La prueba que se intenta poner en marcha en la provincia, para modelizar lo que se trasladaría a nivel nacional, tendría en algunas semanas la firma de un acuerdo de las entidades tamberas para avanzar en las primeras experiencias con industrias.
Por Elida Thiery (Agrofy News) - Que Argentina atrasa en el ordenamiento de sus sectores productivos no es una novedad, mucho menos si se habla del sector lechero. Esto no es potestad de este Gobierno, sino que es una característica de los sucesivos ejecutivos que nunca pudieron encaminar las políticas lecheras y es por eso que aquí se sigue pagando a la leche por litro, sin diferenciar calidades.
Si bien el Código Alimentario Argentino define lo que es leche y sigue defendiendo la terminología láctea para los productos que se originan en animales mamíferos, frente a las intenciones de los productos de base vegetal, pareciera que algunos aún no tienen en claro estos conceptos, incluso dentro de la misma cadena.
De esto se habló bastante en los inicios de 2021, junto con los conceptos que están escritos en las resoluciones 189 de 2014 y su evolución, la 229 de 2016. Una vez acordado esto se volvió sobre la idea de lanzar una prueba de pago por calidad de la materia prima, tomando como guía la última de estas dos normativas y sería la provincia de Santa Fe dónde se ponga en marcha.
Si bien Santa Fe cuenta con legislación al respecto, redactada en los gobiernos socialistas, nunca pudiendo ponerla en marcha más allá de la generación de algunas bandas de precio de productos o precios de referencia sin demasiado sustentos.
Es desde hace un año que está en debate la situación de intentar acordar cierta adaptación regional de la Resolución 229 para poder conseguir que algunas industrias empiecen a pagarle a sus tambos remitentes la leche cruda por su composición cualitativa y sanitaria.
Parece que son tiempos en los que se superaron los debates sobre tambos o empresas por fuera del territorio provincial y ya se entendió que la prueba debe comenzar en dimensiones posibles, sin embargo, se sigue dispensando tiempo en detalles que no permiten ver que las condiciones están dadas para dar un paso importante en lo que puede ser la modificación fundamental de la liquidación de la leche en todo el país.
Argentina no sabe copiar modelos exitosos en cuanto a políticas públicas y cuando tiene herramientas se toma demasiado tiempo para al menos intentar pruebas.
La semana pasada tuvo lugar el II Seminario Internacional de Lechería de la Sociedad Rural de Rafaela que congregó a todos los eslabones de la cadena y en el que hubo definiciones respecto al pago por calidad.
El presidente de Confederaciones Rurales Argentinas, Jorge Chemes, fue quien manifestó no considerar un logro que la lechería se mantenga en el topo de los 11.500 millones de litros producidos, por la falta de incentivo en cuanto a políticas e inversiones. Del mismo modo, llamó a instalar la intención que trabaja la entidad hace años de institucionalizar los mercados, pero sobre todo, mejorar la transacción de la materia prima.
En este sentido, Sergio Roskopf, coordinador de la Comisión de Lechería de la Confederación de Asociaciones Rurales de Santa Fe advirtió en el encuentro que “hay que poner en ejecución la normativa vigente nacional y provincial, para mejorar intercambio de leche cruda. Hoy se entrega la leche y no se sabe el precio, el pago es lejano a la fecha de entrega”.
Pedro Rostagno, veterinario y referente de Carsfe en temas lecheros remarcó que “como productor creo que si se empieza a diferenciar la composición y calidad higiénico sanitaria de la leche va a haber mucha más preocupación para mejorar eso y será recompensado por la industria. De esa manera vamos a lograr ser más eficientes”.
El punto de mayor debate con las otras entidades que participan de este proyecto, es que poner en vigencia toda la normativa implica aspectos como la obligatoriedad de contratos entre las partes y esto es lo que puede hacer caer la intención. No porque no correspondan los contratos, sino porque no pueden ser la primera condición para empezar a transformar el pago por la materia prima. Esto es lo que muchos encuentran como condición fundamental, pero que a las claras está visto que no se necesita empezar por un papel para transformar el modo de pago, sino que eso debe ser una opción a futuro cuando el sistema esté pulido y activo.
Más importante es contar con una leche de referencia, con parámetros sanitarios adecuados que aporten un precio de referencia y a partir de ello poder calcular cuánto se paga por kilo de grasa y proteína.
¿Dónde está el piloto?
Según pudo saber Agrofy News, el acuerdo entre las entidades de productores ya está dado en este punto clave y es así que podría darse en las próximas semanas la rúbrica del papel que empiece a habilitar una puesta en marcha gradual, pero concreta. La fecha y la hora para concretarlo ahora está en manos del Ministerio de la Producción de Santa Fe, que es el estrato del Estado que tiene en su poder la palabra final en el tema.
