Entender las claves de la recría en el tambo, pero también la necesidad de un esquema diferente en el pago por la materia prima fueron parte de las charlas finales del espacio de intercambio que la Sociedad Rural de Rafaela propuso para el final de este encuentro virtual de capacitación.
(SRR) - El tercer y último día del Seminario Internacional de Lechería “El impulso de la región al mundo” se abordaron dos cuestiones clave para la producción primaria, la reposición en el tambo, pero también los aspectos ligados al sistema de pago de la materia prima. Además se vinculó al productor, la industria y la fase política en un plenario de cierre, todo organizado por la Sociedad Rural de Rafaela en el marco de su Muestra Anual 2021, junto con FunPEL y OCLA, con el apoyo del Gobierno de Santa Fe, la Municipalidad de Rafalea, las facultades de Ciencias Veterinarias y Agronomía de la Universidad Nacional de Litoral, CRA y Carsfe.
La clave de la recría
Cuando
aumenta la tasa de preñez, aumenta la rentabilidad de los tambos y
la salud de las vaquillonas también tiene gran impacto en la renta
de la unidad, mientras que los costos de reemplazo, son el tercer
factor correlacionado con la supervivencia de un tambo, como claves
del real impacto en la rentabilidad, así comenzó explicando su
disertación Matías Stangaferro,
veterinario y Magister en Producción de Rodeos Lecheros en la UNL y
con un postdoctorado en ciencia animal de la Universidad de Cornell,
que desde 2018 se desempeña como asesor en el equipo de Dairy Health
& Management Services (DHMS).
Criar
una vaquillona hasta el parto, tiene un costo en el estado de Nueva
York es de 3,40 dólares por día, representando la alimentación el
46 por ciento del costo y el 13 por ciento la mano de obra. Entonces,
el costo de la recría se lleva el 20 por ciento de los costos
totales del tambo.
Mejorar
la eficiencia y la rentabilidad de la recía tiene varias claves, la
mejora de la calidad de los animales, la disminución de costos de
alimentación maximizando la calidad, disminuir el tiempo de recría
bajando la edad del primer parto, reducir el número de vaquillas
criando sólo las necesarias, enfocando en la tasa de descarte de
adultas, pero también reduciendo la eliminación de vaquillas.
Un
tambo que quiere mantener el número de animales, necesita el 80 por
ciento de vaquillas respecto a las vacas adultas, para manejar una
tasa de descarte del 23 por ciento.
“Necesitamos
calcular cuánto nos cuesta criar a una vaquillona en Argentina y
cuánto cuesta en el mercado, para determinar los números reales e
incluso, cuál es el tamaño de la recría que necesitamos para
garantizar la eficiencia económica”, explicó.
Concretamente
para Stangaferro, hay que minimizar los descartes de vacas adultas y
la mortalidad de vaquillas, con trabajos en salud y reproducción muy
específico. Garantizar cuatro litros de calostro en las primeras 6
horas de vida, en general mejorar el manejo nutricional de terneras y
vaquillonas, incluyendo la buena detección de celo y con manejo de
semen sexado para obtener la cantidad de hembras deseadas de la mejor
genética.
Optimizar la cadena
Trasladando
la misión y la visión sobre la “Optimización de la cadena láctea
argentina” que Confederaciones Rurales Argentinas tiene, Eduardo
García Maritano y Andrea Passerini, fueron los encargados de
plantear las situaciones que hacen al día a día del sector.
Mercado
institucionalizado, con reglas de juego, las nuevas formas de
comercializar y la generación de industrias competitivas para la
comercialización, son las tres claves de la realidad lechera
nacional.
“Argentina
hoy no define qué es leche, no tiene un bien transable definido, con
un precio cierto que pueda perfeccionar el consentimiento, con los
diferentes instrumentos transaccionales que sean formales y permitan
un arbitraje ante la posibilidad de un conflicto”, explicó García
Maritano.
La
productora Andrea Passerini planteó “el uso y costumbre de
entregar la leche”, sin una condición formal en la transacción
que debilita la posición del tambo en la articulación de la cadena.
Para eso se reclama poner en marcha normativa vigente. Concretamente
la entidad sigue trabajando para que se ponga en marcha lo firmado en
el Acta de San Francisco de 2002, cuando se reclamaba que se pague la
leche por un estándard de sólidos, dejando el esquema por litro.
Además,
las bonificaciones deberían estar por fuera de la determinación
central del precio. Debe haber un estándard en la conformación del
precio, para poder hacer comparaciones y así tener una real
referencia de los precios y la calidad de producción.
CRA
considera que se debería segmentar en kilo de grasa y proteína el
pago; y no como es el criterio del Sistema de Gestión Integrada de
la Lechería Argentina, que trata de sólidos útiles. De esta manera
se puede tender a la generación de precio sobre un mismo bien
transable.
La
Resolución 229 establece los parámetros de grasa y proteína sobre
los que se debería pagar la producción. A esto se añade el área 2
del Plan Estratégico y también un acuerdo sellado en Oliveros en
los últimos años.
“CRA
tiene a esto como eje de su acción gremial, porque es la forma más
beneficiosa para que los tamberos comercialicen su leche. En la
gestión comercial le va la vida al tambero”, argumentó Andrea
Passerini, avanzando con este mensaje sobre todos los tamaños de
tambos.
