El ministro de Agricultura, Julián Domínguez, habló por primera vez de la situación de la cooperativa e intentó brindar un panorama de la política lechera de su gestión, en una charla con Agrofy News.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - Para la lechería pareciera que hace demasiado tiempo están en el Ministerio de Agricultura quienes lo conducen, porque se da una situación que no se repite en otros sectores, ya que se replican los nombres que a fines de 2009 tomaban los cargos de referencia para el sector.
Julián Domínguez desde mediados de septiembre de este año es el Ministro; y Arturo Jorge Videla desde junio de 2020 es el director nacional de Lechería, el tema es que oficialmente hasta el momento no hubo ni una sola política sectorial puesta en marcha, vieja o nueva, no la hay.
Lo único que se había activado fue la propuesta de las empresas para salir del esquema de precios máximos y ampliar la oferta de productos y marcas en Precios Cuidados, que duró casi nada porque volvieron las imposiciones en el programa.
Con muchos encuentros virtuales para definir el pago por calidad y dejar los litros atrás, no se pudo llegar a un acuerdo, ni siquiera basándose en el Código Alimentario Argentino y de ahí partir para definir el porcentaje del precio para las compensaciones, pero tampoco se dio un encuentro de la cadena lechera por completo en todos estos meses de gestión, de vaivenes de mercado, de producción y de rumores sobre medidas contrarias al sector.
Esta semana se supo que Domínguez visitó Lácteos Aurora en la provincia de Buenos Aires, para compartir una ayuda económica que es aporte nacional, que también lo hará la gestión de esa provincia, sin embargo nada se dice sobre las ideas que se tienen sobre la lechería específicamente.
En un parte de prensa oficial se explica la idea idílica que repite cada vez que se lo consulta el propio Videla. “El Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, a través de la Dirección Nacional de Lechería, estima que en 2021 y por segundo año consecutivo crecerá la producción nacional en el sector lácteo. De acuerdo a las estimaciones, se ubicará en torno a los 11.500 millones de litros de leche producidos, lo cual representa un crecimiento de al menos el 4% y que profundizará la fuerte recuperación de la actividad que se registró el año anterior”.
Agregan así que “en consumo interno y exportaciones también se consolidaron los datos positivos de 2020. En ese sentido, el consumo per cápita cerrará el año en torno a los 187 litros. En 2019, el consumo per cápita se ubicó en 182 litros. En el caso de las exportaciones del sector lácteo alcanzarán los 3.000 millones de litros y superarían los 1.300 millones de dólares”.
Esto no es obra de la política, sino del esfuerzo de los privados y con el condimento fundamental de un clima favorable durante 2021. Los números cambiarán con los temporales de diciembre, los granizos e incluso la sequía y las temperaturas elevadas que agobian a los rodeos.
En ocasión del cierre del año del Círculo Argentino de Periodistas Agrarios estuvo presente el Ministro Domínguez y fue la oportunidad para develar el misterio sobre su mirada en cuanto a las necesidades y respuestas para el sector lechero.
Dispuesto a responder hacia dónde va la lechería, Domínguez comenzó diciendo “nosotros estamos obsesionados en consolidar al primer eslabón, que son los tambos. Todo el esfuerzo que yo le he pedido a Videla es que lo concentre en sostener al primer eslabón”.
“No es casualidad que lo que nosotros decimos que el punto ordenador son los productores. Ahí tiene que estar orientado el financiemiento, la asistencia, queremos fortalecer la asociación de productor y de tambos, particularmente las cooperativas”.
Parece un poco confusa la terminología usada, pero básicamente el Ministro entiende que hay que fortalecer a la generación de materia prima, que es en definitiva la que mes a mes sigue perdiendo unidades productivas, no litros, ni animales, que pasan a ser parte del fenómeno de la concentración. Sin embargo, la política lechera argentina está ausente de acciones concretas en este sentido. Al momento nada se hizo para este sostenimiento, salvo la presencia del Director Nacional en una entrega de fondos que la provincia de Santa Fe hiciera en octubre.
“Sobre la industria creemos necesario más que nunca vincular a los tambos con la comercialización. Hay experiencias como la cooperativa de Tandil, los productores de sierra y los productores de mar, que ese proyecto se consolide y salga adelante, que se produzca mozzarella y que se pueda exportar”.
Domínguez agrega que “el objetivo central es darle previsibilidad a los tambos, para que se consoliden y se desarrollen. Sobre la industria, trabajando en todos los eslabones de comercialización, sabemos que es un proceso de concentración importante y nosotros vamos a trabajar y tratar de poner todo el empeño en que el productor pueda recibir un precio lleno y que pueda seguir haciéndose el tambo de la Argentina”.
