Es el análisis del Centro Nacional Interprofesional de la Economía Lechera, donde además de la rentabilidad actual se repasa el impacto en el pasado y en el futuro del sector que depende del interés de las próximas generaciones.
(Antoine Terrel – Europe 1) - El sector de la producción lechera ha estado en crisis durante demasiado tiempo. A pesar de su movilización y los anuncios de los últimos años, continúan lamentando que el precio de la leche sea demasiado bajo, lo que afecta el monto de sus ingresos.
Si bien las ventas en las tiendas han aumentado para todos los productos lácteos "en aproximadamente un 7% en valor en 2020", los ingresos de los productores de leche siguen siendo "insuficientes", explica
, director de Economía y Territorios del Centro Nacional Interprofesional de la Economía Lechera de Francia.
"Muy pocos tamberos generan ingresos", dice. En 2018, solo el 36% de ellos alcanzó el nivel salarial medio francés de 1.800 euros al mes. Este bajo ingreso es "una preocupación real cuando eres ganadero y has invertido para comprar una finca, que has pedido prestada", prosigue este especialista.
Mientras clasificaba sus documentos contables, Jean-Claude Pette, un criador de Seine-et-Marne, se dio cuenta que "el precio de la leche hoy es el precio de la leche de cuando nos mudamos como granjero hace más de 30 años". “El costo de vida, el costo de todos nuestros costos de producción ... Todo ha aumentado, pero el precio de la leche se ha mantenido igual”, lamenta.
Pero, ¿cómo se puede mejorar esta situación? "Una de las palancas es jugar con el precio de la leche", asegura Benoît Rouyer, para quien la Ley de Alimentos (Egalim) "no lo resuelve todo".
Si el precio ha subido levemente un 0,5%, "no es suficiente", lamenta.
Otra solución sería desarrollar "contratos tripartitos entre distribuidores, comercios y tamberos, que garanticen ingresos mínimos para los productores", explica Benoît Rouyer, pidiendo también "más segmentación".
"Una parte de nuestros consumidores quieren adquirir productos que respeten al medio ambiente, pero eso requiere que se pague más por ellos. Eso nos permitiría crear más valor que pueda quedar en los tambos”.
Finalmente, otra solución es que siempre que los consumidores estén dispuestos a pagar unos centavos más por sus productos, sería el establecimiento de una etiqueta de comercio justo para los productos en cuestión.
En cualquier caso, hay una emergencia porque esta continua caída en los ingresos de los ganaderos lecheros no solo ha provocado muchos desvíos en la profesión, sino que también pone en peligro su futuro.
El número de tambos se redujo a la mitad en casi 20 años en Francia.
Benoît Rouyer también señaló que actualmente, "tenemos la mitad de los criadores que tienen más de 50 años y que dejarán la profesión en los próximos años". Sin embargo, "no tenemos la certeza de poder formar a suficientes jóvenes para hacerse cargo", advierte.
"Para instalarse hay que movilizar mucho capital", confirma Jean-Claude Pette, "y para poder funcionar y que los bancos sigan apoyando, ese capital debe ser rentable".
Actualmente "el precio de la leche, los 3-4 céntimos el litro que le falta al productor, impiden que los jóvenes regresen a los tambos".
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