Un Iromman invita al último Desafío Tambero del año

El 3 y 4 de diciembre será el fin de semana elegido para terminar 2023 sumando kilómetros y donando litros de leche. Tomás Gortari, productor y deportista, lidera el grupo que organiza la actividad y cuenta cómo los lácteos son fundamentales para el entrenamiento, pero también para que la comunicación del campo traspase el alambrado.

Por Elida Thiery (Agrofy News) - Cada día en el tambo es un nuevo desafío, una producción que depende netamente de la naturaleza requiere un esfuerzo diario que está compuesto de una dedicación especial. Algo así también sucede con el entrenamiento deportivo, sobre todo cuando se trata de algo amateur, cuando no se vive del deporte, pero si se vive para disfrutar de lo que una actividad aporta como recompensa al final de cada jornada.

Mucho sabe de todo eso Tomás Gortari, productor que desde Henderson trabaja en la lechería, se ocupa de mejorar las condiciones de la tarea cotidiana, está sobre el bienestar animal, pero también se organiza para disfrutar del entrenamiento para seguir mejorando sus performance en cada edición de estos triatlones en los que participa.

Tiene 46 años y desde hace unos cinco decidió meterse en el mundo del running y algo más. Se anotó entonces en un medio maratón, lo corrió, le pareció accesible y fue por otro. Pero envalentonado fue por un maratón a las pocas semanas y sintió que podía subir la apuesta.

Es el proceso que hacen muchos buenos corredores y Tomás se prendió en el entrenamiento para llegar en siete meses a correr su primer medio Ironman en Bariloche.

A esta altura lleva corridos siete medio Ironman y dos enteros, que consisten en nadar 3,8 kilómetros, andar 180 km. en bicicleta; y correr lo que representa un maratón, 42 kilómetros.

En 2022 iba a correr en Uruguay y por la pandemia se canceló la competencia, así que hizo su propia carrera, mientras que este año fue a visitar a su hija a Boulder, Colorado y terminó clasificando para la fecha mundial de Saint George, en el Estado de Utah, donde con la mitad de las distancias por delante, las terminó haciendo en 5:26:34 horas.

El logro siempre es personal y el objetivo es seguir mejorando, así que después de entrenar hace unos días en San Martín de los Andes, ahora se encamina al Ironman de Mar del Plata, que el 4 de diciembre se disputa con participantes de muchos rincones del país, pero también con la presencia de deportistas internacionales.

Combinar el trabajo y la rutina deportiva no es tarea fácil. “Tengo un plan de entrenamiento muy organizado que lo acomodo cada semana. Es la única manera de cumplir con los objetivos, pero de alguna manera te enviciás organizando todos los días, para no tener margen de error”.

El tambo tiene cosas inesperadas que atender, como pueden ser partos complicados, pero siempre hay un momento para subirse a la bici, para correr o para nadar y cumplir con los objetivos del día. “Si querés excusas, tenés excusas, pero si no las querés, no las tenés” dice sobre un ritmo muy cargado de entrenamiento que sólo le deja los lunes libres, pero que a veces le propone doble turno en la previa de las carreras.

“Hay que prepararse mucho mental y físicamente”, explica mientras refuerza una convicción “hay que entrenar siempre con una base en la nutrición, es como les pasa a las vacas”. Para que los animales produzcan más y mejor tienen que tener un veterinario que las supervise y un nutricionista que vaya retocando la dieta según las necesidades, en el deporte pasa lo mismo, un entrenador tiene que combinarse con la nutrición para aportar las mejores condiciones.

“Además de producir, a mi los lácteos me hacen bien y los consumo en las dos o tres comidas que tengo en el día, además de muchas proteínas, hidratos y el resto de los nutrientes”, indica mientras tiene a la leche chocolatada como una de las bebidas fundamentales a la hora de la recuperación y rehidratación, además de batidos proteicos en base a suero lácteo.



Desafío Tambero creciendo

Está demostrado por la neurociencia que al ejercitarse el cerebro se relaja y produce mejores y más claras ideas. En algo de esto estuvo en un entrenamiento la intención de entender una manera de “hacer salir al agro del ámbito dónde está, porque nosotros dependemos del consumo y la mayoría de los consumidores están en las ciudades y no conocen al sector, por eso tenemos que dejar de hablar entre nosotros”.

De una conferencia hace muchos años donde escuchó que “el principal problema del campo era la sección rural de los diarios, porque es lo primero que la gente descarta para hacer un asado, por ejemplo, tenemos que entender que hay que comunicar mejor. Es interesante no suponer nada, muchos creen que en la ciudad todos tienen una mala imagen nuestra y no es así, la clave es contar lo que hacemos, mostrarlo”.

Las redes sociales les dieron a todos los sectores una manera distinta de mostrarse, que de utilizarse bien permite abrir espacios, generar conversaciones. Tomás es un protagonista en este sentido, que no sólo muestra cómo produce, cuál es su trabajo en el campo, sino que también comparte sus entrenamientos, mensajes positivos en los que las vacas nunca están lejos.

