La crisis del Covid-19 reflotó a los lácteos estadounidenses

El consumo en Estados Unidos demuestra la superioridad de la leche tradicional por sobre las bebidas vegetales y el retorno del consumo hogareño a los sabores y la calidad de la cadena lechera.

Por Elida Thiery - Sobre todo en los países del primer mundo, el avance de las bebidas vegetales venía creciendo de manera importante frente al consumo habitual de lácteos tradicionales.
Si bien las campañas en contra de la leche no cesan, lentamente el sector a nivel global despierta a la necesidad de promover los beneficios del consumo de productos lácteos.
Durante años creció la premisa de la “muerte de los lácteos”, ya que las bebidas vegetales que muchas veces incumplen las leyes usando denominaciones incorrectas, crecían en ventas, frente a la leche fluida. Sin embargo, la pandemina y el aislamiento en los diferentes países demostraron que la actividad lechera está más viva que nunca, porque la demanda tuvo parámetros excepcionales.
Esta crisis global parece estar restableciendo los hábitos de compra de los consumidores, y las primeras señales indican que algunos de estos cambios, incluido el aumento de las compras de lácteos, continúan sostenidas a medida que Estados Unidos vuelve a abrirse a todas las actividades. Si las tendencias actuales se mantienen, el resurgimiento de la leche puede finalmente forzar una revisión de uno de los pocos puntos de conversación que tenían amplios visos de falsedad, sobre el final de la cadena.
En declaraciones hechas durante la conferencia virtual ONE de Alltech, en el pasado mes de mayo,  Jessica Adelman, CEO of ESG Results explicó que “en 2015, por primera vez en la historia de la humanidad el consumo de la comida preparada fuera de los hogares, fue mayor a la que se hace en las casas”, enfocándose en Estados Unidos.
Sin embargo, se entiende que unos cien millones de dólares habrían regresado de los restaurantes a los mercados de alimentos, por una mayor preparación de comida en los hogares, lo cual se traslada incluso a las redes sociales, donde entre el 9 de marzo y el 22 de mayo hubo 710 mil tweets sobre cocina, frente a 250 mil menciones sobre delivery o las 80 mil en cuanto al consumo de pizza. El crecimiento de casi el 300 por ciento sobre las menciones en cuanto a la alimentación en Twitter, que se publicara en el portal AGDaily, referencia a un mayor interés por la comida, el consumo saludable y la valoración de los productos.
En cuanto al comercio electrónico, en Estados Unidos previo al aislamiento los alimentos tenían el cuatro por ciento de la actividad, mientras que desde marzo los parámetros de negocios treparon al nueve por ciento.
Volviendo a los lácteos, en Estados Unidos, la leche supera en ventas a los imitadores basados ​​en plantas por un margen de más de 10 a 1, aunque en 2020 se había iniciado el comercio con la disminución lenta de ventas de los lácteos tradicionales frente a los alimentos similares, con base vegetal.
La crisis del coronavirus benefició a todos los sectores, sin embargo las bebidas vegetales vendieron 30 millones de litros, la leche trepó a 170 millones de litros, compensando así las pérdidas del último año en sólo dos semanas. 
Por este impacto es que los consumidores minoristas son los que realmente demuestran que pueden sostener a las actividades específicas de producción de alimentos como son los tambos, adelantándose incluso al arribo de las ayudas estatales, luego de miles de litros que se tuvieron que tirar por el impacto inicial de la cuarentena.
Es entonces que la ventaja de cinco a uno que la leche tradicional tiene frente a la bebida vegetal que se iniciara en marzo, se sostiene en los números del mes de mayo. El sabor y la calidad de los lácteos al momento no puede ser igualado por sus imitadores vegetales y esto es lo que valora el consumidor en cada compra.
Si bien no se sabe que es lo que pasará cuando realmente el mundo y cada país retome su actividad normal, se entiende que esta valorización de los productos se sostendrá en la elección cotidiana de la alimentación, dentro y fuera de los hogares. El tiempo deberá contar esa historia.

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