Las cotizaciones internacionales de los lácteos marcan alzas que ponen a los productos en los niveles de 2014. De estos números al aprovechamiento que pueda hacer Argentina hay un tramo en el que la politica juega un papel preponderante.
Por Elida Thiery - A
fines de febrero de 2014 los precios internacionales de los lácteos
estaban en los parámetros actuales, según lo acaba de confirmar el
evento 301 del Global Dairy Trade.
La
subasta electrónica de Fonterra volvió a pegar un salto positivo de
4,1 por ciento respecto a dos semanas atrás, llegando a promediar la
tonelada de producto los 4.630 dólares.
En
poco más de dos horas, 162
compradores se repartieron 28.463 toneladas, en una ronda que no tuvo
productos con registro negativo, pero tampoco registró ofertas de
lactosa, ni suero dulce en polvo.
La
mayor suba estuvo sentada en los 9,7 por ciento de la manteca en
polvo, que trepó a 4.009 dólares.
El
segundo mayor registro fue el del principal producto del sector, la
leche entera en polvo creció 5,8 por ciento, llegando a 4.324
dólares y así consolida un camino que marca alzas en demanda y
valores para el resto del año. Los futuros de la LEP llegan a
escalar más de siete por ciento para julio y en este momento iguala
valores de marzo de 2021, entre los dos mejores valores en los
últimos cinco años.
La
manteca subió 3,3 por ciento, hasta 6.359 dólares. Completaron las
subar el queso cheddar (2,4%; U$S 5.684); la leche descremada en
polvo (2,1%; U$S 4.051); y finalmente la grasa anhídrida (1,4%; U$S
6.800).
De
continuar esta tendencia, según lo que indican los mercados a
futuro, será cuestión de semanas para llegar al máximo del mercado
en los últimos diez años, que se registraba en abril de 2013,
cuando un salto importante recuperaba las expectativas de aquel
momento en la cadena lechera internacional.
En
nuestro país, las empresas exportadoras pueden aprovechar estos
números para seguir vendiendo de mejor manera, sin embargo siempre
queda corto el esfuerzo cuando no hay apertura de nuevos mercados,
cuando no se negocian nuevos acuerdos internacionales y al existir
siempre el riesgo de modificaciones de reglas de juego.
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