El gremio emitió un comunicado en el que advierte quitas salariales a los repositores y acusa a la firma que comercializa los productos frescos con la marca SanCor de mentir de manera flagrante, generar competencia desleal y eludir responsabilidades de la ley laboral y la seguridad social.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - Vamos a remontarnos a octubre de 2018, cuando SanCor definía el traspaso total del negocio de frescos a la empresa Alimentos Refrigerados Sociedad Anónima, esa que desde junio de 2016 venía produciendo con la marca de la Cooperativa.
Esa firma terminó quedándose por completo con la operación desde marzo de 2019, por las dificultades operativas y administrativas planteadas en el vínculo con la Cooperativa y que tiene detrás al fondo BAF Latam Trade Finance, a través del cual se vincula a la complicada Vicentin.
Junto a la planta y centro de distribución de Córdoba, también se hicieron cargo de las instalaciones de Arenasa en la provincia de Buenos Aires. Allí, al vencerse el comodato que sostenían hasta agosto de 2019 con la Cooperativa, para la producción del queso blanco Mendicrim, que se mudó a la planta de Devoto en Córdoba, se abrió un conflicto bien manejado por el gremio de los trabajadores lecheros.
A fin de diciembre pasado la Justicia ordenaba a la empresa a tomar a los 21 trabajadores cesanteados, que habiendo pasado por encierros y maltratos, terminaron con el inicio de este año integrando el plantel laboral de ARSA y pandemia mediante trabajan en los diferentes sectores de la planta, cobrando como corresponde y según el Convenio Colectivo de Trabajo.
Sin embargo, con un comunicado fechado este lunes la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina, a través del Consejo Directivo Nacional se explica que “la empresa miente de modo flagrante” al no haber incorporado al momento a su plantilla a los repositores que antes trabajaban para SanCor.
Se explica que ARSA los discrimina al contemplarlos en un Convenio diferente, generando una “competencia desleal con el resto de la industria que tiene a sus repositores donde corresponde”, además de eludir el compromiso asumido ante la gremial para “incorporar a repositores de SanCor que se encuentran sin tareas”. Lo que se agrega es que la empresa no los reconoce como repositores propios, ya que se los contrata a través de una firma tercerizada, “con la única finalidad de eludir responsabilidades de la ley laboral y la seguridad social”.
El comunicado indica que al no pagar los salarios como corresponde a la categoría, “les retuvo a estos más de diez millones de pesos, utilizándolos en beneficio propio”, que al momento de ser denunciado por el sindicato se argumentó el pago de un seguro extraordinario.
Atilra pide un reintegro inmediato del dinero pendiente de los salarios.
“Es mentira que cumplen con la ley y los acuerdos, los interpretan a su manera y todo lo resuelven del peor modo para los trabajadores y trabajadoras, es más, las y los compañeros son testigos que muchas veces hubo que disuadirlos de su accionar acudiendo a la cartera laboral y/o a la Justicia”.
El comunicado termina diciendo que “no habrá paz social mientras haya patrones inescrupulosos que atentan contra los derechos de las y los trabajadores lecheros”.
Los problemas internos de Atilra frente a los reclamos de la rama de repositores viene escalando y esta es una demostración de intentar acuerdos que van más allá de los logros paritarios. Los conflictos son crecientes, tienen tonada porteña con una mirada diferente a la de la actual dirigencia y ya han generado acciones para motivar el acercamiento de las partes.
Con el deterioro comercial de yogures, postres y flanes que se venden con la marca SanCor, respecto a la competencia en un mercado deteriorado por la economía en cuarentena este reclamo deja al descubierto una situación compleja de la firma que muestra falta de experiencia en el manejo lechero.
Quedan una vez más acallados los rumores provocados de los últimos meses a partir de los cuales se intentaba hacer creer que SanCor le reclamaba a Arsa el regreso de esas líneas productivas. Mientras la Cooperativa se sigue rearmando y ganando litros de materia prima cada mes y una alternativa de ingreso financiero sigue en estudio, aunque son meses difíciles para las definiciones, desde Córdoba y Arenasa se vislumbra el desconcierto.
Las decisiones deberán ser explícitas, certeras y a tiempo para no seguir perdiendo espacio en las heladeras de los supermercados, donde el consumidor a simple vista entiende que una marca no lo puede todo, pero tampoco el impulso del programa Precios Cuidados, para elegir tomar un producto, pagarlo en la caja y disfrutarlo en casa.
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