Sin contemplar a la leche en polvo, el rechazo al Dólar Queso es completo

Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - Negado desde el comienzo del año, e incluso hasta la semana anterior, llegó y con nuevo nombre de inmediato complicó a diferentes sectores, incluso a los que se pretende auxiliar.
El Dólar Agro que es la tercera versión del Dólar Soja tiene como objeto una recaudación desesperada que apunta directamente a la oleaginosa y luego a economías regionales que vienen reclamando un dólar diferencial desde aquella primera decisión de septiembre.
A pesar que desde la Región Centro los gobernadores hayan hecho un planteo de último momento para la lechería, es debatible si una actividad que está en 21 de 23 provincias e incluso con industrialización en la Capital Federal puede tener tratamiento de economía regional, pero este intento parece que metió por la ventana a un anuncio poco pensado para el sector.
Se conocía el miércoles por la tarde que iba a surgir el Dólar Queso, así jocosamente empezaba a circular la versión al saber que este producto exportable entraría entre los privilegiados con el tipo de cambio concedido.
Las economías regionales que acuerden ser parte de Precios Justos y garanticen el abastecimiento interno. La iniciativa les permitirá acceder a un tipo de cambio de $300 por dólar durante un plazo de cinco meses, que regirá desde el 10 de abril al 30 de agosto”, dice el comunicado oficial a la espera de la letra firme de la Resolución.
Las exportaciones de productos lácteos en 2022 crecieron 4,3 por ciento de forma interanual llegando a 412.294 toneladas a partir de 3.007 millones de litros de materia prima que se valuaron en 1.675,3 millones de dólares, cubriendo el 26 por ciento de la producción total, de acuerdo a datos del INDEC que compiló el Observatorio de la Cadena Láctea Argentina.
Si bien la sequía no permitirá un comportamiento similar para este año, la suba de costos también colaborará para el deterioro del sector, sumado esto a una depresión en las cotizaciones internacionales de los lácteos que no se pueden compensar con la demanda firme. Es así que por más que se den por delante cinco meses de tipo de cambio diferencial como beneficio, los quesos que reciben esta ventaja seguramente ya están en su totalidad comprometidos para la venta. No es que las empresas podrán salir a negociar nuevos acuerdos con sus clientes para incrementar la facturación.
Si se miran los datos de enero, se ve claramente que la leche en polvo ocupó el 40,6 por ciento de los negocios, mientras que los quesos se relegan al 28,2 por ciento de los envíos al exterior. Entonces si no es por volumen, será por valor que puede haberse autorizado el beneficio para los quesos.
Para tener un parámetro, la leche entera en polvo que es el commodity por excelencia del sector a nivel muncial tuvo en enero pasado un valor de US$ 3.640/ton exportada desde nuestro país, números un poco más elevados que los de la referencia internacional. Los quesos, como para hacer una estimación, tienen precios de 4.500 a 6.000 dólares por tonelada en promedio.
Ahora bien, si se tiene en cuenta que el 26 por ciento de la producción nacional lechera se exporta y que de eso el 28 por ciento son quesos, es complejo tratar de entender el motivo por el cual el Gobierno se negaría a ingresar más dólares con la leche en polvo.
Poner lógica en las decisiones del Ejecutivo es imposible. Para algunos la medida pudo estar direccionada a una empresa en particular, sobre todo porque se contempla en el beneficio a los caseinatos, sin embargo se puede considerar que la decisión es más arrebatada que pensada. Esa industria es una de las que había sido amenazada con el cierre de exportaciones en febrero, por parte del Secretario de Comercio, si le seguía aumentando el precio de la materia prima a los tamberos por sobre la inflación.
La caseína entra en el beneficio, tiene un valor de 12 mil dólares por tonelada y sí es monopólico el negocio de la exportación que ronda las siete mil toneladas al año. Las retenciones en este caso son del nueve por ciento y cinco puntos se reintegran en cada operación.
Como en el Gobierno la lechería no cuenta, es de esperar que el Dólar Queso se haya definido netamente por valor de cada tonelada, así de simple. Acá no se tuvo en cuenta que todos los exportan venden leche en polvo y algunos quesos, punto clave sobre todo en el ámbito pyme.
Los quesos tienen 4,5 por ciento de alícuota en los derechos de exportación con 2,5 puntos de reintegros, mientras que la leche en polvo tiene nueve puntos y los reintegros son sólo de 0,75 por ciento. La cuenta termina demostrando que al propio Gobierno no le conviene.
Esto es algo más para firmar el certificado de defunción de la lechería”, empezó diciendo Pablo Villano, titular de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas. “Las pymes otra vez nos quedamos afuera, pero a diferencia de diciembre, ahora los costos nos van a aumentar el doble porque es más tiempo el que va a estar esto en marcha. Van a aumentar los alquileres en los campos, los balanceados para las vacas, los servicios y los insumos en las empresas”.
La entidad lo había advertido previamente, pero ahora no lo dudan “el sector pyme está descorazonado, porque evidentemente este Gobierno desconoce al sector y se tiene un objetivo mayor que es el de atraer divisas, auque nos perjudiquen a nosotros”.
En Bichos trasladábamos las consideraciones del presidente del Centro de la Industria Lechera, Ercole Felipa, “es necesario que se revisen varias cuestiones. Si tenemos inflación de 6% mensual y Precios Cuidados y aumentos autorizados que no van por encima del 3%, es difícil que la actividad sea sustentable. Por eso digo que lo que se siente es un desprecio por el sector”. Al no tener al principal producto incluido, la institución remarca su rechazo.
La medida fue muy mal tomada por el sector en general, genera más desconfianza entre los eslabones de la cadena y sólo terminará aportando a la necesidad del Gobierno, que no entiende que si habilita un tipo de cambio diferencial temporal debería ser ese el número más real de la moneda extranjera.
Sumado a toda esta combinación de desaciertos, sólo habían pasado un par de horas de los anuncios, pero no se demoró la aclaración más importante que tenía que hacer el Gobierno, ahora a los supermercados.
Les mencionan la mejora en la ecuacion económica de las empresas exportadoras y que también están en el mercado doméstico, por lo tanto se les recuerda a los centros de venta que sólo se autoriza el aumento del 3,2 por ciento para el mes de abril. De haber novedades podrían indicarse la semana que viene. Ya no hay llamados telefónicos, pero si llega directamente la conminación a que a nadie se le ocurra pasarse del límite ansiado por el Ministerio de Economía para ajustar los precios de los alimentos.
Por los dos dólares soja anteriores se había anunciado el 6 de enero el Programa Impulso Tambero, que recién llegó a pagar su primera de cuatro cuotas a mediados de marzo y aún no se conoce cuándo pagarán la segunda. La intención llega tardísimo para compensar las pérdidas en los tambos del año anterior y según se entiende lo hará aún más ahora con todo este fenómeno que se presenta en combinación con la sequía para desmoralizar a la producción primaria, para golpear a las industrias y para seguir debilitando a los canales comerciales y al consumo mismo.
Cada instancia demuestra que no hay planificación, ni consciencia en las decisiones, que todo forma parte de un panorama desesperado para el beneficio de la política aunque eso signifique deteriorar a una cadena entera.

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