Por Elida Thiery – En Australia la lechería siguió durante el aislamiento por la pandemia tan activa como en el resto de los países productores, por tratarse de un sector esencial, sin embargo mientras el hecho sucedía, la política de ese país trabajaba para poder avanzar en las necesidades del sector.
En primer término se anunció que a partir de esta semana los productores lecheros podrán recibir subvenciones de hasta 20 mil dólares australianos para actualizar sus equipos y reducir el consumo de energía. Esto se presenta en el marco del Programa de Comunidades Energéticamente Eficientes, permitiendo invertir en sistemas de monitoreo para gestionar mejor el uso de energía y realizar auditorías energéticas para investigar otras oportunidades para actividades de eficiencia energética.
El Gobierno Federal explicó que "estas subvenciones proporcionarán apoyo financiero en un momento en que muchos en la industria láctea están luchando”. "Apoyar la sostenibilidad a largo plazo de nuestros productores de lácteos es fundamental para la sustentabilidad de Australia regional y nuestra seguridad alimentaria", explicó el ministro de Agricultura, David Littleproud.
El uso de energía en el enfriamiento de la leche, la recolección de leche y la producción de agua caliente es uno de los gastos generales más altos en la industria láctea australiana, que cuesta a los productores lecheros hasta 12.800 dólares australianos por cada 100 vacas cada año.
El ministro de Energía, Angus Taylor, dijo que el programa se centra en ayudar a las empresas lecheras a reducir sus facturas de energía al ser más eficientes. "Los agricultores han estado a la vanguardia de la innovación durante mucho tiempo para reducir su costo de hacer negocios y su producción de emisiones”, "pero los costos de energía siguen siendo altos para muchos en nuestro sector lácteo, especialmente donde los agricultores lo están haciendo difícil a causa de los incendios forestales y el covid-19".
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