Debería a partir de esto generarse una reunión de Mesa Lechera que tenga la presencia del Ministro para poder aclararle algunos puntos y ordenar las prioridades de cada segmento. Tendría que suceder eso y también que la previsibilidad de los tambos parta de la forma de pago de la materia prima, por calidad y abandonar los litros, como para que realmente el sector primario esté mejor contenido y los resultados cualitativos sean mejores para el proceso industrial y los productos lácteos.
¿Y SanCor?
Más
allá de todos los pendientes, el punto que más vincula al Gobierno
con la lechería en los últimos meses es sin dudas SanCor, la
Cooperativa a la que un grupo de amigos del poder intentan acercar
una propuesta de conformación de un fideicomiso, con dineros
públicos, sin esfuerzo de los privados.
“Estamos
muy atentos a lo que sucede con SanCor. Para nosotros es importante
que los productores proveedores de SanCor puedan proveer y SanCor
pueda seguir trabajando; y nosotros poder garantizarles lo que le
venden” le dijo a Agrofy News el Ministro en medio del intento por
explicar su idea de gestión para el sector.
Pero
lo importante es insistir sobre el tema más puntualmente. Muy
sorprendido gestualmente se mostró al preguntarle “¿que
injerencia tiene usted y que opinión tiene sobre esta idea de formar
un fideicomiso con dineros del Estado?”.
Fue
Julián Domínguez quien calmó los ánimos de Atilra en octubre
luego del paro nacional lanzado por el gremio, es quien sentó a
Héctor Ponce con el jefe de Gabinete, Juan Manzur, puede que por los
años de vínculo con el sindicato sienta una responsabilidad que lo
hace balbucear al empezar a responder.
“Nuestra
tarea es la producción, producción primaria y la instrucción
impartida es que los productores y al consorcio de cooperativas que
le proveen a SanCor puedan tener la previsibilidad, que van a proveer
leche, que van a abastecer de leche y van a poder cobrar. Nosotros
llegamos hasta ahí, queremos que SanCor se recupere comercialmente,
la ingeniería industrial y comercial no es nuestra competencia, lo
que queremos es que SanCor siga siendo un referente y un valor de
referencia para el sector, por el valor cooperativo y por lo que
representa, fundamentalmente, como experiencia histórica para los
productores de leche”.
No
se aclaró de quien es la instrucción para dar previsibilidad a la
cooperativa, siendo algo que en definitiva reclama todo el sector
lechero desde hace décadas.
Las
palabras del Ministro son las primeras enfocadas al tema lechero,
pero también sobre la cuestión que rodea a la Cooperativa con base
en Sunchales que está tan presionada mediáticamente e incluso por
el sindicato de trabajadores que genera una confusión absoluta entre
los socios tamberos y la planta de personal afectada directamente por
esta marea de malestar que no deja de subir.
SanCor
es una cooperativa, pero no corresponde a nadie más que a su
dirigencia y a sus asociados opinar sobre su forma de hacer negocios,
no tiene que ser intervenida, ni recibir desembarcos poco claros por
el capricho de un puñado de empresarios que quieren aventurarse con
el dinero de todos los argentinos, sin arriesgar nada de lo propio.
El
Ministro manifiesta una buena voluntad, pero que no es competencia de
la Nación. Cuando SanCor le pidió al Gobierno a comienzos de 2020
una garantía para salir a pedir un préstamo esto le fue negado, por
lo tanto sería irracional que hoy el Banco Nación abra su bóveda
para brindar 60 millones de dólares en esta peripecia caprichosa.
Son
muchos los nombres del poder vinculados a esta alternativa, más allá
de los mencionados en esta nota y los ya sabidos Jorge
Estevez, Marcelo Figueiras, José Urtubey, Leandro Salvatierra
y Gonzalo Scaglione. Existen negociaciones que han pasado por el
Gobierno de Santa Fe también y eso es lo que a Atilra la empuja a
presionar, a intentar a apurar un proceso al que le falta sobre todo
el financiamiento, pero sobre todo que carece de confianza entre los
tamberos que son los que deberán votar en algún momento por si o
por no y de manera unánime, si se llega a una asamblea
extraordinaria para tratar una propuesta que aún está vacía.
Lo
que podrían hacer los gobiernos es propiciar una alternativa de base
cooperativa, que involucre de manera equitativa a las partes, que
cuente con mayor solidez que este invento que se quiere consolidar.
En
definitiva, SanCor debe transitar esta etapa de mayor criterio entre
los 650 mil litros actuales y 1,5 millones posibles con todos los
empleados que tiene hoy, debe conseguir más materia prima con dinero
genuino y así hacer crecer el mercado interno y el externo.
Sin
confianza es imposible avanzar y esa es la carencia principal en este
proceso, lo cual no puede forzarse con bloqueos, operaciones,
amenazas o cualquier alternativa de viejas usanzas que no hacen más
que debilitar a la empresa que supuestamente se quiere “salvar”.
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