Marzo podría terminar con protestas tamberas

Comienza a crecer el malestar entre los productores bonaerenses y si no hay respuestas políticas podría replicarse al resto del país en pocas semanas.

Por Elida Thiery (Agrofy News) - No es la temperatura alta y la sequía lo que está complicando el ambiente en los tambos bonaerenses, sino la falta de reacción política ante las necesidades del sector.
Esta mañana se desarrolló en Trenque Lauquen la segunda asamblea de productores, después de un encuentro la semana anterior en Nueve de Julio, donde quedó de manifiesto el malestar del sector primario, a causa de las complicaciones que empieza a padecer con énfasis la cadena lechera y que tendrán otra réplica en próximos días en la región Abasto, a definir en Navarro o Lobos.
Con la presencia de productores de la región centro-oeste de la provincia de Buenos Aires, incluyendo a Villegas, Rivadavia, Pellegrini, Salliqueló, Quenumá y 30 de agosto, respetando las condiciones sanitarias, el encuentro tuvo “unanimidad de ánimo”, así descripto por el vicepresidente de la Rural de  Trenque Lauquen , Ignacio Kovarsky.
Las problemáticas que desatan el sostenimiento de retenciones para los lácteos, las demoras en los reembolsos de las exportaciones que ya acumulan un año, las intervenciones en los precios de productos, la multiplicación de impuestos, la falta de disponibilidad crediticia para los productores, aplicación de Ingresos Brutos a tambos, son todas variables que modifican cualquier planificación a corto plazo para la producción y también las industrias.
El disparador fue el precio de la materia prima de febrero y el anuncio de una de las empresas más grandes de ir para atrás en los pagos, a pesar de haber hecho un anuncio, pero a causa de no poder sostener un ritmo de aumento frente a los valores pisados ante el consumidor.
“Desde 2018 que no teníamos asambleas lecheras, pero creemos que otras entidades se pueden sumar ante la falta de políticas”. Más allá de casos puntuales de precios, que en esa zona oscilaron en enero entre 21 y 22,50 pesos por litro, la situación reinante marca un freno importante para el sector y la necesidad de repasar alternativas.
Esto no es un reclamo puntual, sino que se trata de una crisis sectorial, muy influenciada por las debilidades socio-económicas argentinas, donde coinciden productores y los propios industriales. “De un momento a otro este Gobierno puede intervenir más directamente en el sector. Hay una degeneración en la cadena, con falta de transparencia, donde se necesita hablar de una lechería más seria, de comercialización y hay que aprovechar el momento para corregir  los problemas fundamentales del sector”.
Soluciones que se vienen demorando en Buenos Aires y de dónde surgen esta vez estos reclamos, muestran las falencias que no podrán sostener uno o dos meses de precios diferenciales en otras provincias y tal como lo define el también prosecretario de Carbapa Agrofy News, “esto es una sábana corta, porque la lechería es mercado interno y exportación, por lo tanto el Gobierno no va a dudar en intervenir si alguno de los dos no mejora”.
A mediados de marzo se conocerá un poco más el panorama para empezar el segundo trimestre del año y no se descarta la realización de una asamblea más grande que en definitiva podría definir acciones de protesta más visibles.
El letargo de la Nación, el acompañamiento de las provincias en este sentido puede desencadenar en una nueva protesta de la cadena a nivel nacional, algo que distingue a cada gestión Ejecutiva, por la falta de respuesta concreta a uno de los sectores que más arraigo genera en las localidades del interior del país, en cuencas más productivas y también en las extrapampeanas.
Sin ir más lejos, la semana anterior que iba a tener un nuevo encuentro para escuchar propuestas sobre el pago por calidad, terminó aplazándose una agenda que aún no se fijó para próximos días, ya que el Gobierno entiende al Consejo Económico Social como algo más relevante para mostrar públicamente, en vez de poder avanzar en varias cosas a la vez. La lechería sirve siempre para mostrar preocupación, pero jamás es una urgencia tal como para resolver falencia alguna. 

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