En 2020 subió el consumo de leche, yogurt, quesos, sobre todo los de bandera nacional. La salida del confinamiento comenzó a cambiar los números, sin embargo se espera que los hábitos saludables se sostengan y el negocio siga expandiéndose.
Por Elida Thiery - Cuando el coronavirus comenzó a recorrer países y se transformó en pandemia fueron muchos los sectores económicos afectados por el aislamiento, el cambio de hábitos y el panorama no parecía ser alentador. Sin embargo, al pasar los meses la perspectiva se modificó.Según un informe de la Agencia de Información Agrícola Romandía (Agir), la leche, el queso, o el yogur tuvieron una demanda en alza.
El teletrabajo y los cierres de restaurantes han llevado a la gente a cocinar más, a estar más en sus ciudades e incluso en el país por el cierre de fronteras.
Los lácteos suizos tuvieron un impacto positivo en la venta, con un aumento del 15 por ciento con respecto a 2019, las ventas de manteca alcanzaron un récord.
En enero de 2020 el consumo de leche fresca descendió uno por ciento, dos meses después, durante el primer confinamiento, registró un incremento del 24 por ciento, respecto a marzo de 2019. La demanda de yogur también despegó durante la primer cierre de circulación, con un aumento del 23 por ciento en abril de 2020.
Pero el impulso también llegó a los productos lácteos orgánicos, así como a la tradición de los quesos suizos, que llegaron a trepar 17 por ciento en 2020, mientras las importaciones de bebidas lácteas y yogurt descendieron. Sin embargo en noviembre pasado se decidió elevar a dos mil toneladas la importación de manteca, para satisfacer al mercado interno.
Las ventas de lácteos en 2021 son significativamente más altas que en 2019 en todos los segmentos. Sin embargo, si se compara el año actual con 2020, las ventas volvieron a caer en la mayoría de los grupos de productos.
La incógnita del mercado suizo es si durante este año, con la apertura de las actividades y la recuperación de la circulación los hábitos saludables y de cocina casera se conservan, e incluso si se sostiene la marcada preferencia de productos con la bandera roja de la cruz blanca.
El promedio del consumo en Suiza se sitúa en 22 kilos de queso al año. Provienen de unos 20 mil tambos (la mitad en la montaña y el resto en tierras bajas), con 560 mil vacas que dan entre 20 y 35 litros al día y suman más de cuatro mil millones de litros al año.
Con menos del nueve por ciento de los establecimientos con producción ecológica, Suiza se destaca por sus quesos con denominación de origen como el Gruyere, Ementhal, Sbrinz y Tête de Moine, todos con la condición de pastoreo natural, en montaña o pradera, con una hora por día de esparcimiento de los animales en el ambiente natural, fuera de los galpones, en invierno.
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