Ilolay asegura su calidad y el cuidado de los trabajadores

La empresa rafaelina desarrolló un protocolo detallado para todas sus áreas, en la continuidad de la producción de lácteos durante la pandemia.


Por Elida Thiery - Desde el inicio del aislamiento social preventivo y obligatorio, las actividades esenciales siguieron trabajando, con protocolos especiales, con un cuidado minucioso de sus trabajadores y de sus productos.
Para la lechería la situación fue particular, porque además de producir alimentos, que es algo fundamental, la condición de perecedera de la leche hizo que se agilicen las acciones para no detener la producción, multiplicando los cuidados que se tienen habitualmente.
Fue más fácil para toda la cadena productiva entender los procesos y las nuevas normativas, porque es habitual el trabajo con determinados lineamientos que hacen a la calidad final de los lácteos.
Desde el aislamiento más marcado en los tambos, la protección del transporte y la descarga de la materia prima, hasta los procesos dentro de las industrias, con énfasis en la reposición en las heladeras de supermercados, minimercados, almacenes y kioscos, cada paso respeta una secuencia de cuidados que hacen de los lácteos un alimento esencial y seguro para los consumidores.
Esta es la estrategia que se aplica en Sucesores de Alfredo Williner, respetando todas las normativas nacionales, provinciales y municipales, a través del desarrollo específico de un protocolo, tanto de su planta principal en Bella Italia, en sus oficinas comerciales, en sus nueve centros de distribución, transporte y reposición, entre otros y en cada punto del país donde la empresa tiene presencia.
Desde la empresa destacan el trabajo en equipo con los trabajadores, para poder cuidar a los recursos humanos, pero también a sus familias, dotando a cada trabajador con los elementos sanitarios que requiera su actividad. Todos los trabajadores incluidos en los grupos de riesgo continúan con las licencias correspondientes.
Las estrategias sobre las que se trabajan parten de la desinfección e higiene constante de espacios comunes, distanciamiento social, control en el ingreso de terceros a las dependencias, instalación de barreras sanitarias en todos los ingresos, con la toma de temperatura, la obligatoriedad del uso de tapabocas y la desinfección de manos. Quedaron suspendidas las reuniones presenciales y los viajes laborales, siendo suplantadas por encuentros virtuales y la implementación del trabajo remoto para todas las áreas que así lo permiten.
Si bien se siguen haciendo traslados conjuntos de personal, los móviles son desinfectados con periodicidad y aumentaron los trabajadores que se acercan por sus propios medios a los puestos de trabajo.
En la planta de Bella Italia se aislaron los servicios sanitarios, vestuarios y comedores de cada sector, para que con la rediagramación de los turnos de trabajo se minimice la circulación de personas durante toda la jornada.
Toda la tarea desarrollada tiende a minimizar el riesgo para los trabajadores, es por eso que se habilitó una línea de consultas por Whatsapp, e incluso se brindaron capacitaciones, recomendaciones e información interna constante sobre coronavirus.
“En Ilolay estamos fuertemente comprometidos con el cuidado de nuestros colaboradores, para cumplir con la responsabilidad que nos cabe como elaboradores de alimentos para la mesa de los argentinos”, concluyen.
Si bien las restricciones en todas las actividades seguirán vigentes la empresa asegura la provisión de lácteos y la protección de sus recursos humanos, conservando la calidad tradicional que desde Rafaela llega a todo el país y a más de 30 destinos internacionales, desde 1928.


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