Con ansias de seguir avanzando en dineros públicos, con menos apoyo privado y estatal, el gremio y dos empresarios no se dan por vencidos en el afán de intervenir en la cooperativa láctea. En las últimas horas siguieron intentando armar la manera de quedarse con 60 millones de dólares, aunque en el plan para SanCor sólo sepan que van a quedarse con 600 de los 1.700 empleados.
Por Elida Thiery - La semana terminó agitada nuevamente con SanCor en el centro de la escena.
Mientras la lechería pide auxilio en un contexto complicado de sequía, aumento de costos por la consecuencia directa del segundo dólar soja, sumado todo a los precios pisados en las góndolas que pretenden un cuatro por ciento de tope mientras el valor de producción de la cadena no deja de subir, pareciera que las malas intenciones renacen en torno a la Cooperativa Láctea con base en Sunchales.
Siempre mediante operaciones mediáticas, son los “amigos del Gobierno” los que quieren reinstalar su intención de intervenir en la empresa, sin poner un peso propio y con el objetivo de terminar aplastando a una de las marcas más importantes del país.
En estos días José Ignacio De Mendiguren instruyó a uno de sus hombres de confianza, para que se realice un encuentro que venía postergado y que se había generado para frenar un amenzante paro de Atilra en toda la industria láctea.
Los presentes por el lado de los que quieren interferir en la láctea fueron el abogado del gremio lechero, Alberto Coronel; el único que entiende sobre lechería en el grupo, Jorge Estévez; y Guillermo Bornic, abogado y socio del ex ministro de Agricultura, Julián Domínguez, que fuera uno de los funcionarios que promovió el inicio de esta intención de fideicomiso con el uso de dineros públicos.
En el encuentro usaron los nombres de quienes originalmente tenían la intención de meterse en este negocio, como es el caso de José Urtubey y Marcelo Figueiras, pero lo cierto es que los únicos que siguen en carrera en esto son Estévez y Gustavo Scaglione, titular del Grupo Televisión Litoral SA, el rosarino que representa al Grupo Vila-Manzano.
Manifestando ideas no ciertas como la disponibilidad de contratos de exportación de leche en polvo ya comprometidos para los próximos cinco años, hecho que no tienen las empresas más sólidas del país en el negocio, intentaron esbozar algún plan para la Cooperativa con el dato sabido del proceso de 700.000 litros diarios que puede llegar a 1,5 millones de litros por la capacidad instalada.
Del mismo modo, deslizaron algo que en este espacio se viene explicando hace más de un año que es la intención de desligarse de la mayoría de la fuerza laboral. Se expresó que conservarán “solo la gente realmente necesaria para que esa planta funcione”.
Atilra y su principal dirigente, con tal de estar dentro de este negocio, permitiría que se despida a semejante cantidad de trabajadores, por un beneficio personal. Esto es algo que dentro de las plantas de SanCor se habla, los empleados lo manifiestan con claridad, en un desagrado absoluto con el gremio que se desentiende de sus objetivos primordiales por favorecer económicamente a quien supuestamente los representa.
En el medio de tanto tironeo, son las asambleas y reuniones repentinas las que complican turnos de trabajo, demoran el proceso de materia prima y no hacen más que seguir perjudicando a SanCor en general y a los trabajadores en particular, quienes empiezan a ver directamente cómo el gremio se enfoca en temas que no le deberían ser propios.
Volviendo a la propuesta irracional, se sigue insistiendo con la necesidad de contar con 60 millones de dólares para la hazaña, sin poner un peso propio por parte de ninguno de los que la encabezan. Esto es más del doble de lo que debería invertirse en capital de trabajo, pero claramente están contemplados fondos para otros propósitos.
Lo que proponen luego de haber intentado fondearse con voluntades que no confiaron en ellos es que se emita un bono de cotización pública, para que el Gobierno o algún inversor audaz ingrese.
