FunPEL celebró diez años de consensos en la cadena láctea

Desde 2005 productores e industrias trabajaron en un plan estratégico del sector lechero que terminó convirtiéndose en una fundación que hoy es referencia nacional e internacional del segmento. Datos unificados y objetivos, capacitaciones y una mirada a largo plazo permiten plantear a este negocio de mejor manera.

Por Elida Thiery (Agrofy News) - Aquella crisis lechera del año 2000 generó que los productores entiendan por primera vez que una mejor organización los pondría en una situación más cómoda a la hora de plantarse como sector primario, pero que también unir fuerzas con el segmento industrial reacomodaría los planteos.

A partir de 2005 cuando comenzaron las primeras conversaciones entre las partes, se comenzo a delinear lo que luego sería un Plan Estratégico para la Cadena Láctea Argentina. Al año siguiente se consolidó el Concejo Asesor del espacio, que en definitiva se transformó en el núcleo del espacio, luego transformado en el Consejo de Administración de la que terminó siendo FunPEL.

Roberto Socín, Jock Campbell, Tomás Bohner, Atilio Magnasco, Alfredo Curiotti, Ercole Felippa, Abel Marinelli y otros referentes del sector fueron quienes comenzaron a recorrer este camino que se fortalece entre 2007 y 2008 generando el Plan que se presentara en 2009, después de todos los inconvenientes ligados a la Resolución 125 y las primeras compensaciones oficiales, donde se pensaba en una lechería a 2020, llegando a duplicar la producción y alcanzando los todavía lejanos 18 mil millones de litros procesados al año.

Más allá de ese número, con talleres de validación regional entre 2009 y 2010 se trabajó en seis ejes, a partir de los cuales se seleccionaron dos para apuntar a la competitividad sectorial. Lo fundamental era la articulación entre la producción y la industria, para el desarrollo de un sistema que disponga de informción confiable para la toma de decisiones, en el que se contemplaba el armado del hoy Observatorio de la Cadena Láctea Argentina; además de la mejora de las transacciones, a lo que se añadía la conformación de una organización que represente a los intereses de la cadena.

A partir de eso maduraba la idea “generar una organización que pudiera mantener esta instancia de acuerdo y de diálogo entre la producción y la industria, entonces por estatuto se pensaba en el armado de un instituto similiar al Coviar (Corporacion Vitivinicola Argentina) o al IPCVA (Instituto de Promoción de la Carne Vacuna Argentina)”, comenta Gustavo Mozeris impulsor y protagonista de todo este proceso, ahora gerente de la FunPEL.

Haciéndose dificil en esos años impulsar esto a través de una Ley Nacional en tiempos de tensión entre el campo y el Gobierno, “pero sabíamos que algo teníamos que hacer y el Consejo que trabajaba desde hacía cuatro años definió en 2010 que había que avanzar hacia una institución privada que trate de alojar a las mismas estrategias con las que se venían trabajando, con un consejo reducido y uno ampliado, que recibía a todas las entidades para debatir cada tema”.

Con el análisis de todas las alterantivas, se define el formato de fundación para este espacio, que en ese año presentó su propuesta ante la Inspección General de Justicia, que tiene aprobación el 16 de agosto de 2011.

Los miembros del Consejo de Administración eran los socios fundadores y comenzaron a trabajar en la convocatoria del Consejo Consultivo, como segundo órgano del funcionamiento que está integrado por personas físicas, entidades de la producción, de la industria y empresas como aportantes, como benefactoras”.


Crecimiento


Durante los primeros años de la Fundación para la Promoción y el Desarrollo de la Cadena Láctea Argentina se organizaron las acciones, con un fuerte debate sobre la política orientada al sector, en tiempos de coordinación por parte de Juan Linari, quien se abocó desde el inicio al desarrollo del Observatorio, “porque el monitoreo de la generación de valor en la cadena era un eje central” y se consiguió el apoyo del Instituto Argentino de Profesores Universitarios de Costos (IAPUCO) y de la Bolsa de Comercio de Rosario, que también avanzó en los contratos aplicables al sistema de producción lechera.

Desde el inicio “trabajamos directamente desde el consenso”, asegura Mozeris agregando que “de esta manera cada paso tiene bases sólidas generadas por el acuerdo y argumentaciones respecto a cada uno de los temas propuestos”.

Todo lo que se define es entre privados, para privados, aunque de alguna manera el Estado está presente en todo. La Fundación cumple el rol de nuclear a la producción y a la industria como eslabones principales, estratégicos, de esta cadena en la búsqueda de acuerdos. Si se repasa el trabajo de estos diez años es un trabajo silencioso, porque lo que se logró por fuera de FunPEL, previamente estuvo acordado internamente”, explicó el Gerente Ejecutivo.

Pero esta tarea continúa, “todavía nos falta trabajar mucho en poner de acuerdo a los actores de la cadena, necesitamos instalar la visión de cadena, como una forma clave de trabajo para la mejora competitiva, no hay otra manera, porque si no te quedás sin compromiso”.

Una década de trabajo ahora tiene como balance positivo la puesta en marcha del OCLA, que desde 2012 hasta 2016 desarrolló su formación hacia una estrutura que hoy es una realidad y posiciona a nivel internacional a la lechería argentina, con datos unificados y confiables, a pesar que se debilite el flujo de datos oficiales ocasionalmente.

Desde el consenso estaba determinada que tipo de información teníamos que generar, que sea confiable. Hoy el Observatorio tiene más de 200 indicadores de actualización anual y mensual, que provee información a la cadena”, a cargo de Jorge Giraudo.

