“La salida de la pobreza de la Argentina está en este sector”

La expresión corresponde a Gabriel Delgado, el ex funcionario que protagonizara el intento de intervención del Gobierno Nacional sobre Vicentín, pero que aportó en una charla con periodistas un panorama del futuro agropecuario argentino. 

Por Elida Thiery (Agrofy News) - Con una recorrida histórica de lo que es la evolución del sector agropecuario, el doctor en economía Gabriel Delgado, habló del desembarco de la evolución 4.0 del sector agropecuario, en una charla convocada por el Círculo Argentino de Periodistas Agrarios. 

Automatizaciones que pueden aprender secuencias, en el sector agropecuario hay varios tipos de innovaciones, basados en los nuevos materiales, los vehículos autónomos, las impresiones en 3D y 4D, además de los robots, agrobots y drones. “A las máquinas les resulta cada vez más caro moverse de un campo al otro y cultivar parcelas pequeñas”, indicó mirando a lo que viene en la producción.  

A la innovación física se suma la digital, donde se mezcla el “blockchain”, donde se registran los pasos para la trazabilidad de los alimentos. La “internet de las cosas” permite conectar objetos entre sí, para evitar órdenes rutinarias. A esto se añade la sensorización, a bajo costo para controlar todas las variables. En todo esto, la inteligencia artificial ayuda 

Claro que la innovación biológica genera una revolución de la mano de microbioma, genética, agricultura celular, nanotecnología, la edición génica, y la biología sintética junto a la agricultura celular. 

Los desafíos son actualizar los sistemas de desarrollo e investigación a esta nueva realidad, avanzando con la educación, la educación, los nuevos bienes públicos. De esta manera se gestarán los gobiernos 4.0, donde a nivel social se debe lograr un equilibrio que compense lo económico, lo social, lo institucional. 

En el mismo sentido, para Delgado el sector agropecuario tiene verdades cuestionables, comenzando por el alto precio a futuro de los commodities de la mano de un crecimiento “es cuestionable que Argentina base su avance en el hambre del mundo”, además “Argentina produce alimentos para engordar chanchos, por eso hay que avanzar en una política agrícola de largo plazo, para que se produzcan alimentos para el consumo humano, lo cual también solucionaría los problemas del Banco Central. La Argentina de los granos no va a sacar al país adelante”. 

“Tenemos que darnos un espacio de política agrícola y el sector debe comenzar a producir alimentos para consumo humano, que el conjunto de la Argentina no debería romper”, empezando a meterse en debates instalados y difíciles de revertir. 

Delgado habló de “problemas políticos que son muy graves”, en referencia a los conflictos de representación que nos relegan frente a los competidores. “No hay que negar los transgénicos, ni los agroquímicos”, que son agendas paralelas y no iguales. Aportó un dato interesante, ya que en nuestro país “se usan cinco veces más agroquímicos que en el resto del mundo”, lo cual representa en el Banco Central un movimiento anual de 16 mil millones de dólares. 

Habiendo sido protagonista en el intento del Gobierno de expropiar la empresa Vicentin, en el rol de titular de ese proceso, que terminó quedando de lado, explicó que si bien “una cosa es la política de alimentos y otra la de salud”, se deben insertar esas dos variables dentro de una misma mirada, mientras que advirtió que se debe empezar a “mirar de cerca la movida vegana”, que afectará a la ganadería, actividad en la que nuestro país tiene historia, pero sobre todo mucho futuro.  

Para el ex Secretario de Agricultura de la Nación y funcionario del INTA, “el cambio climático está cambiando la geografía de la Argentina”, en este contexto no se debe perder de vista que en el futuro “va a crecer la agricultura orgánica con bajos insumos, la agricultura celular y la agricultura tradicional”. En esta línea advirtió que cuestiones como las culturales, étnicas e incluso religiosas no se deben eludir, porque son las que conforman las tendencias del consumo, cada vez con más peso. 

Es teniendo en cuenta todo esto que la senda de la investigación se debe replantear, en base a las tecnologías disponibles y la demanda de alimentos.  

