Una receta que ya fue probada en múltiples oportunidades, sin generar en caso alguno un resultado positivo, se vuelve a aplicar ahora en un momento en el que los precios del maíz están elevados y por la imposibilidad de controlar los valores internacionales e intentar controlar el comportamiento en el mercado interno se cree que esta situación podría revertirse de tal manera.
El nivel de rechazo generado en el sector agroindustrial es altísimo, a pesar del momento del año que se atraviesa, sobre todo por las contradicciones que demuestra el hecho, comenzando por la falta de consulta a las entidades representativas de la producción o la industria, pero también por chocar esto con la prédica de la necesidad de dólares, entre otras excusas que siempre vienen bien para intervenir en el sector agropecuario.
Se estima que las exportaciones maiceras rondarían los 37,5 millones de toneladas para esta campaña, mientras que con el cierre del registro en 34,2 millones, el país perderá 810 millones de dólares.
Algunos de los comunicados emitidos de mayor importancia está el de la Comisión de Enlace de Entidades Agropecuarias que señala que "volvemos a tropezar con la misma piedra, puesta por funcionarios que ya vieron en el pasado los pésimos resultados que dieron medidas similares. No se entiende por qué esperan resultados diferentes, aplicando las mismas recetas. Como miembros del gobierno deberían bregar por mejorar las condiciones productivas. Si no quieren hacerlo por el bien del sector como debieran, al menos podrían hacerlo por el bien de todo el país. Pero no es así. Por el contrario, se nos sigue castigando, estigmatizando, a través de la implementación de medidas que -no cabe duda- nos llevarán a nuevos fracasos".
"No queremos seguir perdiendo productores. No queremos más medidas inconsultas y tomadas entre gallos y medianoche. Esperamos que el gobierno reflexione y vea que este no es el camino. Que cometen, una vez más, un error, que nos perjudica a todos. Están a tiempo de resolverlo. Esperamos que lo hagan".
También Confederaciones Rurales Argentinas por su parte manifestó que "el Gobierno tiene que tener en claro que las consecuencias de sus decisiones, las termina pagando el productor, ese mismo productor que sufre la segunda presión fiscal más alta a nivel mundial, y al que ahora al achicarle su mercado de demanda vera como rápidamente el precio de su maíz baja para acomodarse a las necesidades de los demás eslabones de la cadena, generando una clara transferencia de recursos del sector primario a otros sectores, una manifiesta distorsión de producción que sin dudas impactara en las decisiones de siembra de la próxima campaña".
Además, "terminando un año muy duro para todos, no esperábamos este golpe a la credibilidad de la relación entre el Gobierno y el sector productivo primario, una nueva pésima señal y el regreso al pasado más opaco del intervencionismo estatal", que sigue mellando la imagen internacional de nuestro país.
CRA concluye que "habrá menos maíz a futuro, como en su momento hubo menos carne y menos trigo, por eso, no debe asombrar que cada vez seamos un país más pobre".
Las Bolsas de Comercio de Rosario, Bahía Blanca, Buenos Aires, Córdoba, Entre Ríos, Chaco y Santa Fe comunicaron que "las restricciones a las exportaciones son una política distorsiva, que impide el normal y transparente funcionamiento de los mercados. En presencia de este tipo de restricciones, se afecta el proceso de formación de precios y se incrementa la incertidumbre para la toma de decisiones, dañando los incentivos para producir e invertir a lo largo de toda la cadena de valor".
"Las múltiples formas de intervención explícita o implícita que se han aplicado por parte del Estado no han conseguido sus objetivos y, por otra parte, han generado que, en la operatoria diaria, los sectores se encuentren enfrentados entre sí, resultando en un juego de perder - perder. Nuestro país ha desarrollado desde hace más de 160 años mercados institucionalizados tanto de mercadería física como de futuros, en los cuales todos los sectores de la demanda pueden confluir en iguales condiciones, posibilitando la formación de precios de manera transparente, mejorando las perspectivas de los cultivos, sin poner en riesgo el abastecimiento interno ni los precios de los productos derivados de los mismos".
Finalmente, desde Maizar, la entidad propia de la cadena productiva se sostuvo, "volvemos a tropezar con la misma piedra, puesta por funcionarios que ya vieron en el pasado los pésimos resultados que dieron medidas similares. No se entiende por qué esperan resultados diferentes, aplicando las mismas recetas. Como miembros del gobierno deberían bregar por mejorar las condiciones productivas. Si no quieren hacerlo por el bien del sector como debieran, al menos podrían hacerlo por el bien de todo el país. Pero no es así. Por el contrario, se nos sigue castigando, estigmatizando, a través de la implementación de medidas que -no cabe duda- nos llevarán a nuevos fracasos. No queremos seguir perdiendo productores. No queremos más medidas inconsultas y tomadas entre gallos y medianoche. Esperamos que el gobierno reflexione y vea que este no es el camino. Que cometen, una vez más, un error, que nos perjudica a todos. Están a tiempo de resolverlo. Esperamos que lo hagan".
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