Por Elida Thiery (Bichos de campo) - A las 11, a las 13 y a las 17:30, tres veces por día se ordeñan cuatro vacas Holando en el Salón Ocre mantienen viva a la lechería en la exposición rural de Palermo. Con ocho terneros que usan un alimentador automático muestran durante todo el día cómo se produce leche, desde el comienzo en este eslabón primario y acercan de una manera directa a la lechería con sus consumidores en la ciudad, incluso exhibiendo a un robot ordeñador.
Una actividad tradicional y fundamental no tiene secretos en un Rincón Lechero que fue pensado para que el sector no esté ausente en el segundo año consecutivo sin jura en la pista.
Como lo contara semanas atrás Bichos de Campo, esta iniciativa estuvo basada en la inquietud del propio Nicolás Pino de tener al sector presente, a pesar de la ausencia en la arena de Palermo. Fue así que un grupo de voluntariosos protagonistas del sector se unieron para concretar esta alternativa.
“Confiaba en un equipo que no me defraudó” dijo Flavio Mastellone, que como productor y no como industrial, fue convocado por el Presidente de la SRA para encabezar la iniciativa a la que se sumaron solidariamente la empresa De Laval, Produgenes, Nutralmix, el acompañamiento de la Asociación de Criadores de Holando Argentino, pero sobre todo del tambo La Luminaria S.A. que aportó los terneros y del productor de Tandil, Jorge González, que de su tambo San Jorge trasladó a las cuatro vacas que producen todos los días y ayudan a difundir la actividad ante una tribuna de visitantes espectantes y curiosos.
“Ojalá seamos inteligentes como cadena, vamos a defender nuestro sector” dijo entusiasmado con la repercusión positiva del encuentro el propio Mastellone que fue de alguna manera el impulsor del trabajo que se hizo con el aporte de todos los componentes de cada empresa. “Hay que entender que sin esfuerzo no vamos a lograr nada”, animando a generar más encuentros como este, más trabajo colaborativo para salir de una situación en la que como sector y más allá de la coyuntura, “estamos muy mal”.
Presente en el pabellón Blanco donde el lunes por la tarde se presentaron charlas sobre “El futuro de la lechería y el bienestar animal”, el propio Nicolás Pino agradeció haber tomado el desafío de generar un espacio para “una actividad golpeada por cierta manera de gobernar a la Argentina en los últimos años”. Sin embargo explicó que “el país está siendo testigo de un cambio, no sólo político, sino generacional”, “tenemos que darnos cuenta que es responsabilidad nuestra ver cómo queremos que sea el país para adelante”, saliendo un poco de la individualidad que caracateriza a las actividades productivas, para dar un paso adelante para integrar objetivos y valores comunes.
“Discutiremos el precio de la leche, que es un tema de negocios, pero todos tenemos que apuntar a tener una lechería bien pujante” y es por eso que este año la SRA apostó a mostrar y tener presente al sector.
Cada animal, al detalle
En
este marco de encuentro, las charlas brindadas sirvieron para poder
mirar hacia adelante en la producción primaria, entrando en la
genómica y la tecnología como dos herramientas clave de la
sustentabilidad.
Como
responsable de ST Genomics y de Produgenes, el médico veterinario
Alfredo Castro habló ante un auditorio completo sobre “test
genómico y avance genético” en el ganado lechero.
La
necesidad de producir más alimento para seguir combatiendo a la
causa número uno de muertes en el mundo, con la presión ambiental
por delante, los productores de leche desde 2009 pasaron a tener
acceso a los marcadores genómicos de toros seleccionados, con
resultados basados en muestras de ADN. A partir de esto las hembras
se comenzaron a seleccionar a partir de la fertilidad, la longevidad
y el manejo general en los rodeos.
Con
la necesidad de crecer en los sólidos de la leche, de bajar los
costos y la demanda de alimentación, se debe enfocar una selección
minuciosa, partiendo del dato que el 51 por ciento de los costos de
producción en el tambo corresponden a la alimentación. Para esto la
genómica contribuye en los tambos con la evaluación, con bajos
costos, seleccionando mejor a los toros, mejorando la inversión en
crianza, justificando el uso de semen sexado en las mejores vacas y
con la utilización de software para el apareamiento genómico, para
optimizar las caracterísiticas buscadas y reduciendo los efectos
negativos de la consanguinidad.
