Este lunes se presentaron ante los ministros de Trabajo y Desarrollo Productivo los lineamientos iniciales de la idea de conformar un fideicomiso con dineros estatales que administren amigos del Gobierno, ahora aceptado esto por Atilra y también participando del manejo de fondos. La Cooperativa no tiene nada aceptado, ni definido y se acrecienta el rechazo de los tamberos asociados ante la incursión oficialista.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - Siguiendo con la aceleración que marcan las elecciones del domingo, lo que comenzó siendo una convocatoria de un sector de la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina y se concretó a modo de manifestación este mediodía, acompañó una reunión que no hizo más que esclarecer que hay partes dialogando sobre cuestiones vinculadas a SanCor.
Si bien las operaciones mediáticas que pasaron de los empresarios amigos del Gobierno ahora a involucrar al propio gremio, siempre en los mismos sitios y ahora sumando a los del propio grupo económico que quiere entrar en el juego, intentan dar a entender que hay negociaciones concretas para se de un desembarco inmediato en la Cooperativa Láctea, lo que falta explicar es que los intercambios de la intención recién comienzan, que no hay nada cerrado, nada firmado y que la finalidad está muy distante de hacer crecer a la firma.
En un encuentro en el Ministerio de Desarrollo Productivo, con su titular y su par de Trabajo, que tendrían cambios en sus conducciones desde el lunes próximo, esta tarde se encontraron representantes del gremio, de los empresarios amigos del Ejecutivo; y de la propia Cooperativa en la figura de su presidente, José Gastaldi.
A pesar que Atilra emitió un comunicado confuso sobre el encuentro, titulado “se concretó hoy el acuerdo para la reactivación definitiva y sustentable de SanCor”, donde descubren que el gremio participaría de la administración del fideicomiso que se armaría con dineros del Estado, con lo cual parece haberse firmado la paz en un conflicto inicial que había desencadenado un paro nacional hace más de tres semanas.
De un “memorandum de entendimiento” como se indicaba la semana anterior, ahora Atilra detalló este “memorandum de compromiso”, donde se inicia explicando que existen “dificultades en el mercado lácteo en general”, pero que afecta a la Argentina a contramano de lo que demuestra el mundo, sin mención alguna a la política exportadora o económica que daña a todo el sector.
Se enfatiza la “crítica situación de SanCor”, y se llama a “un nuevo modelo de gestión”.
Con el fideicomiso se “creará un patrimonio de afectación” para que lo administre el grupo empresario seguido por Atilra, involucrando al BICE o al Banco Nación en esto, con lo que comprarían materia prima e insumos y no permitirían despidos sin causa en un número de trabajadores que se reduce cada día, ahora de 1.450 empleados. Nada se dice de la inversión en líneas productivas actuales, que es donde está la clave para crecer.
Pero en el final del comunicado de Atilra, es donde se indica que “las partes se comprometen a poner sus mayores esfuerzos para avanzar a la brevedad en el sentido antes indicado, ejecutando todos los actos jurídicos que fueren necesarios a tal fin”. Esto es fundamental, sin un avance a tratamiento en asamblea y sin aprobación de los tamberos asociados, nada de esto se podrá concretar.
El Gobierno y sus intereses quieren una vez más sobrepasar la propiedad privada o cosas tan conocidas como la Ley de Cooperativas, donde están explicitados todos los pasos normativos para tomar decisiones en empresas de estas características.
Lo que no esclarecen Jorge Estevez, Marcelo Figueiras, José Urtubey, Leandro Salvatierra, e incluso el propio Ponce es que acá no habrá dinero de los privados, no hay conocimiento del negocio que pueda explicar el motivo de este desembarco, e incluso no se explicita la intención última de esta acción que es la de debilitar a la Cooperativa Láctea y a mediano plazo, venderla o desguazarla como sueñan tantos detractores de la misma.
Tampoco se explica el motivo por el cual derivar dinero estatal a un grupo de privados, pudiendo hacerlo directamente a la misma SanCor, que ya cumplió con todos los pasos para su reestructuración y saneamiento y dejó los peores momentos atrás, hace varios años.
Estos potenciales socios que quieren pegarse a una de las marcas más reconocidas por el consumo tienen intereses para su provecho personal, más allá de la factibilidad de la idea, que copia exactamente a lo instrumentado en 2006, que sigue los mismos pasos incluso en la difusión de la intención.
Lo que sucede en estas horas es sólo la explicitación de las intenciones, pero como es deber del Consejo de Administración de SanCor recibir y evaluar propuestas, para luego pasar a un análisis de factibilidades, se hace largo el camino para llegar a una Asamblea de Asociados.
Son los tamberos los que definen el destino de su cooperativa, como ya lo han hecho en muchas oportunidades.
Atilra, que dá su pelea interna también con este tema y se trasluce por la falta de apoyo de seccionales de mucho peso en el país, intenta con estos mensajes atemorizar a los trabajadores y también a los tamberos indicando que esta es la única alternativa para motorizar la producción de SanCor, sin embargo se genera el efecto contrario.
Muchos miran a la láctea desde afuera, pero lo que importa es quiénes dan la materia prima y levantan su mano respecto a las intenciones. De forma creciente y en los últimos días se van sumando tamberos que se manifiestan en contra de esta incursión, siendo éste tema saliente en las reuniones de las últimas horas en las diferentes zonas y circuitos de la cooperativa.
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