¿Cuáles son las claves del mercado lácteo global para 2023?

Después de años complejos para el sector, la perspectiva no muestra tendencias de cambio para esta nueva temporada donde el clima, la economía y la guerra continúan. Recorré todo el panorama a través de los datos de IFCN.


(Elida Thiery/IFCN) - Luego de un 2022 que terminó con precios en rangos similares a los de fines de 2020 o el tramo final de 2010, las perspectivas para 2023 llegan en un marco de complejidades que se acrecientan en Argentina.
La Red de Investigación Láctea de la International Fact-Checking Network lanzó el mapa lechero mundial de 2022 que permite destacar las características más importantes del panorama sectorial, poniendo énfasis en que la tarea por atender es un “desarrollo lácteo en tiempos volátiles e inciertos".
Si bien se vale de los datos totales de 2021, con una mirada muy concreta en cuanto al impacto directo de la pandemia, se destaca el crecimiento del 2,2 por ciento a nivel mundial en el consumo de lácteos, que lleva al promedio per cápita hasta los 123 kilos de lácteos, sobre la base de las bondades nutricionales de los diferentes productos del sector. En Argentina el consumo sigue por encima de los 185 litros per cápita.
El comercio internacional tuvo vaivenes en los precios, sin embargo el movimiento de productos tuvo un ritmo menor al esperado, a pesar de la alta demanda. No fue tan intenso debido a la baja disponibilidad de productos lácteos en los principales países exportadores netos y algunas interrupciones en la cadena de suministro. A pesar del crecimiento moderado de las importaciones de lácteos en 2021, el valor de las importaciones de lácteos fue muy alto, lo que confirma la fuerte demanda.
Argentina, Uruguay y Estados Unidos, son los únicos autosuficientes y exportadores firmes del continente americano, mientras que Europa, Australia y Nueva Zelandia son los otros que se destacan en la misma condición, mientras que el resto del mundo se muestra demandante. El dato importante a nivel global es que sólo el 58 por ciento de la leche cruda producida en el mundo se destina a industrias, mientras que lo restante se comercializa en mercados informales, mientras que el producto más importante en el mundo es el queso con un promedio del 40 por ciento.
El suministro mensual de leche está representado por 65 países y representa el 92% de la producción mundial de leche. IFCN excluye a India y Pakistán en el análisis del suministro mundial de leche que viene disminuyendo desde septiembre de 2021, aumentando la competencia por la leche cruda entre los procesadores de lácteos.
Los costos de producción de leche aumentaron nueve por ciento en promedio, traccionado principalmente por la alimentación del ganado, que es la que condiciona los totales de la producción, así los precios crecieron en 2021 al 23 por ciento. Esta situación tuvo continuidad y con ello el comportamiento durante 2022, donde la recesión global y las altas tasas de inflación, combinadas con la guerra en Ucrania, afectan a la demanda y siguen avanzando sobre los valores.
En tanto, Argentina cerró un mes de diciembre con una producción de leche cruda de 1.030,2 millones de litros de leche, -1,5 por ciento menos que en noviembre, llegando a un total del 11.557.419.002 litros de leche para 2022, siendo esta una expansión del 0,04 por ciento respecto a 2021 en el que se había tenido un crecimiento de cuatro puntos porcentuales, mientras que en 2020 la suba productiva había sido de 7,4 por ciento.

Puntos clave para 2023

La IFCN elaborará en estos meses el mapa de 2022, pero mientras tanto, explica cuáles son los desafíos del sector lechero a nivel global para este año en curso.
En primer lugar, los desarrollos macroeconómicos están presionando a la industria láctea.
El Banco Mundial prevé una desaceleración duradera en la economía mundial a principios de 2023, que afectará a todas las regiones del mundo, con menos niveles de ingresos, inflación con limitantes para el poder adquisitivo y el impacto en la demanda de alimentos.
En segundo término, la volatilidad del precio de la leche se intensifica con el repunte de la inflación.
El precio mundial de la leche aumentó un 18 por ciento en 2022 a un nivel récord de un precio anual promedio de 53,3 dólares cada cien kilos de leche, alcanzando su punto máximo en abril a 63 dólares, como consecuencia del desequilibrio entre la oferta y la demanda, especialmente en el comienzo del año.
Casos como el del Reino Unido, con la importante caída de las exportaciones, o de la menor disponibilidad de materia prima en el bloque europeo, Nueva Zelandia o Brasil, tuvieron una combinación compleja en 2022 que tendrá continuidad al menos al inicio de este año.
Los altos costos de los insumos agrícolas afectan el estado de ánimo y las inversiones de los agricultores, se sitúa como el tercer punto estratégico para el año. Con alimentos 20 por ciento más caros en 2022, se da una continuidad del cuadro, junto con los problemas y costos energéticos derivados de la guerra, no sólo para Europa, sino a nivel internacional, donde también entra en juego la afección del clima con episodios de sequía en diferentes países clave productores de alimentos que lo seguirán padeciendo en 2023.
El cuarto punto es el mayor riesgo de inseguridad alimentaria y demanda insatisfecha debido a la disminución de los ingresos.
La desaceleración del crecimiento económico y el repunte de la inflación están afectando el poder adquisitivo de los consumidores y es así que incluso en regiones más desarrolladas los consumidores optan por productos más baratos o etiquetas minoristas.
Los consumidores con menor poder adquisitivo recurren a alternativas aún más baratas o cambian la demanda de productos lácteos para centrarse en bienes más básicos, como los cereales.
El principal impulsor del aumento del precio de los lácteos durante 2020/21 fue el aumento del consumo en China y, por el contrario en 2022 nuevas restricciones hicieron caer la demanda.
Finalmente, el quinto punto para este año es que la industria láctea se enfoque en mejorar la eficiencia para superar la crisis.
Los altos precios de los insumos están obligando a los productores de leche y a la industria a adaptarse a la situación actual del mercado.
En los tambos se cambian las raciones con menos concentrados, menor cantidad de fertilización, reducción en el uso de la energía eléctrica y una efientización en todos los recursos. Por parte de las industrias una reducción en las inversiones es lo que se percibe a nivel global.

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