Este es un documento que emitió el CAA, frente al inicio de la cumbre por el cambio climático (COP 26 Glasgow) y las falencias políticas al respecto en nuestro país.
(CAA) - El Consejo Agroindustrial Argentino (CAA) destaca la importancia que reviste la reunión de la COP 26 en Glasgow que comienza hoy anhelando que se lleguen a acuerdos internacionales que permitan mitigar los gases de efecto invernadero (GEI) para no superar 1,5°C de aumento de temperatura así como reducir los riesgos vinculados al cambio climático y su necesaria adaptación.
El
CAA comparte los objetivos anunciados de reducir el aumento de
las emisiones de GEI al año 2030 y lograr la carbono neutralidad
para el año 2050 así como poner en agenda los pasos necesarios para
la adaptación a los cambios que ya suceden y está previsto que se
profundizarán.
El CAA destaca y valora el documento consensuado emitido con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Consejo Federal Agropecuario, la SRA, FAA, CONINAGRO, CRA Y AAPRESID, que, bajo el título Argentina, líder mundial en producción agroindustrial sostenible, señala los postulados que deben guiar la Estrategia del país en las Negociaciones de la COP 26 así como el diseño de políticas, acciones e intervenciones que deben ser parte de la Estrategia de Largo Plazo de Carbono Neutro. Resaltamos especialmente el concepto que el sector agro-bio-industrial es parte de la solución para la adaptación y mitigación del cambio climático.
En este sentido, el CAA enfatiza la necesidad de una coordinación permanente entre Ministerios del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Gobiernos provinciales y sectores productivos y científicos que permita alinear una estrategia común para promover una transición y transformación de los sistemas productivos con metas concretas y factibles de cumplimiento, basadas en ciencia y métodos válidos.
La Estrategia de Largo Plazo de Cambio Climático debe también asegurar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad social, ambiental y económica en Argentina. Valoramos la presencia del Ministro de Agricultura, Ganaderia y Pesca en la delegación presidencial que asiste a la COP26.
Insistimos en las carencias que aún tiene la Estrategia de Largo Plazo donde las bioenergías han sido penalizadas con la modificación de la Ley de biocombustibles (Ley 27.640) y el reciente proyecto de Movilidad Sustentable que solo prevé motores eléctricos dentro de la transición energética.
La sanción de la Ley 27.640, al reducir los cortes de uso de biocombustibles, fue contraria a los compromisos asumidos por Argentina tanto en el Acuerdo de París (ratificado por la Ley 27.270) como en las Contribuciones Nacionales que Argentina presentó en el Plan de Acción Nacional sobre energía y Cambio Climático en 2017 y su actualización en 2019.
La no inclusión de uso de biocombustibles en el proyecto de Movilidad Sustentable profundiza la contradicción y demuestra directamente una exclusión de los biocombustibles en la estrategia del país siendo que los mismos no solo sustituyen combustibles fósiles, sino, además, colaboran manteniendo retenido en el suelo -de forma segura- el carbono emitido por los mismos.
La producción de biocombustibles, biogás, energía eléctrica y térmica a partir de residuos, efluentes, chips y pellets de biomasa son formas de valorizar co-productos de actividades del agro y bosques, a través de su aporte de soluciones de carbono neutro sustituyendo el uso de energías fósiles.
Además de mitigar el impacto ambiental de la disposición de efluentes y residuos, su uso permite el aprovechamiento energético, la obtención de biofertilizantes y de múltiples bioproductos. Su valorización energética aumenta la competitividad y sostenibilidad de la actividad principal, reduce la huella de carbono y genera empleo. A pesar de ello, no observamos su inclusión con la importancia que tiene.
Entendemos que es imposible lograr la carbono neutralidad sin agregar medidas de mitigación a la reducción y sustitución de GEI. Advertimos que la plantación de árboles, la captación de carbono del aire en los suelos via sistemas conservacionistas altamente difundidos en el país y otros sistemas naturales de absorción de CO2 deben ser parte esencial de la Estrategia de Largo Plazo.
