Por Elida Thiery - El consejo de administración de Centrale del Latte d'Italia aprobó la semana anterior los estados financieros de 2020, un año que terminó con ingresos de 180,6 millones de euros, 3,1% más en comparación con los 175,1 millones de 2019.
El año anterior cerró con un beneficio neto de 4,1 millones, un incremento respecto a la pérdida neta de 6,5 millones de euros en 2019. Al cierre de 2020 la posición financiera neta se incrementó en 15,4 millones, pasando de un déficit de 72,9 millones en 2019 a uno de 57,8 millones a finales de 2020.
Además de la nueva estructura de gobernanza por ingresar al grupo Newlat, el período pandémico favoreció el consumo interno de leche fresca y de largo plazo, además de la fuerte disminución de algunos costos de adquisición de bienes y servicios, beneficiaron a la empresa.
A tan solo ocho meses de incorporarse a Newlat el presidente de Centrale del Latte, Angelo Mastrolia, sostuvo “nos complace haber acelerado la implementación de las actividades definidas en el plan industrial, gracias a las múltiples sinergias que se han creado, multiplicando la oportunidades a nivel comercial, operativo y gerencial".
En cuanto a 2021, el grupo tiene como objetivo mantener e incrementar la rentabilidad mediante la consolidación de cuotas de mercado y nuevos canales de distribución, incluso para las exportaciones. En el año en curso, el objetivo también será simplificar las estructuras organizativas y racionalizar los costos.
Sólo el 17 por ciento
El presidente de la Confederazione Italiana Agricoltori
di Padova, Roberto Betto, expuso en las últimas horas que en
Italia “los productores se quedan sólo con el 17 por ciento del precio al
consumidor. A pesar de los buenos resultados de la cadena agroalimentaria
durante la pandemia, los propios productores todavía corren el riesgo de
trabajar con pérdidas”.
En el marco de un seminario sobre "Mejorar los productos agrícolas
para aumentar los ingresos", también estuvo presente el director de Cia
Padova, Maurizio Antonini, que destacó “vendemos algunos productos, entre ellos
la leche y las manzanas, con precios que se aplicaban hace veinte años. Mientras
tanto, el mundo ha cambiado y se incorporó el Covid 19, trastornando todo el
sistema en la base”.
“El caso es que los ingresos de los agricultores siguen siendo inferiores a los
salarios de otros sectores, mientras que los precios con los que logran colocar
sus productos, súper garantizados y de calidad, son muy inestables, con
tendencia a la baja”, explicó Betto.
En tanto, “aumentan los costos de la burocracia, que ni siquiera
permiten una planificación consolidada de actividades en el corto-mediano
plazo”.
Desde el Parlamento europeo se estudia una forma de generar una salida más
masiva de los productos típicos, con denominación de origen, sin perder la
estrategia europea “de la granja a la mesa”, enfatizando la conciencia en los
consumos, con mayor importancia de la salud y hacer uso de ese valor agregado,
para lo cual es esencial una apuesta constante por la agricultura.
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