“Nuestra tarea es sana, linda, noble, estamos con los animales, estamos nosotros todo el tiempo en el campo, entonces lo que nos permiten las redes sociales, sobre todo Twitter, es que la gente que no está en el campo, porque estamos en contacto con personas de todos lados, pueda seguirnos y ver lo que hacemos, entender cómo es todo”.

Es así que con esa combinación de mensajes, en el intercambio con otros productores y representantes de las charlas agropecuarias se empezó a gestar en junio de 2021 la intención de sumar fuerzas, de medir de alguna manera cuánto podía hacer el sector lechero si se juntaba virtualmente, fue un mes después que se hizo el primer Desafío Tambero y hoy ya hay muchos que hasta consiguieron las calcomanías que tienen a la vaca como eje, para ilustrar el evento y decorar vehículos o termos.

“Esta es una iniciativa de ganar-ganar, cada uno sale a hacer actividad física dónde quiera, de la manera que más le gusta y beneficia de manera directa a otro que necesita de nuestra ayuda. Sumar kilómetros, transformarlos en litros de leche que las empresas lácteas donan es un beneficio para todos”, explica Gortari sobre esta actividad que en cada edición suma más intenciones y crece.

“En cada Desafío Tambero crecemos y cerrando un año que va a terminar teniendo cuatro ediciones el balance es positivo, porque cada vez somos más personas dispuestas a ayudar, a participar de una causa noble, apolítica y solidaria”.

Participar es sencillo, en Twitter con el hashtag #DesafioTambero o en Instagram en la cuenta @desafiotambero con captura de pantalla de un teléfono que registre un recorrido, con la foto de un reloj con gps se reporta la distancia recorrida durante el fin de semana dispuesto para el evento, se puede mostrar el consumo de lácteos que hace posible ese desempeño y con esa simpleza se colabora para sumar kilómetros. Esa distancia total se termina convirtiendo en litros de leche que se donan a instituciones que colaboran con la alimentación de las poblaciones más necesitadas, en diferentes puntos del país, gracias al aporte de diferentes empresas lácteas.

Esta organización se hace virtualmente entre siete personas, que lograron estructurar sus tareas, dividir las actividades y poder llevar adelante un evento solidario también virtual, que concreta su objetivo de manera real.

“El trabajo en equipo es el que hace la diferencia, nos potenciamos y nos repartimos todas las tareas. A través de las redes de cada uno, usadas para esto que es una buena causa multiplicamos el mensaje y sabemos que es infinito el impacto que podemos tener”, comentó Tomás que al mismo tiempo remarcó “nunca nos encontramos con los donantes, ni con los receptores de las donaciones, todo lo hacemos de manera virtual y esto puede ser así porque no aceptamos dinero, no tienen ninguna intención de lucro esto y todo el trabajo es ad honorem”.

Donación y próxima fecha

Desde diciembre pasado se hicieron desafíos que tuvieron donaciones por parte de La Serenísima y Adecoagro. Esta semana llegó la donación al Banco de Alimentos de Rosario por parte de la empresa Mastellone Hermanos de 333 cajas de leche larga vida que equivalen a los 3.996 litros que se sumaron el primer fin de semana de octubre.

Ahora el objetivo está puesto en el 3 y 4 de diciembre, donde se espera “sumar más kilómetros, para que se transformen en leche, pero sobre todo lo que queremos es seguir creciendo en la cantidad de participantes del Desafío Tambero”. Los reportes en redes sociales se reciben sólo durante esos dos días y la propuesta es preparse para aportar todo lo que cada uno crea posible, saliendo a sumar en familia, solos, después de los partidos del Mundial, de la manera que cada uno mejor considere.

En esta oportunidad será Saputo Argentina, la empresa que comercializa sus productos principalmente con la marca La Paulina, quien va a cumplir con una donación del total de litros, en el equivalente a kilos de leche entera en polvo, destinada a los bancos de alimentos de Buenos Aires y Córdoba, ya que la empresa hace habitualmente aportes a ambas entidades y esto permitirá una entrega más ágil del producto que terminará llegando a familias y niños que necesitan de la bebida más completa para mejorar su situación alimentaria.

“Esperamos que en el primer fin de semana de diciembre muchos más nos acompañen. Ya hay mucha expectativa entre quienes participaron en otras ediciones, porque todos sabemos que esto tiene un efecto de sinergia, que lo hacemos por la nobleza que supone, hacemos algo que nos gusta para ayudar” dijo orgulloso Tomás Gortari, en su rol de capitán de un equipo que a pesar de las distancias siempre acerca sus ideas.

El Desafío Tambero ya proyecta para 2023 poder ampliarse, multiplicarse y seguir creciendo, sin perder su naturaleza fundamental de promover la vida saludable, el consumo de lácteos, la práctica de deportes y la solidaridad.

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