Esto es lo que estima Fertilizar Asociación Civil para el ciclo 2021/2022. Buena relación insumo-producto e impacto en la campaña gruesa prometen con el clima una campaña fina óptima.
Por Elida Thiery
Entendiendo que “el sector agropecuario sigue trabajando y desarrollándose, a la par de muchas otras profesiones”, la entidad presidida por Francisco Llambías explicó que respecto a la campaña anterior donde se habían empleado 4,7 millones de toneladas de fertilizantes, en la más reciente de 2020 esa cifra pasó a 5,2 millones, con un crecimiento 13 por ciento explicado por diferentes grupos de nutrientes, encabezados por nitrógeno, fósforo, azufre, potasio
Se mantiene una demanda sostenida de granos.
La producción nacional de fertilizantes está al tope y de forma descentralizada, la cual se complementa con la importación.
El crecimiento de la producción de alimentos en los últimos 60 años es de 2,2 por ciento anual
Hace un año hubo precios mínimos para el trigo, llegando ahora a tocar los 200 dólares por tonelada. El aumento de los precios en los fertilizantes creció en menor medida y los costos acompañaron, para generar una muy buena campaña del cereal.
El año 2015 fue uno de los más flojos en las últimas campañas, sin embargo al comparar 2014 con 2020 el crecimiento en el uso de fertilizantes creció 70 por ciento, avanzando el manejo agronómico de la tecnología de fertilización.
Cuanto mayor es el uso de gramíneas, trigo y maíz, aumenta el uso de fertilizantes. Entre 2014 y 2020 la superficie de trigo creció 57 por ciento y en maíz 54 puntos. Aumentó la superficie fertilizada y un uso superior del 62 por ciento en cuanto a productos.
La campaña viene con buenos precios por delante, retomando cifras interesantes previas a 2014, mejorando el recorrido de los últimos años. La relación insumo-producto existe una mejora, ya que si bien subieron los precios de los fertilizantes, también lo hicieron los granos.
La reserva de agua y humedad en los perfiles es buena, luego de las precipitaciones de los últimos meses, pudiendo generar una expectativa positiva para la campaña por delante, dando mucha seguridad a la inversión en nutrientes.
El 23 por ciento de la cosecha de trigo tiene el aporte de fertilizantes, por lo tanto si no se pudiera trabajar bien, sería una campaña con esa faltante y con menos calidad.
De todas maneras, hay un 14 por ciento de rendimiento alto que se debe ir a buscar con un paquete de gran nivel de insumos. Hay una mejora posible en los rendimientos de trigo, pero también que puede impactar en la rotación de cultivos de soja de segunda, lo cual puede asegurar una buena rentabilidad a lo largo del año. Esto motiva al crecimiento en el uso de fertilizantes a partir de lo que va comprobando y aprendiendo el productor.
Lo ideal sería continuar este camino de rendimiento.
La economía de los productores mejora con los precios internacionales y teniendo en cuenta que el clima acompañaría. La reserva de humedad permitirá mejores rendimientos que podrá ir de diez a 30 por ciento, sobre resultados habituales o sin fertilización.
Elevar el nivel de fósforo en suelo, será clave, a partir de análisis de suelos, que debería darse todos los años o al menos cada dos o tres años para no perder el horizonte de las necesidad del sustrato.
El nitrógeno se deberá ajustar al ambiente, para que no tenga impacto ambiental negativo, siempre a partir de diagnósticos y con desdoblamiento de aplicaciones.
Respecto al azufre, se deberá atender para no repetir la aplicación en soja. Finalmente en zinc, hay que analizar la demanda del cultivo, que en muchos casos son la clave de los buenos resultados en trigo.
El margen bruto es muy importante, teniendo en cuenta que durante las últimas cuatro campañas está en mejorar la tecnología, no las dosis, para mejorar la relación de rentabilidad y sustentabilidad.
Respecto a la superficie esperada para esta campaña, desde Fertilizar estiman que se crecerá en hectáreas a nivel general, sobre todo en el área central del país. Tanto en trigo, como en cebada la que se inicia sería una buena campaña fina, con un consumo de fertilizantes sostenido. La Bolsa de Cereales estima un crecimiento para este año superior al seis por ciento, con 6.500.000 ha. como objetivo promedio.
Argentina viene corriendo el tema desde atrás, respecto a las dosis máximas de los fertilizantes nitrogenados. Para ser sustentables hay que hacer más rotaciones, lo cual ya comienza a aportar más carbono y materia orgánica, apuntando a niveles óptimos de fósforo. En cuanto al nitrógeno, estamos por debajo de las dosis que se deberíamos tener, a diferencia de lo que pasa en países como Nueva Zelandia, que desde el año próximo tendrá un límite por hectárea en las aplicaciones, siendo un uso habitual a diferencia de nuestro país.
Estamos muy lejos de generar problemas en los suelos, sin embargo cada productor tiene que atender a la dosis que aplica para no perjudicar sus lotes.
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