Transcribimos un comunicado de la Asociación de Trabajadores
de la Industria Lechera de la República Argentina publicado en su sitio web, en
el que traslada la inquietud de retomar de manera urgente la paritaria para que
los salarios no estén en “cuarentena”.
En el día de la fecha hemos recibido una nota con la
rúbrica de 402 delegadas y delegados de base de todo el país, en representación
de las compañeras y compañeros que prestan servicio en distintas usinas lácteas
de Argentina.
Tal como se nos
solicita en la misma, cumplimos con su publicación y cumpliremos con la
exigencia de mantener actualizado el poder adquisitivo de los salarios en el
convencimiento de que cuando el sector empleador dice «ATILRA pide tal
cosa...», pareciera ser que se refieren a gente extraña que les está
solicitando un despropósito, sin reparar que ATILRA, EL SINDICATO, son sus
propios trabajadores y trabajadoras que están solicitando la adecuación de sus
remuneraciones y la actualización de aportes, en resguardo y salvaguarda de la
dignidad y la salud de ellos y ellas y las de sus familias.
CONSEJO DIRECTIVO
NACIONAL
COMUNICADO DE LAS
TRABAJADORAS Y LOS TRABAJADORES LECHEROS DE ARGENTINA
UNA ACTITUD
MISERABLE
Ante el justo
reclamo de las y los trabajadores a través de la organización gremial que nos
representa en procura de actualizar nuestros haberes, el CIL y APyMEL pretenden
meter nuestros salarios en «cuarentena».
Para ello utilizan
la pandemia como excusa, desarrollando argumentos contradictorios e incluso
disparatados.
El CIL por ejemplo
sostiene y afirma que la industria láctea se incluye dentro de las actividades
esenciales, pero no considera esencial actualizar el sueldo de sus
trabajadores/as. Sostiene y afirma que la supuesta caída de demanda resulta una
consecuencia de la disminución del poder de compra de la población, pero se
niega a otorgar un incremento salarial para que esa población pueda impulsar la
reactivación de nuestra economía, como certeramente lo propone el Gobierno
Nacional. Y peligrosamente plantea la desprotección y el debilitamiento de las
estructuras que sostienen el salario y la salud de sus trabajadores y
trabajadoras a través de una reducción de aportes y contribuciones que Atilra
destina a la Salud, medida regresiva que nos devuelve a los tiempos más oscuros
de nuestra historia reciente y devela la desgraciada persistencia de bolsones
concentrados de autoritarismo antidemocrático de facto.
Para APyMEL, por su
parte, atrincherada también en el COVID 19, la negociación paritaria nacional
encuadrada en la legislación vigente y aplicable, no es más que un complot
entre el MINISTERIO DE TRABAJO DE LA NACIÓN, SANCOR y ATILRA, confabulados para
lograr un incremento que su sector no puede pagar, disparate desmentido en los
hechos por más del NOVENTA Y TRES POR CIENTO (93%) de las propias empresas de
su sector que han abonado los incrementos acordados oportunamente entre la
organización gremial y las restantes cámaras del sector con la correspondiente
homologación del Ministerio de Trabajo de la Nación.
Pero más
disparatada aún es la posición sustentada por Apymel cuando invita al sindicato
a canalizar el diálogo entre las partes a través del Ministerio de Trabajo de
la Nación ¡¡¡¡¡Siendo que ellos mismos fueron en contra del acto administrativo
de ese ministerio cuando éste había procedido, en un acto de estricta justicia,
a homologar el último acuerdo salarial!!!!!.
El hecho de que más
del 90 % de las empresas del sector hayan cumplido con el pago del último
acuerdo salarial y en contra de la bajada de línea de Apymel habla a las claras
de la falta de representatividad de esta ¿cámara empresarial?
En contraposición,
resulta necesario y relevante aclarar que la gran mayoría de los empresarios
lácteos de nuestro país han demostrado una gran sensibilidad social y han
expresado su voluntad de contemplar nuestro justo pedido, sabiendo muy bien
cuánto hemos protegido y auxiliado siempre desde nuestras posibilidades a las
empresas que atraviesan alguna dificultad y así lo seguiremos haciendo.
Todas las y todos
los trabajadores somos conscientes de la situación actual que genera el Corona
Virus, tema que tratamos con total respeto y seriedad, pero jamás utilizaríamos
como excusa la desgracia de una pandemia para incumplir la obligación de
atender los impostergables intereses alimentarios y sanitarios de quienes
fabricamos y distribuimos los productos lácteos que llegan a la mesa de todas y
todos los argentinos.
Por eso resulta
miserable la actitud que denunciamos. Solo falta encontrarlos cavando fosas
cuando nuestros representantes acudan a discutir salarios.
Dicen que nos
quieren, que somos una gran familia, pero mientras ellos pagan a la prepaga un
promedio de 30 mil pesos mensuales para atender las necesidades sanitarias de
sus familias, pretenden que Atilra nos dé el servicio de salud con menos de la
mitad de lo que ellos pagan. Ah, nos resulta indiferente cuando deslizan que
gozan de los favores comunicacionales de alguna o algún periodista.
Por todo esto
solicitamos a nuestros representantes sindicales la máxima energía y firmeza en
procura de la adecuación salarial que legalmente nos corresponde, contando con
el respaldo activo de todas y todos los trabajadores de la industria láctea
agrupados en nuestra querida A.T.I.L.R.A.
Las y los delegados
de base de empresas lácteas de todo el país, rubricamos con nuestras firmas,
las respectivas aclaraciones de las mismas, número de documento de identidad y
establecimiento o empresa para la cual prestamos servicio, el pensamiento y
sentimiento de las y los trabajadores de argentina a los que tenemos el orgullo
de representar; a la vez que solicitamos a nuestro Consejo Directivo Nacional
la publicación de la presente.
Sin más les saludamos fraternalmente.
DELEGADAS Y DELEGADOS LÁCTEOS DE ARGENTINA
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