“No hay que tener una mirada complaciente con algunos intereses sectoriales que no tienen como interés el bienestar general de la población”, aportando peso político a su mirada sobre el sector y precisamente desde Coronel Suárez, desde donde brindó la charla.  

“En Argentina estamos con las tecnologías en niveles muy dispares. En inteligencia artificial vinculadas al sector estamos muy mal”, e incluso “es muy diverso el mundo público y el privado”, por eso se debe regular para no superponer esfuerzos dónde se necesita invertir dinero estatal, para priorizar objetivos. 

 

La mirada urbana 

 

Sobre el final de su gestión pública en el ministerio de Agricultura, Gabriel Delgado ya había hecho referencia a un estudio que en grandes urbes relevaba la imagen del sector agropecuario y tiempos de batalla política en el rubro, los resultados no habían sido buenos. Hoy retomó el tópico explicando que “el sector agropecuario tiene una enorme diversidad de visiones urbanas”, entre positivas y negativas, con lo cual considera que “es un tema a trabajar, una parte es comunicacional y otra actitudinal, porque hay un problema político muy grave que tiene el sector”, debiendo salir del “juego chiquito de la política”. 

Claro que habló de la diversidad de representación y la gravedad de esta segmentación a la hora de tomar decisiones y trasladarlas a representantes políticos, sin embargo fortaleció la idea que “la salida de la pobreza de la Argentina está en este sector”. 

Habiendo participado en algunos encuentros anteriores a los de las últimas semanas, confía en que “el Consejo Agroindustrial es una salida de mediano plazo”, ya que “los problemas que nosotros tenemos tienen muchos años”, reforzando que “no tenemos muchos sectores con los que podemos generar prosperidad”. 

Su mirada es concreta. “Yo haría una apuesta muy fuerte a que la política entienda que el sector agropecuario es la forma de sacar al país adelante”, pero al mismo tiempo “hay que sacar al sector agropecuario del péndulo político”, dejar de oscilar entre los cambios en el Gobierno que se vayan sucediendo y como ocurre desde hace décadas. 

Enfocándose en la comunicación es consciente que “hay un vínculo sector-aristocracia que todavía no se ha desacoplado y es muy complicado sacarlo de la grieta al sector”. Entiende que dentro del partido político al cual pertenece sique existiendo un nivel de cuestionamiento muy fuerte y que puede demorar los avances en este sentido. 

Como parte del todo, dice saber que “los problemas de acción colectiva del sector privado, forman parte de los problemas de las políticas públicas”, es por este motivo que augura que “ojalá el Consejo Agroindustrial Argentino pueda soportar los embates de muchos intereses diversos” 

 

Invertir en el sector 

 

“Tenemos un gringaje en todo el país al que le damos medio metro más para trabajar y sólo quieren comprar maquinaria nueva e invertir”, describió casi de forma romántica a un sector que no deja de trabajar, pero eso debe estar acompañado de una estructura de decisiones políticas y económicas que den garantías para todas las partes, para “dejar de depender de una seca para ver si tenemos o no dólares en el Banco Central”, pero lo cual “no se hace con grieta, se hace con robustez política”, siendo una gran deuda argentina. 

Sobre el final del encuentro, Delgado se sinceró, “nuestra generación tiene que pensar cosas distintas de lo que hay que hacer”, proponiendo una manera diferente de abordar las alternativas y soluciones de un sector que tiene una gran responsabilidad, pero a la vez muchas obligaciones que le suman peso. 

Mirando a los dirigentes actuales, su conclusión final deja lugar a una reflexión que se deja librada a lector. 

“Soy muy crítico del funcionamiento generacional de los ´baby boomers´ (nacidos entre 1946 y 1964), pretendo que el futuro sea otra cosa, habría que tomarles un examen para saber que hicieron con la Argentina, porque cuando yo nací (1975) había cuatro por ciento de pobres y hoy hay 50 por ciento. Algo tenemos que aprender”. 

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