Al Gobierno no le interesa la lechería

Por Elida Thiery - El martes pasado el Gobierno Nacional se dignó a recibir a una parte de la cadena lechera. Por la mañana el secretario de Agricultura ,Juan José Bahillo recibió a algunas de las cámaras que representan a los productores, a la Cuenca Abasto, a la Cámara de Productores de Leche de la Cuenca Oeste de Buenos Aires y a la Unión de Productores de Leche Cuenca Mar y Sierras.
En el encuentro, el funcionario escuchó reclamos e intentó a cuestiones que en la política no tienen ninguna certeza.
Sobre las retenciones, hay una idea de la que se habla hace muchísimos meses pero nunca se concreta que es la de unificar las retenciones para los productos lácteos que se exportan llevando al 4,5% la alícuota aplicable tanto a quesos como leche en polvo, tema sobre el que Bahillo dice estar de acuerdo aunque la misma postura no se encuentre en el Ministerio de Economía.
Se habló de los tipos de cambio. De la afección de los dólares soja anteriores, aunque nada se dijo del dólar soja que se presentará el lunes redenominado como “Dólar agro”, anunciado desde Estados Unidos, para morigerar el impacto de la economía en el Gobierno y para seguir limando a la actividad lechera, así como a otras economías regionales que nunca tuvieron respuestas al respecto, desde septiembre del año pasado, cuando se lanzara esta primera medida que tiene como único objetivo. poder sumar dólares para que el Ejecutivo respire.
El Secretario de Agricultura no cree que haya habido presiones a las industrias para que bajen los precios al productor, a pesar de tener esto confirmado por parte de diferentes sectores de la cadena lechera.
Aunque tiene vínculo con el sector, se le explicó la dificultad que tienen los tamberos en el acceso al crédito. En ese marcó se mencionaron aspectos relacionados al Programa Impulso Tambero que demoro casi tres meses en llegar a los productores y recién se pagó la primera cuota, mientras no se sabe cuándo va a llegar la segunda de las cuatro prometidas el 6 de enero.
Es muy difícil proyectar en Argentina la producción cuando está la sequía en el medio, el aumento de costos constantes, cambio de reglas que enloquecen a cualquiera que quiera hacer algún proyecto al más mínimo plazo.
Ese mismo día por la tarde Bahillo recibió al Centro de la Industria Lechera. Ahí se planteó que el sector presenta una situación in inviable con los valores que maneja, con los costos que se escapan y con las diferencias de precios entre la salida de fábrica y las heladeras de los comercios.
Después del encuentro alguien comentó que lo que se le trasladó al Secretario y que en realidad se le iba a decir al propio Massa, que había partido raudo a Estados Unidos a pedir más dinero de auxilio para seguir estando políticamente vivo, es que “nos están matando como sector, lejos de neutralizar las condiciones adversas el Gobierno, lo que hace es autoinfligirse problemas volver a instalar el Dólar Soja del cual en esa reunión tampoco se habló como una certeza”, ya que el propio Secretario de Agricultura lo tenía negado al tema.
“Ahora que sabemos que viene el Dólar Soja tres, entendemos que el Gobierno Nacional nos quiere dar un tiro de gracia a la cadena lechera. Hay un desinterés claro en no querer morigerar las condiciones que nos están afectando, en este marco de sequía con la inflación con la baja el consumo con una demanda cada vez más económica y reducida”, a lo que se agregan costos que se escapan en servicios en insumos y en las cargas laborales.
La industria lechera en la Argentina está dispuesta a pagar mejor por la materia prima entendiendo la situación de los productores en cada uno de los tambos, pero también a seguir al Gobierno en su necesidad de acercar alimentos a la población con este tipo de programas como los Precios Justos, pero con una necesidad absoluta de poder liberar los precios en el resto de la cartera de productos.
Después de la reunión se lamentó no haber podido tener una respuesta concreta por parte de Sergio Massa o del propio secretario de Comercio Interior, Matías Tombolini, que había llamado directamente a las empresas presionando para que se queden en un tope del cuatro por ciento en el aumento a los tambos y no en el siete por ciento como lo necesitaba la cadena, simplemente para poder intentar tener un ritmo inflacionario pegado a los cuatro puntos.
“Están destruyendo a la cadena productiva, se hace inviable cada condición que pone el Gobierno. Ahora nos sumaron tres puntos más a la retención del IVA en los alimentos. La industria pierde, pero con nosotros también pierde el productor y pierde el consumidor. Necesitamos salir de los cepos, entonces nuestro cuestionamiento es realmente si hay vocación de dialogar en serio”.
La pregunta de los protagonistas del sector es si “¿está el Gobierno dispuesto a resolver problemas o a seguir generándolos para afectar a todo el esquema comercial y social en la Argentina de la mano de una economía que no sabe a dónde va?”.
No hay voluntad de diálogo, de escucha y mucho menos de decisión, porque en más de tres años de Gobierno en muy contadas oportunidades se recibió a las diferentes instancias del sector y ahora hace meses que está pendiente una reunión con las pymes y las cooperativas lácteas.
De alguna manera el sector lechero está convencido, entre producción e industria, que el Gobierno nacional y los de las provincias no están contemplando el peso socioeconómico en cada una de las comunidades dónde hay un tambo, dónde hay una pequeña empresa que produce quesos, donde hay una gran industria que da tanto trabajo.
Cómo hace tantas décadas este gobierno, y los que lo antecedieron, le dan la espalda a la lechería, a simple vista se percibe que sólo atienden a cuestiones del sector cuando deben demonizar a alguien a la hora de encontrar un culpable por una inflación que tiene una raíz absoluta en las malas decisiones que toman quiénes ocupan cargos ejecutivos.
La lechería argentina que es una de las mejores del mundo ha perdido su lugar, pero con algunos pequeños ajustes puede volver a ocuparlo. Externamente los precios no son buenos, sin embargo los productos argentinos siempre se colocan en el exterior con mejores condiciones. De lo que fue un récord histórico el año pasado en ventas a otros países, este año la caída marca un deterioro muy importante. No solo se está produciendo menos leche, sino que también se venderá menos adentro y afuera de nuestras fronteras.
La cadena espera la firma de una resolución en la que se autorice el uso de los fondos recaudados por retenciones para aprovechar la condonación de deuda y cumplir con la cuota 2023 que devuelva al país a la conformación de la Federación Internacional de Lechería. Hubo palabra empeñada con la entidad que pone las reglas globales para el sector y aún no se logra concretar la promesa, con lo cual el mensaje hacia afuera es más fuerte de lo que se cree.
Como los gobiernos no ven el desastre que trae aparejada la sequía, tampoco pueden ver este deterioro. No hay hoy en nuestro país un funcionario que tenga la conciencia suficiente para medir lo que viene hacia delante, aunque puntualmente en la cadena lechera hay muchas voces que lo viene advirtiendo. Hay muchas que hacen su propio juegos, pero lo importante es escuchar a las que hablan por una mayoría, a las que tienen objetivos claros y a las que saben mínimamente hacia dónde hay que enfocarse.
Para al menos pensar en un futuro es un momento definitorio. Es un tiempo muy difícil. Son meses clave en el diseño de lo que viene y es por eso que debe el sector estipular su valor y su aporte al desarrollo socioeconómico nacional para realmente revalorizar a una cadena lechera que distingue al país, que nutre a la población y que aporta de manera integral a la agroindustria argentina.

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