Arrojo, concientización sobre la basura que padecen los productores en los campos

Por Elida Thiery (Bichos de campo) - Productores Unidos de Rafaela nació hace poco más de tres años cuando por un proyecto de Ordenanza local amenazaba con dejar a la improductiva, por la prohibición en el uso de todo tipo de productos fitosanitarios.
La modificación no tuvo el éxito que esperaba una representante del oficialismo legislativo y sostuvo en 200 metros la restricción para las aplicaciones, entonces a partir de ese impacto sobre el que el sector productivo local trabajó mucho se generó un espacio de encuentro para iniciales 26 productores del periurbano.
Este martes, en el marco de la primera asamblea anual ordinaria, ya como Asociación Civil y con 40 productores socios, se presentó una original obra de arte.
“Es un necesario grito de pedido de auxilio y reclamo, parecía la expresión cuando ya no dábamos abasto”, definió Marcos Delfabro, referente y secretario de PUR, al plantear “una problemática que nos aqueja de una manera muy continua y profunda que es la basura, que se arroja en la comarca rafaelina por una porción poco civilizada de nuestra sociedad”.
“El campo se transforma en el fondo, en el aguantadero, aún sabiendo que podemos ser el jardín de la ciudad”, dijo al explicar el padecimiento constante de tener en los caminos rurales y en los campos mismos desechos de todo tipo complicando la producción de todos los días, afectando al área agrícola, pero también matando animales en una zona lechera por excelencia.
“Comarcar es establecer conexiones, vínculos con el entorno y con uno mismo. Creemos que no hay límites entre campo y ciudad, sino conexión, por eso esta propuesta se da como otro disparador para que otras generaciones tomen al campo desde la ciudad como soporte para la expresión”.
El planteo es la concientización, “que quienes hace tantos años que seleccionan la basura para la recolección diferenciada en Rafaela se sientan orgullosos de lo que hacen todos los días, mientras hay otras personas que generan un daño al ambiente, a los animales, a quienes vivimos en la ciudad y en el campo”.
Exponer la problemática de una manera diferente se considera desde Productores Unidos como “un premio para el que hace bien las cosas y para los que no, para que se tome un poco de conciencia”.
Mavi Furlotti fue la artista rafaelina que llevó adelante el proyecto desde que se comenzó a pensar, hace casi dos años, para entender cuál era la problemática y generar una unión, un vínculo a partir de esta forma de expresión.
El proceso creativo se desarrolló durante ocho meses, para “poder fusionar a los distintos elementos, plásticos, goma, alambres, metales, son más de 70 elementos los que están en esta obra surgidos de la basura que los propios productores fueron levantando en sus campos”.
Con la finalidad de llegar a una escultura diferente, explicó durante una presentación pública que “como ciudadana ignoraba la problemática. Adentrarse en el tema, recorrer los caminos y ver lo que esta gente padece todos los días, me movilizó mucho”.
La tarea se inició en con el recorrido de la zona rural, la selección de la basura, andar mucho tiempo entre la basura que muchos llevan lejos de sus casas, pero cerca de la de otras personas. “En volumen habremos juntado la capacidad completa de un contenedor, eso es lo que fuimos seleccionando, para que de ser un desecho pase a ser un elemento posible”.
Todo el material se dispuso en un campo, en un espacio cedido para tal fin y la obra fue surgiendo por la certeza de tener a los pájaros en cada espacio abierto. Un tero con su nido vacío fue el objetivo logrado, también porque esas aves acompañaron el proceso de armado y que están en todos los campos, siendo testigos de todo lo que pasa.
“Tenemos que recapacitar, tomar conciencia del impacto sobre nuestra casa común, no se trata slo de lo visual, sino de lo que la basura hace en la naturaleza y en el entorno de la ciudad´”, explicó Furlotti, reconociendo que “la inspiración está en la catástrofe y lo que yo puedo hacer desde mi lugar. Ese es el llamado, porque todos somos responsables y no podemos ignorarlo”.
Arrojo es el nombre de la obra, tiene un doble significado, por la acción de tirar la basura, pero también por la valentía que se requiere para generar conciencia, para mejorar esta situación, sobre todo en una ciudad que ostenta sustentabilidad y no puede trabajar para prevenir este problema, para mejorar esta situación, tanto la basura en la ruralidad, como tantas otras cosas.
Un tero y su nido vacío hechos de basura, de desechos, representan que así no hay fecundidad, que en estas condiciones no se puede generar descendencia, incluso en un pájaro que se empeña tanto en cuidar a sus crías, que es por estas situaciones que no puede generar más vida.
Un campo demonizado por ciertas miradas, una ciudad sin límites, eso se resume en una escultura que no será estática, sino que será una muestra itinerante que debutará del 21 al 24 de septiembre en un stand en la ExpoRural de Rafaela y la Región, para trabajar en la conciencia y en la visibilización. Después en escuelas de arte y espacios especiales se lo podrá ver para entender el proceso que llevó a los productores de esta entidad a hacer un llamado de atención de manera original para quizá lograr paulatinamente la reflexión necesaria en toda la comunidad.

Comentarios