Tres miradas
En
un plenario de cierre, el presidente del Centro de la Industria
Lechera, Ercole Felipa; el productor y dirigente, Jorge Pesce; y el
director provincial de Lechería de Santa Fe, Abel Zenklusen
intercambiaron miradas sobre el lugar que cada uno representa dentro
de una cadena con tanto potencial, pero con similares condiciones
hace años.
“La
lechería argentina es un sector con gran potencialidad”, que
cuando tuvo la posibilidad de crecer, lo hizo, sin embargo hace años
que se muestra un estancamiento más allá de la última década.
Para Felippa esto tiene que ver con una caracteristica propia de la
actividad, donde hay una continuidad.
“El
gran desafio que tenemos es no vernos como competidores, porque
tenemos una agenda en comun para lograr los consensos necesarios”,
por lo tanto “tenemos que aprovechar ventajas comparativas respecto
a otro países, para ganar espacio en el mundo”, para lograr “una
lechería en crecimiento, con una mayor posición exportadora que no
signifique quebranto para el tambo o la industria. Tenemos que
aprovechar los cambios de paradigmas productivos”, aseguró el
también presidente de la cooperativa láctea Manfrey.
Además
el representante de los industriales agregó que “es necesaria una
fuerte participación del Estado, de los institutos de investigación
y desarrollo, además de productores e industrias, porque todos
tenemos que ganar y trabajar de manera mancomunada para obtener los
mejores resultados”.
Para
Jorge Pesce, teniendo en cuenta los diferentes sistemas de producción
y las situaciones diversas del productor que trabaja en campo propio
o alquilado, “teniendo en cuenta que tenemos las vacas, las
industrias, que tenemos a la predisposición de la gente, es
imposible pensar que la lechería no se algo fundamental para el
país, pero también para la provincia de Santa Fe, con un consumo
interno que debemos fortificar y una exportación que tiene que
crecer”.
“Todos
sabemos por dónde tenemos que ir, pero cómo puede ser que no lo
podamos lograr, entonces cada uno tiene que hacer su mea culpa.
Nosotros los productores tenemos un montón de entidades que nos
representan pero tenemos que ponernos de acuerdo en tirar para un
lado que es el crecimiento de la lechería. La forma es estar todos
juntos trabajando, porque todos tenemos capacidad para lograrlo”,
dijo desde el eslabón inicial de la cadena.
Hoy
hay una exigencia de mayor eficiencia en el campo, por “instinto”,
pero es necesaria una mayor participación en las instituciones para
movilizar de mejor manera las necesidades y oportunidades del sector,
siendo las capacidades financieras disponibles las que pueden hacer
la diferencia en la eficiencia o la expansión, pero también que
alienten a la renovación de quienes son protagonistas del sector.
Pesce
entiende que tomar modelos que funcionaron en el mundo pueden ser
clave para promover el consumo, para mejorar la industrialización,
pero también hay que asegurar el destino de la producción, los
valores adecuados de los productos y que haya competitividad para
toda la cadena.
“Soy
un fanático de la lechería, de toda mi vida. Nosotros tenemos que
seguir con la idea de crecimiento que se basa en la convicción de
ser sustentables, ganando plata y acompañando al ambiente y en
convivencia con las comunidades. El arraigo de la lechería en
nuestra provincia y en la Nación es muy importante” entiende,
mientras que “tenemos que comunicar muy bien lo que hacemos.
Debemos seguir trabajando en el tambo, nuestros campos tienen que ser
un buen ámbito de trabajo para nuestra gente, con buen ambiente para
las vacas. Hay muchas cosas para solucionar, que tenemos que hacer
entre todos”, resumió.
Zenklusen
es además de funcionario productor lechero en un emprendimiento
familiar y se muestra convencido de darle continuidad a una actividad
que tendrá en los próximos años una demanda creciente de Africa y
de Asia, principalmente. “La ventaja es que Argentina tiene mucho
para crecer, con poca inversión ya podemos hacer una diferencia, con
tecnología sobre todo desde Santa Fe, que tiene el 34 por ciento de
los tambos y que muchos de ellos son chicos que son los que tienen
que tener la oportunidad de crecer”. Lo que propone es ponerse
objetivos claro y crecer sólidamente “pasar de los cuatro o cinco
mil litros diarios a los 12 mil puede resultar sencillo con
inversiones concretas y sencillas. Nosotros como Gobierno lo que
podemos hacer es apoyar a todos los que quieran acceder a eso”.
El
crecimiento en eficiencia del tambo permite entender que se puede
lograr el objetivo a partir de los diferentes sistemas, siempre y
cuando se tenga acceso al financiamiento para las inversiones clave.
Rentabilidad e infraestructura son los puntos determinantes de la
continuidad en el negocio, que tiene como eje a un alimento
insustituible en las dietas.
Zenklusen
concluyó que “el Gobierno provincial está viendo a esta
producción como algo importante, con interlocutores que estamos
dispuestos a llevar soluciones. Todavía estamos a tiempo, a pesar
que haya una alta velocidad de cierre de tambos chicos, pero estamos
disponiendo de herramientas para financiamiento, tecnología,
infraestructura. Tenemos que ver más la cadena, el cambio de sistema
de pago, pero tenemos que contemplar también al asociativismo”.
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