Las disertaciones continuarán mañana y el miércoles a partir de la hora 9 en la plataforma eventum.com.ar
Este lunes las actividades de la Muestra Anual 2021 de la Sociedad Rural de Rafaela tuvieron continuidad con el inicio del Seminario Internacional de Lechería, para mirar desde Santa Fe “El impulso de la región al mundo”.
A través de la plataforma eventum.com.ar se pudo disfrutar del primer bloque de este encuentro virtual que continuará este martes y miércoles, también a partir de la hora 9 en https://www.eventum.com.ar/events/srr/seminario-internacional-de-lecheria/7
La apertura estuvo a cargo de la Presidente de la SRR, Norma Bessone quien remarcó la importancia de esta cita y el trabajo de la entidad que busca profesionalizar a todos los ámbitos y por eso se destaca en este Seminario a la actividad insignia de la región que ubica a Rafaela como el centro de la actividad a nivel nacional.
“Nuestra mirada está puesta hacia el futuro, la innovación y el futuro de la actividad” remarcó la titular de la institución.
Para Daniel Costamagna, el ministro de la Producción de Santa Fe, el desafío está puesto en transformar al maíz en alimentos, para mejorar el agregado de valor y la producción de alimentos. “La lechería es un ejemplo claro de eso” y puede “la pasión, el compromiso, la familia, la inclusión de los jóvenes en la actividad” generar un impacto positivo mayor en las exportaciones y en el impacto socio-económico directo en la provincia. “Creo en una lechería grande, en crecimiento, con incorporación de tecnología y de gran calidad. Estamos en condiciones de dar esa pelea y estamos en la senda del crecimiento”, aseguró.
El ministro de Agricultura de Córdoba, Sergio Busso, también dio un mensaje de bienvenida remarcando que “es tiempo de avanzar y dar un salto de calidad, es tiempo de resolver el estancamiento del sector con más producción, más vacas y con la mayor cantidad de tambos posibles, que los tambos más pequeños sigan siendo parte de la cadena. Necesitamos a una industria integrada, políticas lecheras y mano de obra rural, donde se aplique todo el desarrollo de tecnología”.
El presidente de FunPel, Miguel Taverna, explicó que este Seminario comparte los objetivos con el espacio al que representa, entendiendo “la representatividad tan importante que tiene Santa Fe en producción, industria y exportaciones”, por lo tanto es fundamental trabajar en el crecimiento, la sustentabilidad y la competitividad.
Desafíos y oportunidades nacionales
Jorge
Giraudo, director ejecutivo del Observatorio de la Cadena Láctea
Argentina, dependiente de la FunPEL, con gran experiencia en el
sector, habló sobre la “Situación actual de la cadena láctea
argentina, desafíos y oportunidades”.
Comenzó
explicando que el balance lácteo se compone de la producción, el
consumo y las exportaciones. El crecimiento de la producción tiene
un comportamiento por demás estable, que a partir de de 2003 inició
una etapa de expansión muy leve, estando hoy el parámetro de
2020/2021 en números similares a los de 2012, con unos 11.400
millones de litros al año, con parámetros oscilantes que rondan el
dos por ciento.
Mientras
Nueva Zelandia se comporta de forma similar, pero muy por encima de
las cifras argentinas, aquí se presentan condiciones políticas,
económicas que modifican la capacidad de planificación.
Los
tambos de menos de dos mil litros representan hoy al 48 por ciento de
las unidades y aportan el 13,8 por ciento de la leche, mientras que
los de más de diez mil litros son el 5,2 por ciento de las unidades,
con el 28 por ciento del total de la leche, en una tendencia de la
concentración muy acelerada. En todos los casos, los tambos muestran
un crecimiento en los últimos cinco años algo más del cinco por
ciento, lo cual demuestra eficiencia dentro de la cadena.
La
empresa más grande del país capta el 12 por ciento de la materia
prima, la mitad de lo que pasa con las líderes en otros países,
mientras que las cuatro más grandes se quedan con el 32 por ciento
de la producción. En Argentina las cooperativas tienen un cinco por
ciento de captación de leche cruda, mientras que la informalidad
ronda el 40 por ciento de la producción, por diferentes motivos.
Las
16 principales empresas en 1994 representaban el 68 por ciento de la
captación de leche, lo cual hoy está en el 59 por ciento.
En
el país el consumo per cápita no logra crecer de los nueve mil
millones de litros per cápita, que si bien es bueno en general, el
deterioro de la capacidad económica hace que el reparto del consumo
sea dispar. Son 185 litros al año los que consume cada argentino.
El
mercado interno indica que en este 2021 se cierre con 26 por ciento
de la producción exportada. La lógica de cada litro extra debe
salir del país, tiene limitantes en cuestiones políticas, pero
también en las condiciones composicionales de la materia prima sobre
las que se debe trabajar profundamente entre la producción primaria
y la industria.
