Así lo expresó el presidente de la institución, Mariano Garmendia, al visitar este espacio de referencia en el centro-oeste santafesino.
Por Elida Thiery - Este miércoles y por primera vez en su gestión, Mariano Garmendia, el presidente del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria, visitó la Estación Experimental Agropecuaria Rafaela, para hacer una recorrida y repaso por el predio ubicado al norte de Rafaela y sobre la Ruta Nacional 34, pero también para tomar contacto con los trabajadores.
Tuvo una reunión en la que recibió consultas vinculadas básicamente a presupuestos, personal, e infraestructura, respondiendo de manera concreta y directa, conociendo la operatividad de la institución desde adentro, para luego pasar a una recorrida que tuvo énfasis en los laboratorios de la experimental, donde también trabaja personal del Conicet; y los tres tambos desde los que surjen consideraciones para el análisis y estructuración de definiciones para el sector.
“La Estación Experimental Rafaela es muy importante para el INTA, tiene mucho empuje, desde hace mucho tiempo, es grande y que tiene integrado a personal del Conicet. Acá se ha trabajado en el desarrollo de la vacuna de la leucosis bovina. Estamos fortaleciendo el nodo de formación de Incuba, para ayudar al desarrollo de empresas vinculadas al sector agropecuario, que gracias al apoyo del BID vamos a invertir un poco más de dos millones de dólares”.
Además de esto y quizá con una mirada más política, Garmendia explicó “entre 2016 y 2019 hemos perdido unos mil agentes de INTA a nivel país. El año pasado ya hemos llamado a las primeras 500 becas para hacer una reposición de personal y ahora estamos terminando de completar eso. Estamos arrancando muy bien el año”.
De todas maneras, una de las problemáticas es que para esos cupos becarios no hay una gran cantidad de profesionales presentándose para la selección, lo cual puede entenderse sobre el análisis salarial, pero también por las demandas de los nuevos profesionales, lejos de ponderar todo lo que el INTA puede aportar hacia adelante en cada carrera.
“Creo que hay que estar cerca de los problemas, de los problemas me quiero enterar rápido, por eso es muy importante estar viendo qué siente la gente, qué cosas están pasando en cad lugar del territorio. Con Nacira Muñoz (su vicepresidente) tenemos una política de estar cerca de las experimientales porque nos permite tomar mejor las decisiones que estando en Buenos Aires. Estar en el territorio nos permite interpretar las situaciones de otra manera”.
Cabe destacar que este Presidente tuvo su formación en la estructura laboral del INTA, desde 1997 y asumió en febrero de 2022 el actual cargo. “Además yo soy productor agropecuario (de caña de azúcar) y son cosas que se ayudan a poder interpretar qué es lo que se necesita. Tener el conocimiento fuerte de la estructura y poder conocer la idiosincracia de la institución ayuda muchísimo”, entiende sobre el vínculo cercano que se muestra con la planta profesional de INTA y la forma de responder a los requerimientos planteados.
Garmendia comentó los aspectos más salientes de la mejora salarial, que le pusieron fin a reclamos y paros nacionales de la fuerza laboral del Instituto. “Conseguimos una suma fija de 30 por ciento y también un incremento del 30 por ciento del salario bruto”, remarcando que los sueldos trepan al 40 por ciento y en las categorías más bajas se lograron ajustes de casi el 60 por ciento.
En este sentido destacó que “ha sido un apoyo muy importante que hemos tenido del Ministerio de Economía”, haciendo referencia a que “el salario del INTA se había deteriorado mucho, sobre todo en los años 2018 y 2019, con una pérdida de casi el 38 ciento. Eso nunca se logró revertir hasta hace dos jueves y la verdad es que hay una alegría muy importante”.
Sobre el jaqueo del sistema operativo del INTA a nivel nacional, que dejó fuera de actividad a los servicios externos como es el casa de mapas, estaciones meteorólogicas, calculadoras de variables, radares, entre otros, sino que también afectó las tareas habituales de la institución durante aproximadamente un mes, también se manifestó.
“Este martes pudimos reestablecer el sistema de administración, que es una parte troncal muy importante; y esperamos que esta semana podamos empezar a trabajar normalmente en todos los lugares”. Indicó que “fue un proceso que hemos tomado con mucha responsabilidad por ser tan complejo”, porque en las 380 unidades a nivel nacional, en sus 55 experimentales y las más de 4.200 computadoras se procedió a una limipieza de cada una para evitar nuevos problemas similares.
INTA tiene comprado el material para aumentar la capacidad de los repositores digitales, “para tener un manejo más fuerte en casos de ataques” similares por parte de organizaciones criminales dedicadas a estas acciones.
Mariano Garmendia estuvo acompañado por Alejandro Longo, el director del Centro Regional Santa Fe del INTA; y por el titular de la EEA Rafaela, Jorge Villar, continuando con el recorrido que inició en la capital provincial y en la EEA Oliveros durante la jornada del martes.
Cabe destacar que la semana pasada tuvo una decisión polémica al ceder fracciones de predios ubicadas en el Centro Nacional de Investigaciones Agropecuarias (CNIA) - INTA Castelar. Fueron 14 hectáreas para la Universidad Nacional de Hurlingham, 9,2 ha. al desarrollo del plan Procear; y finalmente 11 ha. para la provincia de Buenos Aires, según el requerimiento de la Municipalidad de Hurlingham.
La justificación se dio en torno a la cercanía de la urbanización con el centro que posee el INTA, para poder mejorar el vínculo de lo urbano y lo rural. Si bien no convencen las explicaciones, Garmendia intenta acercar posiciones sobre el tema y llama a un mejor diálogo interinstitucional para comprender las actividades de ambas partes, a pesar que las políticas locales pocas veces sepan acompañar a los sectores productivos con la consideración que si lo hace el Instituto.
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