Por Elida Thiery - Digerido hace varios días por el sector, gracias a los rumores, el tema de la designación de Arturo Jorge Videla en la Dirección Nacional de Lechería, otra vez y con todo el cúmulo de anécdotas de todos los estilos que se van recordando a medida que las charlas se suceden, ya los productores e industriales empiezan a entender lo que viene.
Este nombramiento temporario por 180 días hábiles tardó más
de lo esperado, tanto en hallar un nombre, como en concretarse desde que se
dejó correr la voz del elegido, pero en concreto ya tiene una lista de
pendientes muy nutrida
El Ministerio de Agricultura tiene muy presente la
necesidad de concretar una reunión con los protagonistas de la cadena lechera,
tanto producción, industria y las provincias lecheras, porque se entiende que
el conflicto de la primavera y una mayor producción podría traer aparejadas esas
imágenes tristes de Estados Unidos, Canadá y el Reino Unido, tirando leche por
no poder procesarla y estoquearla debidamente a causa de los grandes costos.
En un país que tiene cada vez más pobres, más necesidades
alimentarias multiplicadas por la crisis desatada por el coronavirus, evitar
situaciones difíciles en la producción de alimentos, ese encuentro lechero
inicial serviría para volver a presentar a Videla en el cargo, pero también
para que entre rápidamente en calor con un sector que no ha dejado de tener
problemáticas a pesar de estos cuatro años y medio en los que él estuvo alejado
de la actividad y dedicado a la gastronomía. El Director Nacional de Lechería
estaría flanqueado en un encuentro virtual por su superior inmediato, el
subsecretario de Ganadería, Jorge Romero, y es de suponer que en próximos días
se le pondrá fecha cierta a una cita ya por demás postergada.
Quedarán en el medio muchas cuestiones que hacen a la
armonía en la composición de la cadena, sin embargo la urgencia está puesta en
otro lado.
Lo primero que debe hacer Videla es volver a poner en
marcha al esquema de estadísticas que se había instrumentado en lo que fuera su
gestión hasta 2015.
Un formato que sí se aceitó durante el Gobierno anterior,
ahora muestras las mellas de seis meses sin un responsable del área, repitiendo
todos los meses los faltantes de información que sólo intentaron subsanarse
previo al decreto de aislamiento y que hoy presentan una demora significativa e
inocultable.
Los recursos humanos del Ministerio en el área lechera
padecen hoy el trabajo a distancia, los tiempos del Estado, pero también la
falta de incentivos económicos para la tarea, además de algunas bajas.
Por fuentes ligadas al Ministerio podemos confirmar que a
pesar de aquella actualización liviana que se hizo en el mes de marzo, quedan muchos
temas pendientes de actualización para que el sector lechero entienda cuál es
su verdadera realidad, más aun teniendo en cuenta el fuerte impacto de la caída
del consumo que generó el aislamiento en el sector, tocando esto al mercado
interno, pero también al vínculo con el mercado externo.
“Estimados Usuarios y Suscriptores, nos comunicamos con ustedes,
ya que no podemos actualizar la información que habitualmente les brindamos
referida a Balance Lácteo, precios de los productos lácteos exportados,
estratificación de tambos, producción por tambo y por provincia y otras también
relevantes, ya que nuestra fuente de información, la Dirección Nacional Láctea
- MAGyP no la viene publicando en forma oportuna como lo hacía antes o no nos
la envía como ocurría habitualmente hasta el año pasado. Les pedimos disculpas,
ya que sabemos por ustedes que la misma es una herramienta fundamental para la
toma de decisiones en forma cotidiana y sobre todos en estos tiempos
turbulentos y de gran incertidumbre”.
Ese es el textual de una comunicación que el
Observatorio de la Cadena Láctea Argentina hizo pública en el final de la
semana anterior para intentar explicar la demora en la generación de informes.
Por ejemplo, los precios de exportación fueron informados por última vez
en octubre y esto se suma a muchas otras variables que tienen al menos cinco
meses de demora, con lo cual es muy complejo para el sector poder hacer una
estimación de su situación real, debiendo valerse de estimaciones, de datos
salteados de otros organismos y no se puede tener una sola manera de leer al
sector en todas sus variables.
El último Balance Lácteo completo se publicó en referencia al mes de
febrero, las ventas, las elaboraciones y los stocks fueron actualizados por última
vez al mes de marzo. Del mismo modo, la información complementaria como el de
estratos de tambos o de proceso en industrias ya no se disponen y esto
ralentiza la comprensión total del sector.
La lechería tiene muchas complejidades, muchos puntos de vista que son
de difícil conjugación, pero sobre todo tiene este tipo de faltantes de datos
que la complican aún más para poder dar los pasos más mínimos posibles. Ojalá
sea esta la oportunidad de activarla, por más que el trabajo a distancia demore
esa marcha.
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