Sin embargo, lo que se dice en el mercado es que la calificación de riesgo no podría alcanzarse nunca en estas condiciones y que la Comisión Nacional de Valores no firmaría nada en este sentido.
Se envalentonan y señalan que el fideicomiso podría estar “operativo en breve”. Es raro esto porque procesos similares demandan al menos unos seis a ocho meses; y teniendo en cuenta que no se consiguió antes el dinero, con una situación económica y social más endeble en el país sería mucho más complicado todo.
Malas intenciones
Si
bien los socios habían aprobado la iniciativa de un fideicomiso, fue
con términos que deberían respestarse a esta altura para poder
activar cualquier situación, de no ser así, la intención se caería
porque el hartazgo que muestran productores y trabajadores con todo
este proceso es de charla habitual.
Dentro
del Gobierno Nacional desaparecieron de la primera escena actores
complejos como fueron los entonces ministros Kulfas, Domínguez e
incluso Moroni, pero quedaron algunos que hacen sospechar que el uso
de fondos públicos se puede malinterpretar.
Este
lunes habrá una reunión en la que si SanCor será protagonista,
donde Juan Manuel Olmos y otros funcionarios seguirán avanzando con
negociaciones que tiene en marcha la Cooperativa y que no tienen que
ver con especulaciones, como fueran los encuentros sostenidos con la
otra parte, donde se obvió la palabra de la empresa en cuestión.
Lo
que dicen muchos vinculados al sector productivo es que hay casos
como el de Luis Contigiani, que sigue siendo secretario
de Alimentos, Bioeconomía y Desarrollo Regional de la Secretaria de
Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, que habrían cambiado
en los últimos meses su postura en cuanto al tema y fomentarían la
intervención del Gobierno en el fondeo.
Sin
voluntades como estas dentro de la Jefatura de Gabinete o del Banco
Nación, por una lectura directa de las consecuencias penales que
puede tener la disposición de dineros públicos en un tema poco
claro, existe un mínima expectativa en que el negocio de pocos no se
concrete en perjuicio de toda la población, que es la que podría
salir a financiar este beneficio.
“Muchachos”
A
poco de haber inaugurado las nuevas obras en el CET, que incluyen
pileta con final sin fin, canchas de todo tipo de deportes y un hotel
de más de 60 habitaciones para una localidad sin atractivos
turísiticos y unos 50 mil habitantes, esta noche en el “boliche”
del gremio hay festejo.
En
Low, tocarán Marcela Morelo, Banda XXI y el grupo que revivió con
la canción de arenga para la selección, La Mosca.
Es
la Fiesta del Día del Trabajador Lácteo, la que congrega a socios
del gremio, pero en el VIP estarán figuras vinculadas al Ejecutivo
nacional, tanto de la configuración actual, como la de hace algunos
meses.
Durante toda la jornada el Aeródromo de la ciudad de
Sunchales estuvo muy activo con múltiples vuelos privados que
llegaron para traer a las visitas que seguramente brindarán con
varias rondas de champagne en el VIP del boliche a cielo abierto con
el que cuenta el Sindicato.
Es
llamativa tanta inversión en un festejo, para un gremio que hasta
hace algunos días se animó a pedir un bono de fin de año, que fue
rechazado por las empresas porque tienen una paritaria actualizada y
en curso, pero también que se hace en la ciudad dónde dicen tener a
los empleados más precarizados de la industria.
Lo
notorio es que al tema SanCor no lo apoya el resto del gremio a nivel
nacional y es ese silencio el que marca las mayores diferencias
internas y descontentos entre dirigentes y los propios afiliados, no
sólo por la algarabía, sino por el acceso a servicios de salud,
entre otras cosas.
Pero
Atilra en Sunchales hace con tranquilidad, porque tiene el apoyo del
Gobierno local, también de legisladores provinciales y del propio
Gobierno de Santa Fe, sin ningún cuestionamiento sobre la afección
que cada movimiento pueda tener en el entorno.
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