Mientras que los compromisos de promover las plantaciones de árboles, evitar la desforestación y restaurar los bosques son centrales en las estrategias de mitigación y se mencionan en el documento presentado por el Gabinete Nacional de Cambio Climático, las leyes de promoción de plantaciones forestales (LEY 25080) y la llamada Ley de Bosques (Ley 26331) vigentes y que cumplirían esos objetivos, se encuentran ambas, desfinanciadas, contradiciendo lo enunciado.
Con respecto a la actividad ganadera, reiteramos la necesidad de evitar la demonización de la actividad como uno de los principales causantes del cambio climático. Por un lado, se resalta que el metano que genera la ganadería NO es equivalente al CO2 que emiten los combustibles fósiles. No es comparable el carbono biogénico - que está dentro del ciclo de la naturaleza y es un ciclo de carbono cerrado- con el carbono de los fósiles, que se convierte en un gas de stock, principal responsable de la situación a la que hemos llegado a nivel global. Por otro lado, no es similar la producción en Argentina que en otros lugares. Debemos seguir trabajando en las mediciones del balance de carbono de los sistemas de producción ganadera de Argentina que muestren su real impacto en el cambio climático.
Estamos convencidos que el sector de Agricultura Ganadería y Bosques y sus cadenas de valor en Argentina son parte de la solución para la mitigación y adaptación al cambio climático y pueden impulsar la creación de miles de puestos de trabajos en la transformación que requieren los sistemas productivos y cadenas de valor para reducir la huella de carbono en la transición hacia el logro de la carbono-neutralidad.
El CAA está convencido que existen condiciones tanto naturales como de su sistema productivo que permiten posicionar a Argentina como líder en productos bajos en huella de carbono en las cadenas de valor de alimentos y fibras del mundo, así como la capacidad de innovación para ser proveedor de biomateriales, bioenergías y química verde que reemplacen productos de orígenes fósiles o carbono intensivo.
El camino para lograrlo llevara varias décadas, pero los primeros pasos se están dando hoy. Por ello, el CAA -integrado por 64 entidades del sector agropecuario y su cadena de valor- ratifica su compromiso de colaboración para la identificación y diseño de las políticas y acciones que se requieren para el logro de las metas y objetivos declarados en línea con los compromisos internacionales asumidos, alertando que no lograr alinear las políticas y acciones correctas en el corto plazo pueden dejar afuera a Argentina de los mercados internacionales, condicionar los sistemas productivos nacionales, afectar el empleo y el bienestar de los ciudadanos. Por eso alentamos a la delegación argentina en la COP26 a defender esta posición para promover un futuro mejor en nuestro país.
El CAA destaca y valora el documento consensuado emitido con el Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, el Consejo Federal Agropecuario, la SRA, FAA, CONINAGRO, CRA Y AAPRESID, que, bajo el título Argentina, líder mundial en producción agroindustrial sostenible, señala los postulados que deben guiar la Estrategia del país en las Negociaciones de la COP 26 así como el diseño de políticas, acciones e intervenciones que deben ser parte de la Estrategia de Largo Plazo de Carbono Neutro. Resaltamos especialmente el concepto que el sector agro-bio-industrial es parte de la solución para la adaptación y mitigación del cambio climático.
En este sentido, el CAA enfatiza la necesidad de una coordinación permanente entre Ministerios del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, Gobiernos provinciales y sectores productivos y científicos que permita alinear una estrategia común para promover una transición y transformación de los sistemas productivos con metas concretas y factibles de cumplimiento, basadas en ciencia y métodos válidos.
La Estrategia de Largo Plazo de Cambio Climático debe también asegurar la seguridad alimentaria y la sostenibilidad social, ambiental y económica en Argentina. Valoramos la presencia del Ministro de Agricultura, Ganaderia y Pesca en la delegación presidencial que asiste a la COP26.
Insistimos en las carencias que aún tiene la Estrategia de Largo Plazo donde las bioenergías han sido penalizadas con la modificación de la Ley de biocombustibles (Ley 27.640) y el reciente proyecto de Movilidad Sustentable que solo prevé motores eléctricos dentro de la transición energética.
La sanción de la Ley 27.640, al reducir los cortes de uso de biocombustibles, fue contraria a los compromisos asumidos por Argentina tanto en el Acuerdo de París (ratificado por la Ley 27.270) como en las Contribuciones Nacionales que Argentina presentó en el Plan de Acción Nacional sobre energía y Cambio Climático en 2017 y su actualización en 2019.
