Después de cinco años se supera el límite de los 3.600 dólares por tonelada, con un incremento de 157 dólares en dos semanas y se fortalecen todos los lácteos en el plano internacional.
Por Elida Thiery - Con todo el impulso del final de 2020 y por séptima vez consecutiva, los precios internacionales de los lácteos se suben en las cifras positivas y este martes marcaron tres puntos porcentuales en alza, con una tonelada promedio de 3.746 dólares.
Con una gran demanda asiática, que es la que logró la recuperación en el año de la pandemia, la última vez que se había estado en este puntaje fue al inicio de mayo de 2014, pero lejos del récord de 1.573 putos que se lograban en abril de 2013.
La leche descremada en polvo que se marca como el segundo producto de referencia para la cooperativa láctea más grande del mundo, aumentó 0,3 por ciento (U$S 3.207).
En el Global Dairy Trade no se ofreció suero dulce en polvo, pero tampoco manteca en polvo, sin embargo, el queso cheddar trepó 2,4 por ciento (2.468 dólares), la manteca con dos puntos porcentuales (5.129 dólares), la grasa anhídrida con 1,1 por ciento (5.527), en tanto la lactosa sólo sumó 0,4 por ciento (1.232 dólares).
Desde Fonterra, su presidente ejecutivo, Miles Hurrell, sostuvo que este fue “un gran resultado" que en definitiva está "un poco más adelantado a las expectativas", sosteniendo un empuje más alto para la temporada en marcha.
Cabe destacar que la Cooperativa anunció recientemente un alza de 20 centavos por kilo de leche entre 6,90 y 7,50 por dólares neozelandeses, con un promedio que oscila entre 7 y 7,20 dólares por kilo, que serían algo así como cinco dólares estadounidenses, revisando el precio al productor que se había establecido en diciembre pasado.
Entre el principio del segundo mes del año y el día de hoy la suba de 157 dólares terminó dejando a cada tonelada en 3.615 dólares, después de un alza de 4,3 por ciento, marcando la mayor alza en cinco años y el mayor aporte porcentual para el GDT en general.
El 6 de diciembre de 2016 había sido el último pico de valor, cuando llegaba a 3.593 dólares por tonelada, en lo que se marcaba como una recuperación muy rápida después de cuatro alzas en dos meses para sumar mil dólares más de valor, en una salida de bajas que incluso había perforado los precios mínimos imaginables, desde los 1.971 del 15 de marzo de 2016, para luego generar en estos cinco años una seguidilla de altibajos que hicieron inciertos los futuros y muchas veces incumplibles.
Con estos valores la espera por mejores precios en el mercado argentino se hace más fuerte, sin embargo la escala impositiva nacional deteriora esta posibilidad para que el eslabón primario tenga alguno de estos beneficios y así se sigue demorando cualquier mejora posible en la producción, respecto a los competidores internacionales.
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