Gobierno para contener el precio, para recuperar consumo, para equiparar la balanza. Todas las demoras de tinte económico del Gobierno afectan a cada ticket de supermercado, e incluso de almacén.

Sin salarios seguros, sin ayudas prontas ante una paralización obligada, la lechería que nunca se detuvo y cumplirá con las paritarias y todos los aportes, no puede escapar a los efectos del coronavirus, los colaterales y los directos.

Comentarios