Después de cuatro períodos en rojo, septiembre cerró un ciclo económico trimestral acumulado de 3,1 por ciento en alza, según la Bolsa de Comercio de Santa Fe. El sector lechero tuvo un septiembre negativo, sin embargo 4,3 por ciento mejor que en 2019.
(BCSF) - El Indice Compuesto Coincidente de Actividad Económica de la provincia de Santa Fe es un indicador de periodicidad mensual que se utiliza para conocer la evolución del nivel de actividad y determinar el movimiento cíclico de la economía.
En sintonía con indicadores nacionales, el ICASFe que es elaborado por la Bolsa de Comercio de Santa Fe continuó mostrando un rebote durante septiembre de 2020, dejando un saldo positivo para el tercer trimestre del año y luego de cuatro períodos de variación acumulada negativa, se registra un incremento del 3,1%.
En relación a los catorce indicadores representativos de la actividad económica provincial, se observa que durante septiembre nueve series presentaron variaciones mensuales positivas, una se mantuvo constante y las cuatro restantes se ubicaron en terreno negativo.
En términos interanuales, sólo cuatro series pudieron superar el nivel alcanzado en septiembre de 2019.
La demanda laboral continúa liderando la tabla de variaciones mensuales (10,7%), acercándose al nivel de septiembre del año anterior, con una variación interanual del -0,5%. Por su parte, los puestos de trabajo registrados (altas netas) presentaron una tasa mensual nula (0,0%), con una baja acumulada en los últimos doce meses de -3,3%. La masa de remuneraciones reales registra una merma del poder adquisitivo del conjunto de los trabajadores formales, que fue de 0,6% respecto a agosto, y -3,4% en la comparación interanual.
El patentamiento de vehículos nuevos obtuvo una tasa mensual del 6,3%, y el consumo de cemento del 6,2%. Con esta cifra, mientras que los patentamientos se mantienen en terreno negativo (-0,4%) el indicador representativo de la actividad de la construcción registró un incremento del 15,5%, en términos interanulaes.
Las ventas de maquinaria agrícola, señalan un incremento mensual del 1,0%, y del 30,7% interanual.
El consumo de hidrocarburos para la agroindustria y el transporte cayó un 1,0% mensual y un 1,7%, interanual.
La producción láctea registró tasas del -0,8 en el registro mensual y 4,3%, en la comparación con igual mes de 2019.
La molienda de oleaginosas volvió a recuperar parte de la caída acumulada (+1,7% en septiembre), pero continua en retroceso en la comparación interanual (-15,5%). Por su parte, para la faena de ganado bovino y porcino las tasas fueron de -2,3 y -7,1%, respectivamente.
En consideración al sector manufacturero, el consumo de energía eléctrica industrial creció 0,5% reduciendo la baja interanual a -5,2%. Para el consumo de gas las tasas fueron del 1,3 y -8,3%, respectivamente.
Las ventas en supermercados de las grandes superficies instaladas en la provincia registraron un leve incremento del 0,8% mensual, pero se contrajeron con respecto a septiembre de 2019 (-3,0%, interanual). En cuanto a los recursos tributarios de disponibilidad de la administración provincial se presentan incrementos del 1,2% y 2,2%, respectivamente.
La variación interanual del ICASFe se redujo considerablemente hacia el noveno mes del año, pasando de -7,2% en mayo de 2020 a -1,2% en septiembre. Durante este último mes se ha consolidado una foto con predominio de variaciones mensuales positivas, pero que no se replica en términos interanuales. Si bien el rebote propio de la salida del aislamiento más duro significa un alivio en el corto plazo, todavía no representa la consolidación de una recuperación definitiva.
La irrupción de la pandemia ha provocado una silueta poco conocida en el ICASFe, difícil de comparar con períodos anteriores, a los efectos de encontrar parámetros que den indicios para guiar las proyecciones hacia los próximos meses. Al respecto hay una disparidad importante en cuanto al desempeño de los distintos indicadores.
Si bien hay series que recuperaron un poco más de terreno en relación a la contracción acumulada en la recesión actual, como las representativas de la inversión en bienes durables, todavía mantienen niveles muy bajos en relación a su comportamiento de largo plazo.
Por el lado del mercado laboral, se activaron las expectativas a futuro, pero no se observa una recuperación de los puestos formales. Aún más, frente a un cuarto trimestre en el cual se computa una aceleración de la inflación, la perspectiva en relación al poder adquisitivo de los salarios no es alentadora, y con ello, tampoco se espera un derrame significativo al consumo privado.
Una cuestión muy relevante hacia finales de 2020 son los desafíos para lograr un rebote productivo, marco en el cual quizás estén perdiendo fuerza las cuestiones más relacionadas con la situación sanitaria, y tomen más relevancia los interrogantes en relación a las variables de la macroeconomía nacional.
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