La no inclusión de uso de biocombustibles en el proyecto de Movilidad Sustentable profundiza la contradicción y demuestra directamente una exclusión de los biocombustibles en la estrategia del país siendo que los mismos no solo sustituyen combustibles fósiles, sino, además, colaboran manteniendo retenido en el suelo -de forma segura- el carbono emitido por los mismos.
La producción de biocombustibles, biogás, energía eléctrica y térmica a partir de residuos, efluentes, chips y pellets de biomasa son formas de valorizar co-productos de actividades del agro y bosques, a través de su aporte de soluciones de carbono neutro sustituyendo el uso de energías fósiles.
Además de mitigar el impacto ambiental de la disposición de efluentes y residuos, su uso permite el aprovechamiento energético, la obtención de biofertilizantes y de múltiples bioproductos. Su valorización energética aumenta la competitividad y sostenibilidad de la actividad principal, reduce la huella de carbono y genera empleo. A pesar de ello, no observamos su inclusión con la importancia que tiene.
Entendemos que es imposible lograr la carbono neutralidad sin agregar medidas de mitigación a la reducción y sustitución de GEI. Advertimos que la plantación de árboles, la captación de carbono del aire en los suelos via sistemas conservacionistas altamente difundidos en el país y otros sistemas naturales de absorción de CO2 deben ser parte esencial de la Estrategia de Largo Plazo.
Mientras que los compromisos de promover las plantaciones de árboles, evitar la desforestación y restaurar los bosques son centrales en las estrategias de mitigación y se mencionan en el documento presentado por el Gabinete Nacional de Cambio Climático, las leyes de promoción de plantaciones forestales (LEY 25080) y la llamada Ley de Bosques (Ley 26331) vigentes y que cumplirían esos objetivos, se encuentran ambas, desfinanciadas, contradiciendo lo enunciado.
Con respecto a la actividad ganadera, reiteramos la necesidad de evitar la demonización de la actividad como uno de los principales causantes del cambio climático. Por un lado, se resalta que el metano que genera la ganadería NO es equivalente al CO2 que emiten los combustibles fósiles. No es comparable el carbono biogénico - que está dentro del ciclo de la naturaleza y es un ciclo de carbono cerrado- con el carbono de los fósiles, que se convierte en un gas de stock, principal responsable de la situación a la que hemos llegado a nivel global. Por otro lado, no es similar la producción en Argentina que en otros lugares. Debemos seguir trabajando en las mediciones del balance de carbono de los sistemas de producción ganadera de Argentina que muestren su real impacto en el cambio climático.
Estamos convencidos que el sector de Agricultura Ganadería y Bosques y sus cadenas de valor en Argentina son parte de la solución para la mitigación y adaptación al cambio climático y pueden impulsar la creación de miles de puestos de trabajos en la transformación que requieren los sistemas productivos y cadenas de valor para reducir la huella de carbono en la transición hacia el logro de la carbono-neutralidad.
El CAA está convencido que existen condiciones tanto naturales como de su sistema productivo que permiten posicionar a Argentina como líder en productos bajos en huella de carbono en las cadenas de valor de alimentos y fibras del mundo, así como la capacidad de innovación para ser proveedor de biomateriales, bioenergías y química verde que reemplacen productos de orígenes fósiles o carbono intensivo.
El camino para lograrlo llevara varias décadas, pero los primeros pasos se están dando hoy. Por ello, el CAA -integrado por 64 entidades del sector agropecuario y su cadena de valor- ratifica su compromiso de colaboración para la identificación y diseño de las políticas y acciones que se requieren para el logro de las metas y objetivos declarados en línea con los compromisos internacionales asumidos, alertando que no lograr alinear las políticas y acciones correctas en el corto plazo pueden dejar afuera a Argentina de los mercados internacionales, condicionar los sistemas productivos nacionales, afectar el empleo y el bienestar de los ciudadanos. Por eso alentamos a la delegación argentina en la COP26 a defender esta posición para promover un futuro mejor en nuestro país.
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