Continúa la recesión en la actividad económica santafesina y el campo aportó las únicas dos variable positivas en el relevamiento general mensual de la Bolsa de Comercio de Santa Fe durante de abril.
Por Elida Thiery – Todos los meses, el Índice Compuesto Coincidente de Actividad Económica de la provincia de Santa Fe que elabora el Centro de Estudios y Servicios de la Bolsa de Comercio de Santa Fe, permite hacer un seguimiento del comportamiento de los principales sectores en su evolución mensual e interanual.
Con el relevamiento del mes de abril, que se incluyó por completo en el aislamiento social, preventivo y obligatorio, la actividad económica provincial mostró una contracción interanual del -7,4 por ciento, ya que con 147,8 puntos, generando una variación mensual de -1,2 por ciento respecto al mes de marzo de 2020.
El informe explica que la variación acumulada en 2020 se estima en -5,2 puntos porcentuales.
Al igual que en marzo, en abril sólo tres series presentaron variaciones levemente positivas; mientras que las restantes continuaron en baja. La agudización de la caída se observa con mayor claridad en la comparación interanual, donde también se listan sólo tres indicadores con mejoras relativas.
La faena de ganado bovino y porcino continúa liderando el ranking de las variaciones, tanto mensuales como interanuales, con tasas del 1,3 y 16,4%, respectivamente.
La producción láctea registró un incremento del 0,4 mensual y 7,0% interanual.
El podio de actividades positivas se completa con las remuneraciones reales, al 0,6 por ciento mensual. En la comparación interanual entra en la lista la demanda laboral con 1,3 por ciento, pero con datos estimados por la faltante de datos oficiales.
La molienda de oleaginosas señala una caída del 0,5% mensual, y del 3,4% en comparación con abril de 2019.
Las ventas de maquinaria agrícola tuvieron tasas de -0,5 y -10,6%, respectivamente; y para el consumo de hidrocarburos para la agroindustria y el transporte se ubicaron en -3,1 y -5,1%, respectivamente.
El consumo de energía eléctrica industrial también intensificó su caída, con una disminución de -1,7% con respecto a marzo, y de -9,0% con respecto a abril del año anterior. El consumo de gas del sector completó tasas del -2,4 y -12,2%, respectivamente.
El consumo de cemento y el patentamiento de vehículos nuevos continuaron ubicándose en la base de ambas tablas. El primero con variaciones del -5,5 y -41,7%, mensual e interanual, respectivamente. Mientras que para el patentamiento las mismas fueron de -10,6 y -49,3%.
Los puestos de trabajo registrados (altas netas) cayeron un 0,5% mensual, y se posicionaron un 2,0% por debajo de su parámetro interanual. Por su parte, en la demanda laboral las tasas fueron de -4,3 y 1,3%, respectivamente. La serie de remuneraciones reales indicó un leve incremento mensual del 0,6%, pero la pérdida del poder adquisitivo para el segmento de empleados registrados fue sigue en -2,3% en la comparación interanual.
Respecto al consumo minorista, las ventas en supermercados de las grandes superficies instaladas en la provincia presentaron una contracción del 1,0% mensual, y del 3,6% interanual. Por último, los recursos tributarios de disponibilidad de la administración provincial perdieron -2,5% de su valor con respecto a marzo, y 14,5% en los últimos doce meses.
El ICASFE marca que hace el interior de la economía provincial se observa una amplia generalización de la recesión. El porcentaje ponderado de series que contribuyen positivamente, se ubicó por debajo del diez por ciento en las mediciones de febrero, marzo y abril. Esta situación no se registraba desde la recesión 2000-2002.
“La nueva dinámica económica producto del ASPO ha dado por finalizado un largo período de estancamiento en la actividad económica registrado desde octubre de 2011. Lamentablemente el quiebre se ha dado hacia abajo, con una recesión más larga y profunda que las registradas en las fases de los últimos años. A partir de mayo, con la apertura de más sectores, podría moderarse levemente el ritmo contractivo, aunque manteniendo una gran disparidad entre sectores. Con los datos disponibles a la fecha aún resulta difícil conocer a ciencia cierta el efecto neto que dejará el COVID-19 en una economía que ya estaba atravesando serias dificultades antes del aislamiento”, concluye el informe.
De todas maneras, este relevamiento sigue demostrando que Santa Fe no puede renegar de la importantísima influencia que el sector agropecuario tiene en su economía. La responsabilidad de respaldar esta actividad en todas sus producciones, así como al comercio y la industria es fundamental para conseguir una recuperación o, al menos, estabilización de la economía, con su consecuente impacto social en todo el territorio.
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