Senasa trabaja en la definición de nuevos registros para productos biológicos

Así lo confirmó el Ing. Sebastián Gómez del organismo, en un encuentro sobre la temática en Venado Tuerto, para atender la demanda para la agilización de inscripción de nuevos materiales para ofrecer a un mercado productivo que busca alternativas para el tratamiento de cultivos. A fines de marzo se iniciaría la consulta pública para determinar dos resoluciones al respecto.

Por Elida Thiery (Agrofy News) - Los productos biológicos no son lo que viene, ya están a disposición de la producción y cada año son más diversos. 
Es por eso que por segundo año consecutivo se realizó un Encuentro sobre Producción con Biológicos, que en Venado Tuerto convocó a más de 1.400 asistentes, entre productores y profesionales para seguir avanzando en el conocimiento y aplicación, a través de demostraciones con cultivos y charlas de especialistas, para entender las alternativas disponibles en el mercado nacional.
En Argentina actualmente hay 942 registros de productos biológicos por parte del Servicio Nacional de Seguridad Agroalimentaria, incluyendo fitosanitarios, fertilizantes y enmiendas, que corresponden a 158 empresas diferentes.
La mayoría están elaborados en base a bacterias, seguidos por los que tienen origen en hongos, destinados a cultivos de soja, principalmente, mientras que las leguminosas como maní, vicia, lenteja, arveja y garbanzo, son las que siguen en un listado de destino que se completa con los cereales como trigo y maíz, finalmente con forrajes como alfalfa y trébol.
Los datos conocidos en la jornada demuestran en los cultivos nacionales se utilizan en el 38 por ciento sólo fitiosanitarios de síntesis química, en el 29 por ciento un caldo compuesto por fertilizantes químicos y orgánicos, el 17 por ciento son enmiendas orgánicas, mientras que el 13 por ciento son fertilizantes orgánicos, quedando el porcentaje restante para enmiendas biológicas.
Según un relevamiento nacional de Research and Markets, en nuestro país los insumos biológicos generaron un movimiento productivo estimado en U$S 10.600 millones en 2021, con una tasa de crecimiento anual compuesta prevista del 11,9 por ciento para los próximos cinco años para llegar a la cifra de U$S 18.500 millones en 2026.
En tanto, el mercado global para estos insumos tuvo un volumen de U$S 61.300 millones en 2022 y se proyecta que alcance U$S 73.500 millones para 2026 a una tasa compuesta anual de 3,7 % durante el período de cinco años, mientras que para los herbicidas a base de químicos se aguarda un mayor crecimiento en su utilización.
En América Latina, encabezada por Argentina y Brasil, las producciones intesivas de frutas y hortalizas son las que encabezan el crecimiento en el uso de insumos biológicos agrícolas. En particular, los biopesticidas para la protección de cultivos son los que abarcan el cinco por ciento del mercado.
En este marco se presentó el sello “Bioproducto Argentino”, una distinción oficial que otorga la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación a los biomateriales y bioproductos de la industria nacional, que estén elaborados con materias primas renovables provenientes del sector agroindustrial, que se destaquen por su innovación y aporte a la sostenibilidad. 
El otorgamiento del Sello es evaluado por la Comisión Nacional Asesora en Biomateriales (COBIOMAT) integrada por expertos provenientes de sectores académicos, productivos y gubernamentales de todo el país, el cual ya acompaña a 30 empresas de bioinsumos nacionales que se suma a otras políticas internacionales de promoción de la investigación  en bioproductos. Los interesados pueden hacer consultas para su obtención en sellobioproducto@magyp.gob.ar 

