La recuperación en los precios internacionales se consolida

Los lácteos se muestran decididos a recuperar cifras de meses anteriores, con una demanda que mejora.


Por Elida Thiery – Este martes, a dos meses de terminar el año, los precios en la última subasta del comercio mundial de productos lácteos que ofrece el Global Dairy Trade, en su edición 294, terminó de forma muy positiva con un aumento del 2,2 por ciento. Así el promedio de la tonelada se situó en 4.061 dólares, en general.
Sin oferta de caseína, suero dulce en polvo y manteca en polvo, el resto de los productos se situaron en positivo, sin contracciones.
La leche descremada en polvo, que es el segundo producto de referencia más grande de Fonterra, ganó 2,5 por ciento a un promedio de 3.401 dólares por tonelada, con un nuevo impulso desde el 0,5 por ciento de la última subasta a comienzos del mes.
El mayor impacto positivo lo aportó la lactosa con 5,9 por ciento de aumento, llegando a 1.258 dólares por tonelada, aunque con poco volumen comercializado.
La manteca aumentó un 4,7 por ciento, hasta los 5.111 dólares, mientras que el queso cheddar subió 2,9 por ciento (US$ 4.426); y la grasa anhídrida aumentó 2,5 por ciento (6.151).
La leche entera en polvo, que tiene la mayor influencia en el mercado internacional, pero también en la construcción del precio al productor en Nueva Zelandia y en el mundo en general, subió 1,5 por ciento a un promedio de 3.803 dólares por tonelada, luego de una caída del 0,4 por ciento en la subasta anterior, pero fortaleciendo su valor, aunque todavía lejos del piso de cuatro mil dólares que se había sostenido de marzo a junio.
Con esta pintura, ya comienza a estimarse desde Fonterra que la temporada 2021/2022 pueda tener precios récord en los tambos, quizá llegando a 8,75 dólares NZ por kilo de materia prima, superando las cifras de 2013/2014.
En esta primera mitad de la primavera los signos son de vigor en la demanda, ante una oferta que debe ir creciendo, son las que empujan las cifras y dan pelea a problemas internacionales de logística y de costos alterados por la inflación, ínfima desde la mirada argentina, pero sobre lo que trabajan el resto de los países para atenuar y recuperar el ritmo habitual de los mercados.

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