Actualmente
en Estados Unidos el 30 por ciento de los terneros son producidos a
partir de genomas. Es así que se comenzaron a hacer estudios sobre
la reducción en el consumo de alimentos para la producción de
leche, que pueden llegar al 15 por ciento del total o de manera más
significativa en el agua, con menos en la emisión de metano.
“Los
animales eficientes consumen menos” dice Castro, ya que la
secuenciación del ADN permite evaluar más de seis millones de
marcadores. “La genética define las características y el genoma
intenta correlacionar las características del animal”, asegura.
Cada
productor debería saber dónde está ubicado su rodeo lechero, para
poder ir definiendo como avanzar, con animales más longevos, más
sanos, que aumentan la utilidad, disminuyen el impacto ambiental con
menor huella de carbono, entre otros aspectos.
En
nuestro país hay más de diez mil hembras testeadas, de 70
productores que permiten mostrar resultados y confirmar los avances.
Para Castro “el aumento en el uso de la genómica como herramienta
de trabajo viene despacio, pero ya es una realidad. Creemos que
durante 2023 podemos crecer en datos genómicos en un 50 por ciento”,
no sólo a partir de la iniciativa de empresas privadas, sino también
por la motivación de instituciones.
En la Inteligencia Artificial
José
De Nicolás, es responsable de márketing de la empresa De Laval en
Argentina y Latinoamérica y en el evento habló sobre “el
bienestar animal y su relación con los factores de producción”.
Comenzó
argumentando que “todo el potencial que les estamos dando a las
vacas a través de la genética y la alimentación tiene una
limitante que es el estrés”, es por eso que en los casi diez mil
tambos de Argentina y con el 43 por ciento de la producción
concentrado en el diez por ciento de las unidades productivas queda
demostrado que la intensificación tiene desafíos como lo son el
aumento de la producción individual, mayor exigencia en los
rendimientos, más efecto del estrés térmico y físico, cambios en
la prevalencia de enfermedades y se disminuye la inmunidad.
“La
vaca tiene un desafío ambiental más grande cuando está en los
corrales que cuando está en el campo”, que derivan en cuestiones
ligadas a la sanidad.
El
bienestar tiene una componente de ética, de aspectos legales, pero
también ambientales. En el mundo sólo el 30 por ciento de la
producción, que son 265 mil millones de litros de leche al año,
reportan datos sobre parámetros de sustentabilidad.
La
Organización Mundial de Sanidad Animal define cinco libertades para
los animales, no tener hambre y sed; de no sufrir incomodidad; no
tener miedos, ni angustias; poder expresar su comportamiento normal;
no tener dolor, lesiones, ni enfermedades. Cuando se altera el estado
de confort se activan procesos bioquímicos que pueden terminar en
una enfermedad por la liberación de más cortisol, siendo la
mastitis y los problemas podales los que mayor pérdida económica
generan.
Trabajar
con equipos de ordeño normatizados es lo que corresponde. Los
retiradores de pezoneras están en el 20 por ciento de los tambos
argentinos y eso colabora mucho en evitar el sobre-ordeño.
Actualmente
los sensores, la inteligencia artificial, además de las diferentes
tecnologías y herramientas permiten una medición más completa de
la actividad y la producción. Más allá de los robots, se percibe
un cambio en las instalaciones de los tambos que está acompañado
por la generación de datos sobre muchas variables. “Todos esos
miles de datos van a la nube, hay algoritmos que procesan y dan
reportes para que los productores puedan tomar decisiones. Son
predictivos a partir de la enseñanza que se va generando en la
inteligencia artificial a través de esos datos, por lo tanto no sólo
se va a saber lo que pasó, sino que va a haber reportes con lo que
va a suceder en cada tambo.
“Esta
es la actividad agrícola-ganadera más noble que existe por una sola
razón, porque producimos el alimento más perfecto de la naturaleza
que es la leche”, por eso hay que conectar al consumidor con la
producción, con el sentimiento, con la emoción que lleva a elegir
cada producto. Tratar bien a las vacas es la clave para lograrlo,
concluyó De Nicolás.
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