Le queda lejos el dólar a 340 a la lechería, pero también los cambios en retenciones

Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - El Gobierno se vale de la mansedumbre de los productores agropecuarios para modificar de manera constante los lineamientos para intentar seguir adelante y así niega medidas que de inmediato se ponen en marcha.
El dólar Agro para el maíz fue rechazado y hoy es una realidad que le hizo disparar de golpe los costos a quienes dependen de este insumo para poder generar carne o leche, por ejemplo.
En un contexto de confusión, de inflación irrefrenable, de tipos de cambio diversos, de anuncios en campaña sobre la salida del esquema de retenciones para las economías regionales, la lechería se vuelve a plantar en una situación de plegaria para no seguir hundiéndose.
Hay dos situaciones que corren en paralelo, conseguir entrar en el dólar a 340 pesos siendo economía regional y las diferencias de retenciones dentro de un mismo sector.
Este martes en el Consejo Federal Agropecuario, donde estuvo el presidente Fernández, obviamente que se oyó el lamento del Gobierno y ya no de la producción sobre la sequía y nada se dijo de la forma de desaprovechar buenos precios u oportunidades internacionales para materias primas y productos argentinos. En este contexto se abrió un debate inesperado para al Gobierno.
Aunque en el parte oficial se citaba la presencia de funcionarios de Santa Fe, esto no fue así y en medio de esta nebulosa fue el Ministro de Agricultura de Córdoba, quien tomó la responsabilidad de marcar una materia pendiente que es la definir si la lechería va a ser o no considerada una economía regional.
Sergio Busso habló sobre esto con Bichos de Campo, donde habíamos adelantado a comienzos de abril que los gobernadores de la Región Centro pedían por el tema.
En el Museo del Bicentenario “se habló del Programa de Incremento Exportador y la inclusión de la soja, el sorgo, el girasol y la cebada, pero también hubo una reconsideración para las economías regionales que debería contemplar a la lechería”.
“Los tres gobernadores de Córdoba, Schiaretti; de Santa Fe, Perotti; y de Entre Ríos, Bordet, habían pedido que el Ministerio de Economía y la Secretaría de Agricultura declaren por resolución a la lechería como economía regional, por muchos motivos empezando por el arraigo que genera y teniendo muchas similitudes con la vitivinicultura, por ejemplo, pero nunca nos contestaron”.
Busso entiende a esta actitud que se replicó este martes como “un despropósito, una discriminación que perjudica a una gran zona, a una región muy amplia”, por un motivo que no puede ser más que “caprichoso”.
El funcionario que acompañara esta semana a Juan Schiaretti en su paso por la Exposición Rural de Palermo entiende que “el pedido que hice tiene que ver con la interpretación del sentimiento de la cadena lechera, que es un importante sector que si seguimos esperando se va a quedar afuera de la baja de retenciones y de tener un dólar diferencial”.
A partir de esto Juan José Bahillo se vio en la obligación de proponer a futuro y sin fecha la realización de una reunión en la que se debata el tema, tanto de la economía regional para la baja de retenciones, como la de la inclusión de los lácteos en un dólar acomodado a los 340 pesos. Su propuesta fue la de encontrarse con representantes del Centro de la Industria Lechera y de la Asociación de Pequeñas y Medianas Empresas Lácteas, sin mencionar a la Junta Intercooperativa de Productores de Leche.
Pero en esa suerte de nado arrebatado en el mar de los reclamos, surgió por parte de la representación de Santiago del Estero la inquietud de participar de tal reunión, porque allá donde empieza el subtrópico la lechería también es economía regional de importancia y como parte de Consejo Federal Lechero la provincia quiere intercambiar ideas para llegar a la mejor conclusión.
La alternativa de Bahillo quizá tenga relación con la nota que recibió del CIL ese mismo día, al igual que Sergio Massa, que el secretario de Ganadería, Juan Romero; y el director nacional de Lechería, Arturo Jorge Videla, en la que se le plantea el deterioro que vive la cadena, las presiones para no trasladar costos a los precios al consumo, las limitaciones en el mercado internacional, pero sobre todo la postergación en el acceso a beneficios que agónicamente va otorgando el Gobierno en la búsqueda desesperada de dólares.
No atender la suba de costos que estas mismas medidas le van generando a la producción primaria, a las propias industrias, pero también a los consumidores es lo que se reclama. Un tipo de cambio diferencial segmentado altera los mercados. Según dejaron trascender fuentes oficiales, los empresarios pidieron ser incluídos con todas las posiciones arancelarias lácteas en el dólar agro y retomaron el reclamo de equiparación de los derechos de exportación al 4,5 por ciento, que es el valor aplicable hoy a los lácteos y otros productos, diferenciados por el nueve por ciento de la leche en polvo, que en definitiva son esas retenciones las que terminan pagando los reintegros a las exportaciones.
De tener un poco de idea sobre cómo el sector trabaja, la lógica absoluta sería bajar a cero las retenciones, pero como sacar impuestos es una utopía para este tipo de administraciones, lo más adecuado sería bajar todas los derechos de exportación al 4,5 por ciento, para no generar diferencias por producto; y a la vez eliminar los reintegros, que son una deuda en dólares que se autogenera el Gobierno con demoras de consideración en su pago.
Mientras quizá alguno de los funcionarios con ínfimo poder de decisión pueda pensar en eso, en todos los que estuvieron en el CFA siguen resonando las palabras de Romero en las que sugirió que los productores deberían estar muy agradecidos por recibir el Programa Impulso Tambero II, este subsidio que supuestamente sale del dólar Agro, para intentar contener la sangría sectorial. Este lleva y trae de dinero que se genera en el propio sector confunde, agota, pero sobre todo desincentiva a una actividad genuina, fundamental y tradicional del esquema socio-económico argentino.
El día que se convoque a la reunión para debatir “economía regional si o no” estaremos escuchando y contando lo que suceda, ojalá no sea más allá del 1° de septiembre, ese plazo que rompiendo la veda electoral planteó Sergio Massa en la Rural para que las que están en el paquete eludan las retenciones, esas que para la lechería no deberían existir, o al menos bajarse, equipararse entre todos los productos y escapar de los reintegros que no hacen más que beneficiar a pocos y complicar a muchos.

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