Para el Gerente de FunPEL, tener a disposición al OCLA está relacionado de manera directa con “un sistema de gobierno a través del consenso, para trabajar en cada proyecto, consguir concretarlo, a tal punto que el consenso nos ayudó a obtener el financiamiento para poder lograr el funcionamiento, a partir de haberse retirado el Estado del sostenimiento económico del OCLA en un principio”.

El autofinanciamiento del OCLA se logró a partir de 2019, teniendo en la actualidad más de dos mil productores aportando para tal fin, además del acompañamiento de 12 industrias, a través de una cuota fija que se paga en partes iguales por la producción y las empresas a las que pertenecen esos productores.

Estos años nos han enseñado que cuando logramos instalar una idea bajo consenso, somos perseverantes en el desarrollo, sin claudicar y tratando de saltar obstáculos permanentemente, logramos concretar los objetivos”, aseguró a Agrofy News.


Otros logros


Con la misma intención se trabajó y se consiguió el año anterior lanzar al Club de Buenas Prácticas Lecheras que “es la materializacion de un punto que estaba planteado en el eje 1 del PEL 2020 y está siguiendo el mismo recorrido que el OCLA, sumando ya más de mil asociados”.

Con capacitaciones sobre la manera correcta de trabajo que tiene que tener cada unidad productiva, el próximo paso es la acreditación real de toda la teoría planteada y de todos los conceptos impartidos. A partir delas prácticas que se van cumplimentando se ordenará el tipo de membresía.

Pasada la pandemia llegará el trabajo de Buenos Vecinos, que es un sistema de visitas de los tambos que trabajan con buenas prácticas para poder difundir entre los colegas los modos de trabajo.

También como eje del PEL 2020 se inscribían los recursos humanos, por una cuestión presupuestaria no se pudo avanzar desde el comienzo y fue el Ing. Agr. Fernando Preumayr quien lideró el Proyecto Factor Humano en Tambo en AACREA y desde hace algunos meses se trabaja de forma conjunta para proponer una mayor sustentabilidad en las empresas de la producción primaria.

Ahora volvemos a converger y dar desde FunPEL un impulso extra y tratar de expandirlo a toda la cadena. Teniendo un proyecto y con las ideas claramente definidas podemos avanzar más o menos rápido pero siempre bajo el formato de los acuerdos, como una cuestión clave”.

Mozeris no duda, “FunPEL está sentando las bases de un trabajo colaborativo. Los procesos de cambio cultural no son rápidos y estoy convencido que tenemos que contribuir con la incorporación de jóvenes, recambio y sangre nueva en la cadena para poder dirigir y liderar los desafíos que tiene la cadena para los próximos años, ese es un proyecto que tenemos muy en claro para apoyar”.

Lo que sin dudas consiguió la Fundación es establecerse como referente, nacional e internacional, dentro de la agroindustria, particularmente en el segmento lechero. Esto le permite a la entidad aportar datos de calidad a través del OCLA, generar formaciones a partir del vínculo con Factor Humano en el Tambo, pero también generar vínculos sólidos con las diferentes instancias de Gobierno y desarrollar actualmente etapas de capacitación sobre buenas prácticas para profesionales y productores como la que se cumplen actualmente en la provincia de Santa Fe.

Es un trabajo codo a codo con la Provincia y con el INTA, es una sinergia que nos lleva a encarar vínculos con los gobiernos de Córdoba y Buenos Aires también, porque tenemos la capacidad de llevar a cabo proyectos, siempre avaladas por el Consejo de Administración que son siete productores y siete industriales que aprueban cada acción”, dice orgulloso Mozeris, mientras se sigue trabajando en un futuro nuevo Outlook.

Este encuentro pensado originalmente en plazos anuales, que el año anterior tuvo su instancia virtual, ahora se estructura en temáticas basadas en la fase post pandemia del sector, para crecer sobre la base del desarrollo sostenible, pero aprovechando todas las oportunidades de las nuevas instancias globales que se presentaron a partir de la crisis desatada por el covid-19.

FunPEL ha crecido y esto se refleja en un cambio de estrategia comunicacional en la que se pone a la importancia y el peso de la cadena lechera dentro de la estructura económica y social en todo el territorio nacional.

Más allá de eso, la articulación entre producción e industria permite pensar de mejor manera la estrategia del pago por calidad, donde “el Siglea es clave, pero sabemos que tenemos que seguir mejorando otras cuestiones, como puede ser la participación de las industrias en este sistema”, para lo cual se debe seguir avanzando en el acuerdo de partes, más allá de la falta de acción por parte del Estado Nacional en mejorar la forma de pago por la leche cruda.

Este año “va a cerrar con un número muy similar a la producción de 2020, que podría tener un muy leve aumento y vemos que estamos enfrentando un escenario complicado macroeconómico a nivel país, que no nos presentará un año muy diferente a lo que venimos transitando. A pesar de eso, siempre tratamos de trabajar en los proyectos a largo plazo, para que no nos inunde con la coyuntura los debates en el Consejo de Administración o en el Consejo Consultivo”.

Gustavo es un gran técnico que tiene el sector y sabe que “la cadena tiene todas las condiciones para ser llamada a ser un actor importantísimo en la recuperación económica argentina. Tiene todo para hacerlo, los mejores indicadores para la generación de empleo, de divisas, porque solamente el promedio de exportación por tonelada de la cadena láctea argentina son 3.050 dólares, mientras el promedio del resto industrial exportado está en 421 dólares. Por eso, preferimos poner el esfuerzo ahí”.

La cadena láctea es una motor vital de recuperación de la economía nacional y puede hacer un aporte importante. Sería muy bueno seguir en esta línea de discusión con los funcionarios de la Nación y que de alguna manera, todos nos alineemos atrás de ese objetivo, a partir del diseño conjunto de una política pública para que esto suceda”, concluyó.

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