En la próxima década, la producción y consumo de leche crecería

La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos​ y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) publicó la semana anterior su más reciente informe sobre las perspectivas agrícolas mundiales para 2020-2029.
En ese trabajo se explica que para la próxima década se espera que la producción mundial de leche aumente en un 1,6 por ciento anual, gracias a la combinación de rodeos más grandes (0,8%/año) y mejoras continuas en los rendimientos, en la productividad (0,7% anual).
Se prevé que las naciones emergentes en el mercado lácteo global contribuyan más a este crecimiento de la producción. Solo India y Pakistán representan casi un tercio del crecimiento previsto en los próximos diez años. Mientras tanto, se espera que el crecimiento en productores lácteos más establecidos, como los de la Unión Europea y Estados Unidos, sea más moderado debido a las restricciones ambientales y a las limitaciones de la demanda interna.
También se espera que aumente la producción de lácteos clave, como puede ser la manteca, la leche entera en polvo y la leche descremada en polvo, que se expandirían al 1,6 por ciento.
En el sitio de la Agriculture and Horticulture Development Board, entidad sustentada por productores británicos, se explica que es probable que el crecimiento en la producción de queso sea más moderada, debido a un aumento más lento en el consumo en los mercados más desarrollados.
Se pronostica que el consumo de productos lácteos crecerá en un 1,2 al 1,9 por ciento, por año durante la próxima década, con mayor aporte de los países en desarrollo, ya que el consumo de lácteos se correlaciona positivamente con niveles más altos de urbanización e ingresos familiares.
Si bien el consumo muestra un crecimiento positivo en los países desarrollados, es a un ritmo mucho más lento. El consumo de lácteos frescos ha sido estable o ha disminuido en estas regiones, aunque hubo un cambio notable hacia un mayor uso de grasa láctea.
Uno de los principales riesgos para el pronóstico son los cambios de comportamiento a largo plazo en las compras de los consumidores debido a la pandemia y el aislamiento derivado del coronavirus.
El sector de servicio de alimentos es un canal clave para los productos lácteos y el cierre cercano de este sector habrá afectado los niveles de consumo. Si estas medidas permanecen vigentes durante un período más prolongado, podría haber cambios más duraderos en las compras de los consumidores. Además, la recesión económica será un factor clave que afectará los niveles de consumo, particularmente de productos de mayor valor como el queso y la manteca.
La creciente presión sobre los sistemas lácteos, particularmente en las naciones desarrolladas, para avanzar continuamente hacia prácticas sostenibles será un catalizador importante para el cambio en la próxima década. Por ejemplo, en los Países Bajos implementan legislación ambiental que ha tenido repercusiones en la producción.
Finalmente, los futuros acuerdos comerciales podrían tener importantes impactos en el movimiento de productos lácteos. Un punto clave será Rusia, ya que el embargo de productos lácteos de las principales regiones exportadoras finalizará este año. Será interesante ver si las importaciones volverán a los niveles previos a la prohibición.

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