La lechería santafesina terminó 2020 muy en positivo

El sector creció 7,2 por ciento en el año, mientras el resto de la economía provincial no terminó de arrancar, según el ICASFE de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.


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Prensa BCSF) - En diciembre de 2020 el Indice Compuesto Coincidente de Actividad Económica de la provincia de Santa Fe presentó una disminución del -0,3%, dejando un saldo de apenas 0,6% para el cuarto trimestre del año. La actividad está en niveles similares a los de agosto de 2009.

A pesar de la ralentización de la recuperación durante el tercer trimestre, el año cierra en positivo, producto del bajo nivel que registró la actividad económica provincial en diciembre de 2019, incluso antes de la irrupción de la pandemia.
En relación a los indicadores seleccionados para definir el ciclo de la actividad económica provincial, siete presentaron variaciones mensuales positivas en diciembre de 2020, mientras que seis crecieron en términos interanuales, según el informe de la Bolsa de Comercio de Santa Fe.
El patentamiento de vehículos nuevos moderó notablemente su ritmo de recuperación, tanto mensual como interanual, con tasas del 2,6% respecto a noviembre, y de 70,6%, con respecto a diciembre de 2019. El consumo de cemento se mantiene en terreno positivo con tasas del 0,4% mensual, y 37,9% interanual.
Si bien la serie ha recuperado gran parte de la caída registrada desde comienzos de 2018, todavía está alejada del pico histórico alcanzado previamente. En cuanto a las ventas de maquinaria agrícola, a pesar de las cifras mensuales en baja, su incremento interanual se estima en 29,6%.
La demanda laboral se ubicó al pie de la tabla de las variaciones mensuales (-4,0%), mientras que en comparación a diciembre de 2019 registró una caída del -19,5%. Los puestos de trabajo registrados (altas netas) mejoraron levemente contra noviembre (0,3%), pero acumularon una caída del -1,5% durante 2020. Respecto a las remuneraciones reales, el poder adquisitivo del conjunto de los trabajadores formales sigue perdiendo frente a la inflación, en diciembre registró la mayor caída mensual (-2,5%), mientras que la interanual fue de -4,2%.
El consumo de hidrocarburos para la agroindustria y el transporte marcó una tasa mensual del -2,7%, y en 2020 acumuló una caída del -11,8%. La molienda de oleaginosas también cerró el año en caída, con una variación mensual del -2,4% e interanual de -20,3%, lo que representa la caída anual más importante de los últimos ocho años.
La faena de ganado registró en diciembre una tasa mensual del -2,7%, e interanual del -16,9%. Por el contrario, la producción láctea señala cifras del 0,6 por ciento en la expansión entre noviembre y diciembre, mientras que en la comparación interanual el crecimiento terminó en 7,2 por ciento.
El consumo de energía industrial continúa en niveles bajos. En lo que respecta a la energía eléctrica continuó disminuyendo en términos interanuales, con una tasa del -5,3%; mientras que el consumo de gas, luego de una caída mensual del 3,7% en diciembre, cerró el año con una contracción del 16,7%.
Las ventas en supermercados (grandes superficies) continuaron con la incipiente recuperación registrada durante el segundo semestre del año, con una tasa mensual del 0,2% en diciembre, cerrando el año con un incremento del 1,1%.
La serie todavía no da señales firmes de mejora, siendo que entre de 2018 y 2019 había acumulado una disminución de más del 10,0%. La evolución de los recursos tributarios de disponibilidad de la administración provincial hacia fines del año se mostró un poco más favorable que al comienzo, con un incremento mensual en términos reales del 0,2%, y el acumulado anual del 10,2%.
En diciembre de 2020 la tasa de variación interanual se ubicó en 1,6%, manteniéndose entre las bandas estadísticas que indican un ritmo de crecimiento promedio de largo plazo. La recuperación observada luego del aislamiento duro perdió potencia y la actividad retomaría la senda de los últimos años.
El año 2020 estuvo signado desde sus comienzos por los efectos del contexto recesivo, agravado por las condiciones de la macroeconomía nacional desde agosto de 2019. La irrupción de la pandemia empeoró la situación, llevando la actividad económica provincial a niveles de 2010.
A partir del segundo trimestre empiezan a recuperarse los indicadores relativos al consumo de bienes durables, producto de la oportunidad frente al contexto de devaluación e inflación, y además porque estaban en sus peores niveles en términos históricos. Esta situación continúa hacia el final del período, pero sin tendencia firme; el año finaliza con caídas acumuladas en los indicadores del sector industrial, así como también del mercado laboral.
En síntesis, todavía no se están viendo señales de una recuperación genuina que permita volver a hablar de crecimiento en el corto plazo.

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