Contenían forraje para animales de tambo y representan más de dos millones de pesos en reservas que se pierden. Más inseguridad para el campo, ninguna respuesta de la justicia y la política.
A través de las redes sociales, Jorge Masento mostró con imágenes y a través de un audio haber padecido el corte y rotura de unos 500 metros de silobolsas, con expeller y maíz molido.
En campo arrendado, son unas 250 vacas en ordeño que producen en 150 hectáreas, a las que se suman otras para la recría.
En una práctica delictiva que no tiene otro fin que el de dañar el patrimonio de los productores agropecuarios, durante toda la cuarentena y en muchísimos puntos del país se vienen padeciendo estas situaciones sobre las que forzosamente el Gobierno Nacional debió generar una mesa de trabajo entre los ministerios de Seguridad y Agricultura, que jamás lograron esclarecer situación alguna o trazar un mapa del delito, relevamiento que sí hizo Confederaciones Rurales Argentinas.
Con este hecho de inseguridad la pérdida de reservas para alimentar a los animales en tiempos de sequía ponen en riesgo a la producción de leche y complican esta etapa de primavera que es clave en el tambo.
Masento explicó que "estas eran reservas como para seis meses y yo estimo que el costo está arriba de los dos millones y medio de pesos". "Ahora tenemos el tiempo en contra, porque el silo a medida que se va oxigenando se va fermentando y es es un trabajo muy lento para poder hacer el reembolsado, además ya no sabemos dónde reembolsar porque tenemos miedo que nos vuelva a pasar lo mismo. Esto genera pánico".
En el corazón de la provincia, este productor que también es Ingeniero Agrónomo describe que "esta zona está muy golpeada, el abigeato está a la orden del día, los robos en los establecimientos son continuos. Hace un mes atrás a un vecino le entraron en el galpón y le robaron semillas y herramientas. Estamos desamparados".
"Estamos desamaparados y no hay justicia", sostiene agregando que estuvo durante más de tres meses gestionando en ámbitos judiciales para resolver tiempo atrás la usurpación de una vivienda de su propiedad, también la localidad de Josefina.
Sin ánimo de resignarse, pero al mismo tiempo, sin poder racionalizarlo concluyó, "no me entra en la cabeza que la política no entienda que somos nosotros los que estamos empujando para que esto salga adelante", mientras no hay una sola acción en contra de este tipo de delitos constantes que afectan al campo y a la recaudación de los estados.
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