En
la mayoría de los años hay una tasa que no cubre el costo de
oportunidad, no permite hacer amortizaciones y afecta a la
rentabilidad de los tambos, lo cual lleva a una contracción en las
unidades productivas. Sucede algo similar en las industrias.
Las
ventajas compartivas son muchas en el país, en ambiente, clima,
agua, superficie, mano de obra de calidad y disponibilidad, el
conocimiento del negocio, aunque todo se contrapone con falta de
condiciones económicas, con medidas que transgreden a las
posiblidades del negocio, la presión impositiva que ronda el 40 por
ciento, baja disponibilidad crediticia, retrasos cambiarios, precios
relativos distorsionados, legislación laboral regresiva,
infraestructura muy básica, baja disponibilidad de gas como energía
gasífera para las industrias, entre otras variables a contemplar.
En
Argentina el precio al productor está en 34 centavos de dólar,
mientras en el mundo el valor se ubica en los 43 centavos de dólar,
ese deterioro es lo que determina muchas de las situaciones que
marcan al deterioro para la cadena.
El
75 por ciento de la leche que se destina al mercado interno, debería
tener un valor final de 1,20 dólares por litro, sin embargo la
primarización del consumo no permite estandarizar los valores como
en países competidores. Lo mismo sucede con las ventas al exterior,
las retenciones no permiten percibir los 60 centavos de dólar como
en el resto de los países.
Valor
por litro de leche equivalente de 93 centavos de dólar, cuando
debería llegar a 1,13 dólares, siendo del 36,7 por ciento la
participación de la producción primaria que relativamente es mayor
en la comparación con países como Uruguay.
Nuestro
país no tiene problemas con el tamaño del negocio, tampoco del
reparto, sino que “el queso que llega a la cadena se reduce a la
hora de comenzar el reparto”. “La cadena no está pudiendo
repartir recursos dentro de sus dos principales actores como
debería”, además por la forma de pago de la materia prima entre
la industria y la producción, se genera un deterioro aún mayor en
un tema que es el gran pendiente del sector, pasar del pago por litro
al pago por calidad.
Se
deben manejar sistemas de financiamiento interno en la cadena,
combatir la marginalidad dentro de la cadena.
Para
Giraudo los desafíos están puestos en bajar costos y mejorar la
eficiencia laboral, la calidad de leche, la escala de producción, la
automatización de procesos, avanzar en investigación y desarrollo
de productos, generar más acuerdos comerciales, entre otras cosas.
Desde Rabobank
“La
tristeza de Delta”, así se tituló el informe trimestral más
reciente de Rabobank sobre el mercado lechero y sobre eso habló
Andrés Padilla, el
especialista en investigación y desarrollo de Rabobank Brasil
explicó que a pesar de los confinamientos, la demanda de lácteos
mostró resiliencia y se mantuvo constante a pesar del impacto de la
pandemia, con aumentos enfocados en los desayunos. A medida que se
fueron abriendo las actividades y sobre todo el turismo, esto tiene
un impacto positivo en el sector lácteo mundial.
Más
allá de lo que conocemos en Argentina, existe en el mundo un
fenómeno de inflación que afecta costos y precios. A esto se suma
un problema logístico que golpea de forma adicional a los países de
los extremos del mundo y en la industria láctea en particular.
Se
espera una desaceleración de la importación de lácteos que haga
China, ya que vienen acopiando los primeros meses del año, con lo
cual el principal demandante de materia prima. Las políticas para
disminuir actividades fabriles para frenar la polución implican un
recorte en la demanda, aunque también existe una producción local
en crecimiento.
Sequía,
menor creciemiento económico, más costo de vida, son variables que
afectan al mercado en general.
Estados
Unidos, Australia, Nueva Zelandia, la Unión Europea, Argentina,
Brasil y Uruguay son los considerados como principales productores de
leche a nivel mundial. Se agrupan en cuatro bloques y son los que
impactan directamente en el mercado y la demanda global.
Los
precios han tenido hasta hace algunas semanas correcciones en la
subasta online de Fonterra, que marca el ritmo de los valores, sin
embargo, los consumidores no pueden aún normalizar sus ingresos y
esto es lo que impacta en el juego de la demanda.
“El
consumidor va a tener menos poder de compra en los próximos seis
meses”, señaló Padilla, por la quita de ayudas oficiales.
En
tanto, en Europa se estima una desaceleración de la producción, en
Estados Unidos se reducirán las ayudas al sector primario y también
podría registrarse menos productividad y demanda.
Para
Nueva Zelandia, se inicia la temporada de producicón con niveles
positivos, sin embargo no se estiman crecimientos de consideración,
mientras que en Australia se registran altibajos en producción y
demanda.
