Por Elida Thiery - La desorientación del Gobierno nacional no es novedad, sin embargo no deja de sorprender.
El miércoles en Todo Láctea el Secretario de Agricultura de la Nación tiraba como ínfima posibilidad que se pueda extender el programa Impulso Tambero. Aquella intención manifestada el 6 de enero que tardó dos meses en empezar a llegar a los productores y que actualmente tiene pagadas dos de cuatro cuotas, para entregar una suerte de compensación de hasta 2,4 millones de pesos por productor.
Segmentada para chicos e intermedios, la medida se retrasa aún más con la inflación y no podrá revertir el impacto económico, ni climático vigente.
Como apareciendo de una nebulosa, Juan José Bahillo decía ayer “estamos evaluando una quinta cuota y me permito ser optimista; y evaluando una actualización también del monto”. Cuando un funcionario blanquea una idea es que esto ya viene siendo tema de charla, pero lo notable es que ni siquiera lo quiera vender como un gesto propio, una acción concreta de su gestión. Hablar en las tinieblas de la imaginación no sólo lo perjudica a él en sus ambiciones políticas, sino que también afecta a los propios productores para los que se orienta una medida.
Esta ceguera de un Ejecutivo que por el sector lechero no hizo nada positivo, que no puede mostrar logros propios y que manoteó compensaciones para no hundirse más a poco de llegar el tiempo de las urnas, que vale destacar que redobla anuncios en un programa en el que “estamos a la mitad del camino” como dijo el Secretario.
Fuera de su lugar impostado de calma, este jueves en un acto en Navarro, provincia de Buenos Aires, Sergio Massa salió a repartir dinero de todos, tarde, mal y que se pagará vaya uno a saber cuándo en el medio de frases que hicieron trascender el evento. “No nos entra un quilombo más, necesitamos orden político para que haya orden económico”, que lo dijo el titular de Economía, pero que bien podría manifestarlo cualquier productor agropecuario, pero sobre todo los tamberos.
Evaluando si será candidato a Presidente en medio de esta convulsión de una Argentina con casi la mitad de sus habitantes por debajo de la línea de la pobreza y a horas de conocerse el número oficial de la inflación del mes de abril, Sergio se acordó que a los productores afectados por gripe aviar hay que pagarles los animales sacrificados.
Anunció este jueves el Plan Aviar, por $7.500 millones destinados a asistir a productores avícolas comerciales y de traspatio.
Del mismo modo, con unas Holando de fondo en un montaje escenográfico que parece más al de la oposición que al del oficialismo, una vez más, anunción con Bahillo presente que habrá una quinta cuota de Impulso Tambero, a partir de un fondo de $2.756 millones, que según el parte oficial “aliviará la situación de las y los productores de leche ante la sequía y las condiciones macroeconómicas que impactaron sobre el costo de producción”.
Con lenguaje inclusivo y todo la explicación es que este que sería un quinto pago, sin fecha cierta de concresión, contempla “una actualización de los valores del beneficio para asistir a los productores afectados por la sequía y las condiciones macroeconómicas que impactaron en el costo de producción”.
Sería entonces el pago de compensaciones de 20 pesos para los productores de hasta 1.500 litros por día y de 15 pesos para los productores de entre 1.501 litros y cinco mil litros.
Los de 5.001 litros seguirán sin ningún tipo de contemplación, pero se aclaró que para poder ejecutarlo se llevará el tope mensual por productor de 600 a 800 mil pesos.
El populismo lechero de reparto de dinero sigue sin permitir que el productor cobre lo que corresponde por parte de la industria, que sigue teniendo los precios pisados hacia los tambos, en las ventas al comercio, con retenciones, problemas para exportar productos e importar insumos, entre otras cuestiones.
La falta absoluta de atención por parte de quienes toman las decisiones quedó bien explicitada el miércoles cuando el Secretario de Agricultura sólo se reunió con alguna entidad de productores afín políticamente, eludiendo a empresarios pyme que en Todo Láctea estaban esperándolo y no tuvieron espacio en la agenda de su recorrida.
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