En un marco de crisis muy diversa, en el discurso del presidente de la Bolsa de Comercio de Rosario en el marco del remate del primer lote de soja de la campaña quedó en claro que el sector que sostiene a la economía nacional tiene presiones impositivas desmedidas, falta absoluta de infraestructura y exceso de diagnósticos de parte de la política.
Por Elida Thiery - Este jueves tuvo lugar en el recinto de la Bolsa de Comercio de Rosario el tradicional remate del primer lote de soja de la campaña 2022/2023.
Lo que se llama primicia, el primero en llegar a un acopio, se cosechó en el campo de Carlos Conti en Formosa y la corredora Enrique Zeni y Cia SACIAFEI fue quien hizo llegar a la partida de 35.530 kilos de la variedad Credenz 5907 de BASF a la terminal de Louis Dreyfus Company Argentina S.A, planta Timbúes.
Marcelo Garcia de Enrique Zeni y el martillero Ignacio Perone de Aguirre Vázquez condujeron la puja que tuvo una base de 101 mil pesos y terminó vendiéndose después de múltiples ofertas a 148 mil pesos por tonelada por parte de la firma Boero & Cía. Cabe destacar que el excedente sobre el precio de pizarra será donado a la Escuela n° 8090 San Agustín de la localidad santafesina de Carlos Pellegrini.
Ese fue el eje de un encuentro que tuvo muchos asistentes, pero indudablemente fueron las palabras del presidente de la BCR lo más destacado de una jornada que tuvo también la presencia del intendente de Rosario, Pablo Javkin, del ministro de la Producción, Daniel Costamagna y del gobernador de Santa Fe, Omar Perotti.
Este último llego iniciado el acto, con su discurso se cerró el evento y lo único inteligible que dejó, es que hay que trabajar en la baja de retenciones para la producción, esto dicho en el final de su mandato, tímidamente y quizá sea lo que explique que al momento de su alocución la mitad del auditorio se retiró al pasillo de la institución.
Fue Miguel Simioni, como responsable de la Bolsa quien destacó los puntos fundamentales que siguen sin resolverse para que el sector que más divisas genera en el país pueda seguir creciendo, e incluso operando, todo esto a pesar de las cambiantes reglas políticas y financieras, añadidas al impacto de la sequía.
“Desde hace años venimos incentivando a una mayor producción de soja, mientras Brasil fue creciendo con beneficios climáticos, pero también desde las decisiones políticas. En nuestro país todas las políticas que se fueron dando están en contra de la producción”.
“Llegamos al punto que con esta sequía catastrófica, Nueva Orleans nos superará como polo sojero líder y Brasil podría ser el primer exportador mundial de harina de soja, con una producción de 160 millones de toneladas cuando nosotros este año estaremos alrededor de los 22 millones”.
Simioni entiende que “si no tenemos un cambio de políticas y una mirada federal hacia la producción, vamos a tener serios problemas porque tenemos que seguir creciendo. Tenemos que hacer más soja, más maíz, trigo, lo podemos hacer seguramente, más allá de la sequía y siendo este año el más virulento”.
El planteo institucional no sólo es exclusivo de esta entidad, sino que coincide con el resto del arco productivo. Ya no hay más lugar para la improvisación, para la falta de coordinación con las necesidades reales de todos los sectores, donde la falta de seguridad forma parte del panorama en el cual se podrían recortar un millón de viajes en camión durante esta campaña. Es el Dólar Agro, o la tercera versión para la soja una muestra de los parches a los que se recurre constantemente.
A diez días de la implementación de este programa de Incremento Exportador, que en realidad es una simple estrategia recaudadora, la agroindustria lleva acumulados más de 1.255 millones de dólares, para cerrar esta semana de abril. Es un número importante, pero no logra cubrir las necesidades de un Gobierno que no puede conservar ese resguardo financiero.
“Todas las bolsas de comercio del pais, que nos reunimos mensualmente, llevamos un trabajo técnico desde nuestras direcciones de estudios económicos, tenemos con certeza las variables del clima, los volúmenes a cosechar, también las evaluaciones económicas, entonces a los diagnósticos ya los tenemos y los aportamos a la función pública. A partir de ahí se tiene que trabajar y tomar decisiones que es una obligación de la política”.
Es muy gráfico el análisis. “Un camión sale a distintos destinos de fábrica o acopios por caminos de tierra y termina en los puertos también en caminos de tierra y con suerte de ripio. Aquí en el Gran Rosario converge la producción de 14 provincias, con lo cual tendríamos que tener las obras que desde hace 20 años no avanzan, salvo algo del ferrocarril. Todo ha quedado muy retrasado”. Simioni indica que sólo con lo que aporta la provincia de Santa Fe, tendríamos que tener la infraestructura necesaria”.
Pero la producción agropecuaria no puede detenerse, por eso “todos están haciendo esfuerzos ahora, los productores, las cooperativas, los acopios, para que si llueve se pueda sembrar en este nuevo ciclo el trigo, comprar insumos y fertilizantes. Pero hay otra parte que es la de la liquidez, donde los privados tienen que cumplir su parte, pero también el Estado tiene que tener una mirada amplia, entender lo que se está necesitando”.
Simioni espera que se pueda “seguir dialogando” para encontrar las herramientas correctas hacia una mejora, pero sobre todo “para que el Gobierno entienda que la situación es muy dificil, porque se está empezando a levantar la soja ahora con rindes entre cuatro y 20 quintales. Esa es la gravedad de la situación sobre la que hay que sentarse a trabajar con los productores”.
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