Este martes la contracción en los valores de los lácteos de referencia fue de -0,2 por ciento, según el Global Dairy Trade.
Durante más de dos horas se vendieron 21.140 toneladas de productos, entre 109 compradores, que promediaron los 4.150 dólares contrayendo la cotización -0,2 por ciento.
Con muy poca oscilación, las cifras positivas estuvieron en el queso cheddar (1%, 4.321 dólares); la lactosa (+1,6 por ciento, 1.251 U$S); y la leche descremada en polvo con una suba de 0,7 por ciento, llegando a los 3.447 dólares por tonelada.
Los recortes se dieron en la manteca (-2,2%; 4.929 dólares), la grasa anhídrida (-0,1%, 5.730 dólares); y finalmente la leche entera en polvo que le da pelea a su piso con una merma en el valor de -0,2 por ciento y la tonelada en 4.123 dólares.
A pesar de la baja, que es la segunda consecutiva en general, existe un comportamiento sostenido en la LEP que es una buena noticia global, pero para Argentina al menos sostiene un precio recortado por las retenciones que el Gobierno aún sostiene a pesar del reclamo de las industrias, para poder compensar mejor los precios a la producción y los precios al consumo.
Mientras se espera para fin de mes el primer pronóstico de Fonterra para sus precios a la producción en Nueva Zelandia, los contratos a futuro están dando señales de más subas.
Algunos analistas sectoriales manifestaron con estos resultados que la demanda está firme. Así la señal para la producción es que el commodity por excelencia del sector se hace valer, mientras avanzan en algunas cuencas mayores restricciones respecto a las necesidades ambientales. Sin embargo, también pesan los requerimientos de los consumidores, que en Asia acompañaron la pandemia con un interés más marcado por alimentos saludables donde los lácteos se presentan como fundamentales.
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