Padilla
explica que en Brasil el aumento de costos por inflación, la
volatilidad política y el impacto de la sequía en la generación de
energía, ha tenido una influencia que logra desacelerar el
crecimiento con uno por ciento en la producción primaria. Las
industrias tienen un margen reducido, porque tienen que pagar mucho
por litro y esta situación no permite estabilizar al sector
internamente. Junto con Argentina creceríamos al uno por ciento,
mientras que Uruguay lo haría en 1,7 por ciento, entrando en juego
en estas latitudes la competencia productiva por la tierra para
considerar.
La
tendencia indica que los precios internacionales de leche caigan
hasta los 3.200 dólares a nivel general, pudiendo crecer hasta los
3.300 en Sudamérica para las exportaciones.
Para
Rabobank, Argentina “sigue siendo un país con enerme potencial y
podría tener un rol más preponderante de lo que tiene hoy en día.
Es muy evidente la competencia entre granos, carne y leche, en esa
ecuación se pierde espacio y va a ser dificil romperlo en los
próximos años, influyendo la volatilidad política, la tasa de
cambio, la inflación, pero si eso se ajusta podrían ser un gran
jugador en los próximos años”.
Mirar el negocio lechero hacia adelante
Sobre
“Políticas para el desarrollo de la actividad” habló Terry
Meikle, licenciado en Humanidades de la Universidad de Otago y tiene
un MBA de la Universidad de Victoria de Wellington, que desde 2017 es
el consejero Agropecuario de Nueva Zelandia en México, también para
los países de América Latina.
Algo
clave para el sector lechero y el desarrollo de Nueva Zelandia es la
transparencia en las acciones y negocios, a diferencia de lo que
sucede en países como los de nuestra región.
Con
unos cinco millones de habitantes, Meikle hizo un análisis de la
historia del comercio exterior del archipiélago y entendiendo desde
varios negocios que “sin subsidios los productores responden mejor
a la demanda”, superando la lechería todas las perspectivas,
superando a las ovejas, pero también permitiendo abrir mercados como
el del vino.
Actualmente
los campos son sistemas empresariales. Las decisiones las dicta el
mercado y no los gobiernos, con la calidad y los precios en buena
relación, además de trabajar en la sustentabilidad y la eficiencia
en la producción, con una base familiar en cada una de las unidades.
La
innovación es clave y está liderada por la industria con aportes
positivos del gobierno, generándose ahí una interacción con
aportes en cuestiones climáticas, educación, capacitación y la
interacción con institutos de investigación, además de la
estructuración a partir de una ley en la que los aportes por
impuestos sean manejados para el beneficio interno de cada una de las
cadenas.
El
Dairy New Zealand tiene un aporte de 3,6 centavos por cada kilo de
sólidos producidos en la leche cruda, para poder aportar a la
investigación y desarrollo del sector, con autoridades que se eligen
internamente entre los productores. El manejo de información, el
trabajo sanitario y de capacitación, la interconsulta en el gasto de
los recuros es fundamental para su funcionamiento.
Con
tratados de libre comercio y una economía muy abierta marcan el
desarrollo de Nueva Zelandia es un ejemplo internacional. Meikle
reconoció que las tratativas con el Mercosur siempre fueron muy
complejas y es por eso que no hay acuerdos de base y se demoran los
intercambios entre ese país y nuestro bloque, una realidad que se ve
de afuera y se conoce muy bien internamente.
Nueva
Zelandia provee al mundo del tres por ciento de la leche respecto a
la demanda, teniendo a China se lleva el 40 por ciento de las ventas
al exterior, además de Australia, Estados Unidos y Europa como
principales destinos.
En
2021 hubo una disminución en los ingresos por la exportación de
lácteos, sin embargo los pronósticos son optimistas más allá de
la pandemia. Se entiende que a 2023 el crecimiento será muy
importante a partir de 2023 en cantidad de litros y también en
cuanto a facturación.
Las
regulaciones internas sobre cuestiones ambientales tenderán a menor
cantidad de animales en producción, pero con mejoras genéticas, con
mayor producción de sólidos.
La
tendencia que proponen los neocelandeses es que la producción
contemple al ambiente, a la salud, pero que pase “de volumen al
valor y a los valores”.
En
ese país entienden que lentamente los jóvenes quieren volver a
trabajar en sus campos, tarea que hoy está cubierta por la
inmigración a partir del conocimiento y capacitación. Se trabaja en
la sustitución de energía agotable por la renovable, con un
programa a cinco años donde el secuestro de carbono se pone en foco
en cada campo, sobre lo que se viene trabajando más allá de la
última década.
Existe
un trabajo conjunto de 65 países entre los que se encuentra
Argentina, para poder desarrollar proyectos integrales que tengan
real impacto en el ambiente y que generen políticas positivas en la
reducción de los gases de efecto invernadero.
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