Registro renovado

Teniendo en cuenta estos avances industriales y también el empleo en el campo, se trabaja para alcanzar las soluciones para cada una de las necesidades, por lo tanto el rol de Senasa se transforma en fundamental para acompañar el ritmo de este sector.
El Ing. Agr. Sebastián Gómez tiene un especialidad en seguridad alimentaria y actualmente es supervisor técnico del Área de Registros de Productos Fitosanitarios y Fertilizantes Biológicos del Senasa, incluyendo a químicos y biológicos en relación con la sanidad.
“Los productos tienen una diferenciación. Los orgánicos están en la naturaleza, a través de moléculas como los extractos vegetales, metabolitos producidos por bio organismos, sustancias bioquímicas, con géneros y especies provenientes de un hongo, bacterias o virus. Por otra parte están los de la química más tradicional, que tienen relación con formulaciones más sintéticas, no tan libremente disponibles en la naturaleza”.
Desde hace algunos meses existe una decisión dentro del organismo del Estado de definir el registro de productos biológicos. “Estamos muy avanzados, hay una decisión política muy fuerte sobre esto, para tener una norma que esté separada del registro general de químicos para darle un tratamiento individual y particular de este tipo de productos”.
“Entiendo que hay un acompañamiento desde adentro en el organismo para impulsar al sector de biológicos”, explicó.
Gómez enfatizó en su exposición y también en su charla posterior con Agrofy News sobre el rol que deben cumplir las cámaras sectoriales en la definición de esta normativa en curso.
“Lo que las diferentes entidades siempre piden es que más allá de las definiciones técnicas, tienen más relación con las definiciones administrativas vinculadas a los atrasos en las aprobaciones de productos, por ejemplo. También se solicita más personal para evaluar, en relación a la cantidad de trámites que ingresan”.
Este último punto tiene relación con un achicamiento en el Senasa, que se intenta revertir para poder agilizar la tramitación de habilitación de productos y su control correspondiente.
Está encaminada la definición de generar una resolución de Senasa para bioinsumos y otra para biopreparados. “Más o menos calculamos que para finales de marzo podríamos llegar a exponer esta normativa a consulta pública, que son dos meses en los que la gente, cualquier usuario, puede opinar libremente, para hacer las contribuciones que se consideren para estos proyectos, hasta que se pueda llegar a publicar como norma, con año y número”, con el formato de resolución.
Esta tarea que encara Senasa, con el pedido preciso sobre el tema de su presidente, Diana Guillén, como una manera de aquietar debates que incluso cuestionan el rol del organismo, por sobre los intereses de algunas organizaciones ambientalistas y el mensaje confuso que se eleva sobre las definiciones de quiénes deciden sobre las condiciones de los productos que se utilizan para la produccón de alimentos en nuestro país y que están en línea con organismos similares en otros países.
“Este trabajo nos ordena, porque tiene que ver con requisitos específicos para cada producto y no para buscar detalles dentro de algo más genérico. Esta tarea apunta a acompañar, no a facilitar, el proceso de registro y darle determinada preponderancia a este tipo de productos”.
Para Sebastián Gómez, esta normativa en la que se trabaja va a tener un impacto muy positivo en el sector productivo, en la adopción de productos y procedimientos por parte de profesionales y asesores, “porque es un reclamo, sobre todo de la industria”.
“Esta no va a ser la última norma que salga al respecto, va a haber una serie de normas tendientes a mejorar el registro de productos y su uso. Después iremos sobre una sintonía más fina, con normas sucesivas que sigan actualizando a las resoluciones que salgan en breve”, explicó.

Las demandas

Presentes en el encuentro, los representantes de la Cámara de Ingenieros Agrónomos de Buenos Aires, de la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes y la Cámara Argentina de Bioinsumos son los espacios institucionales desde los que se promueven estas agilizaciones de trámites para el registro de productos y para mejorar los controles de los mismos, teniendo en cuenta la popularización del uso de los mismos, de acuerdo a la demanda de los mercados.
Roberto Rapela es cirujano de profesión, con una carrera médica altamente reconocida, pero a la vez preside Cabio y su empresa HMA4 SA, una empresa de insumos biotecnológicos.
“El tema más básico es que los bioinsumos se están inscribiendo en Senasa en el área de agroquímicos, por no haber un área específica. Desde Cabio solicitamos reformar a la Resolución 350 y la 264 para poder adaptarla a los bioinsumos actuales y poder inscribirlos rápidamente y de una manera eficiente, pero rápida, porque las pequeñas empresas no pueden tardar cinco años para anotar un producto porque se funden”.
La Cámara Argentina de Bioinsumos tiene 35 miembros titulares, incluyendo a pequeñas, medianas y grandes empresas, desde donde se trabaja con Senasa para “inscribir rápidamente los productos y a la vez poder unificar la nomenclatura a nivel internacional. Trabajamos con Bioprotection Global, que es una federación de cámaras de 127 países del mundo desde donde se intentan aunar nomenclaturas para poder llevar a nuestros productos a otros países”.
Del mismo modo, se hace una tarea en pos de la “creación de una currícula para ingenieros agrónomos, veterinarios, para todos los profesionales que estén en el campo y que puedan conocer exactamente qué es lo que son los bioinsumos, para poder actualizar las curriculas de las universidades que siguen siendo escasas, entonces no existe el conocimiento adecuado al respecto”.
Rapela pone énfasis en el trabajo coordinado de las cámaras para poder acceder a la diferenciación entre agroquímicos y bioinsumos, los cuales necesitan criterios conjuntos para colaborar con Senasa a la hora de generar la normativa sectorial.
“Las cámaras nos vamos a poner de acuerdo, tenemos que trabajar juntos, es necesario. Tenemos que participar de forma conjunta, para poder hacer la transición entre los productos biológicos y los químicos en el campo”.
Para el dirigente y profesional, es fundamental que existan más campañas de difusión sobre el uso de productos biológicos, por su inocuidad, que en gran parte depende de los estados, además de la parte que le corresponde a los profesionales con asesoramientos acordes de acuerdo a la demanda del productor.
Mejorar la microbiota del suelo, salir de la compactación del sustrato es una necesidad para poder conseguir mejoras en los productos finales, en materias primas y alimentos.
En esta etapa final de un mes, las cámaras darán los acuerdos finales para que Senasa abra la etapa de consultas y finalmente se llegue a resoluciones necesarias para el avance de la disponibilidad y uso de productos biológicos en todo el territorio nacional.

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