La leche entera en polvo tuvo un registro de 0,1 por ciento positivo en
la primera subasta virtual de lácteos del mes de mayo.
Con la venta de 16.442 toneladas de lácteos, los precios promedio cayeron 0,8 por ciento, hasta los 2.866 dólares por tonelada. Una baja más, la segunda consecutiva, pero la sexta en nueve eventos durante este año.El tablero de productos marcó que sólo para la proteína dulce en polvo no hubo ofertas, mientras que la principal caída se situó en la manteca en polvo, con 10,3 por ciento y 2.107 dólares por tonelada. Las contracciones también sumaron al queso chedar (6,8% y $4.115); la manteca (5,8%, $3.867); la caseína (5,1%, $8.891); y la grasa anhídrida de leche (2,4%, $3.973).En positivo quedaron la lactosa con 1.153 dólares por tonelada (7,9%), mientras que las leches también estuvieron en verde, salvando la jornada ambas con 0,1 por ciento. La leche descremada en polvo terminó en 2.373 dólares por tonelada, mientras que la principal variable del sector lechero, la leche entera en polvo cerró en 2.745, lejos del piso deseable, pero con menor impacto del que se estimaba. De todas maneras, un año que comenzó complicado para los negocios, que se entreveró con la crisis de la pandemia tiene una proyección de precios a la baja hasta nuestra primavera, rozando los 2.500 dólares, para recuperar luego un poco los valores y así encarar un próximo año algo más alentador.Ya en el inicio de esta semana el Banco ANZ, el principal operador para el sector rural de Nueva Zelandia había generado una proyección de baja de hasta 70 centavos por kilo de lácteos, que podría llevar los valores por debajo de los seis dólares según esta medida, de todas maneras a fin de mayo el valor por kilo de lácteos llegará a los 7,15 según la moneda neocelandesa.
En recuperación
Desde Oceanía, el director para Australia y Nueva Zelandia de Maxum
Foods, Dustin Boughton, analizó que el sector lechero está iniciando una leve
recuperación luego de haber llegado al mínimo de demanda a causa de la crisis
generada por el aislamiento relacionado al coronavirus, que dejó fuera del
negocio por varios meses a gran parte de la cadena de expendio centrada en
comida rápida en las calles, bares, restaurantes, hoteles e incluso servicio de
catering.En el informe mensual de la compañía se reseñó con el cierre de abril
que la relajación gradual de los diferentes aislamientos en el mundo están
teniendo un leve impacto positivo en la demanda de lácteos. En este tironeo que
encuentran los diferentes gobiernos entre el cuidado sanitario de la población
y el sostenimiento económico de las comunidades, es lo que se pretende que
vuelva a cierta normalidad a medida que la movilización en las ciudades se
comienza a recuperar.Para el sector lechero, la parálisis en Estados Unidos y Europa, junto a
la gran cantidad de casos registrados en medio de la pandemia, son las
variables de mayor impacto en esta cuenta, donde un mayor cuidado de los gastos
a la hora de comprar alimentos para consumir en los hogares tiene un impacto directo hacia atrás en la
cadena, donde ya se ven afectados los pagos a los productores de la materia
prima.Boughton reconoció en su informe que se está recomendando un recorte de
producción que colabore a bajar la presión sectorial, aunque esto no podrá resolver
el golpe de un momento histórico. Mientras en el hemisferio sur se espera una
buena primavera, se entiende que el manejo de los stocks y la reestructuración
de la producción pueden ser alternativas frente a meses de mayor producción y
precios que tienden a contraerse.Los precios de los commodities mostraran mayores contracciones en leche
descremada en polvo, manteca y quesos, al menos hasta que la demanda se
reconstruya en los dos principales bloques de producción y demanda. Tanto los
quesos como la proteína de leche fueron dos de los productos con mayor
expansión en la producción en una comparación interanual, al mes de febrero,
creyendo que en estos dos productos puede recuperarse el comportamiento a
mediano plazo y cuando ya el hemisferio norte se reacomode.Serán entonces Asia y los mercados de Medio Oriente y Africa los que puedan
estimular en cierta forma las exportaciones, sin embargo no dejan de tener una
consecuencia directa de las restricciones al turismo, más allá de los permisos
de circulaciones regionales.
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