Lo que se denomina como “Plan Piloto”, aunque repita el nombre de una vieja estrategia sectorial que quedó diluida, cuenta con la decisión de la provincia de Santa Fe y tiene el visto bueno de la Nación.
“Desde el inicio de la gestión este fue uno de los temas centrales y lo trabajamos en el ámbito del Consejo Federal Lechero”, indicó Arturo Jorge Videla. La necesidad de pagar por sólidos útiles es clara, requiere financiamiento para estandarizar criterios en los tambos, en la toma de muestras para el transporte y para el contraste de análisis de las industrias.
Según el Director Nacional de Lechería, el financiamiento para esto estaba dentro del presupuesto para este año, que no fue aprobado por el Congreso. El tema es que el pago por calidad se debate desde su gestión anterior, se escribió la primera resolución y a principios de 2021 se desarrollaron todos los encuentros virtuales con las entidades productivas a partir de lo cual se podría haber puesto en marcha cómodamente durante el año anterior.
“Estamos totalmente convencidos de que la lechería se tiene que poner los pantalones largos de una sola vez y que esto genera un cambio estructural y nos posiciona de otra manera, pero evidentemente requiere de muchas acciones y de la articulación de las provincias con la Nación”.
Desde el Centro de la Industria Lechera, Ercole Felippa señaló que “una gran limitante para poder avanzar es que hoy es muy heterogénea la calidad de un productor a otro, a ello hay que agregarle un alto nivel de informalidad, entonces si se implementa un sistema de estos, una leche de buena composición y calidad versus una de no tan buena composición, que según los datos del Siglea corresponde al 50 por ciento del total, se logrará un diferencial que si no se aleja la informalidad puede generar una gran distorsión”.
“Nosotros somos grandes defensores y creo que tenemos que avanzar en ese sentido, es la materia pendiente que tenemos, pero necesariamente tenemos que resolver las otras cuestiones”, un mayor volumen, de mejor calidad, con menos informalidad es la manera en la que se debe avanzar.
Por su parte, Pablo Villano como titular de Apymel enfatizó, “estamos de acuerdo en pagar por calidad, todos los sectores lo estamos, el tema es que lo tenemos que lograr a partir de una línea política entre las entidades de productores y las cámaras empresariales. Coincido con que si tenemos una leche que no está en los parámetros adecuados de calidad, hay que ver cómo vamos a hacer con quienes estén cobrando mucho menos que el promedio. Hoy la leche buena subsidia a la leche mala, entonces se debe ver cómo el productor va a soportar con menos precio para transformar a la materia prima”.
Si bien “hay que ir a una transición, hay que empezar ya a trabajar con un programa de calidad en todos los tambos, con más soporte de capacitación y financiamiento, entonces cuando la mayoría de la leche sea de mayor calidad, hay que implementarlo en todo el país”.
Claro está que Santa Fe tiene la obligación de sentar a Apymel en la mesa de negociación, no sólo en temas de calidad, sino también en todas las cuestiones lecheras que se abordan, por se la entidad de mayor representatividad a nivel nacional y provincial en cuanto a pymes lácteas.
¿Un ente lechero?
Durante su presentación, Arturo Jorge Videla puso de manifiesto que “hay que trabajar y fortalecer la articulación de la producción y la industria con el sector público en los ámbitos provinciales y también en la Nación, para coordinar mejor las políticas públicas”. Mucho más allá del pago por calidad y atendiendo a un tema que también se debate hace algunos años mencionó una necesidad.
“El sector merece institucionalización, un espacio donde estén sentadas la producción, la industria, los gobiernos provinciales, instituciones técnicas, bajo la forma de ente, instituto, agencia, lo que se defina por consenso, para determinar planes de acción a mediano y largo plazo, que trascienda gobiernos de turno y que sirva para dar financiamiento a este sector estratégico para la economía nacional”.
Actualmente la FunPEL reúne con financiamiento propio a entidades productivas e industriales y es a partir de ese espacio que se empezó a pensar en generar algo similar al IPCVA o el INYM, para que el sector lechero consiga debates y consensos bien representativos y decisiones constantes. Videla toma esa intención y la manifiesta, pero aún queda mucho por recorrer para empezar a pensar en una concresión.
“Estemos a la altura de las circunstancias desde el sector público y el privado, demos lugar a un espacio que nos permita desde la institucionalidad dejar en claro un plan de acción, desde los objetivos, las metas, los instrumentos que necesita el sector, para aprovechar la enorme potencialidad necesita el sector para ponerlo en valor y por las oportunidades que presenta el mercado internacional”.
Las ideas están, falta ponerlas en marcha, porque no todo necesita presupuesto, sino simplemente decisión.
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