Por Elida Thiery (Bichos de Campo) - Con un recorrido por la historia de la Cooperativa Láctea Manfrey, nacida el 7 de agosto de 1943, se inició el acto en conmemoración de los 80 años de esta institución del centro-este cordobés que es insignia no sólo del sector productivo, sino del modelo económico que desarrolla.
Conducida por Ercole Felippa y con un amplio mercado nacional y variedad de destinos internacionales, cuenta con una amplia cartera de productos lácteos que surgen de tambos que aportan materia prima de calidad y se procesa la materia prima en una pujante y moderna estructura fabril que distingue a la localidad de Freyre, en el departamento cordobés de San Justo.
Es esta industria láctea que procesa actualmente y a pesar del impacto de la sequía más de 500 mil litros diarios, el corazón de la localidad desde su planta surgida de la voluntad de interacción de los pioneros tamberos y que demuestra en su modelo de administración resultados positivos que incluso hoy la hacen tener al primer tambo asociativo robotizado del país.
Como desde siempre, sigue habiendo “una comunión de voluntades detrás de un objetivo común”, demostrando estas ocho décadas un hilo conductor intrínseco al factor humano dentro de la organización para su progreso.
“La pasión por hacer fue y sigue siendo el principal combustible” para esta empresa que nuclea a los dos eslabones fundamentales de la lechería, “con una clara idea del asociativismo cooperativo, con una compulsión casi religiosa por el trabajo, la vocación por el ahorro y un enorme compromiso hacia el futuro, aunque la tarea no es fácil”.
Felippa explicó ante un auditorio frente a la planta que “un año de facturación de Manfrey, con el resto de las actividades locales, tenemos PBI per cápita a la altura de los países más desarrollados del mundo en la ciudad”.
“Seamos conscientes de la enorme transferencia de recursos que se hacen desde el interior profundo y que ni siquiera llegan en obras de infraestructura”, destacando en su momento la incansable gestión de las obras de gas que no sólo llegaron para cambiar el rumdo de la empresa hace años, sino que beneficiaron a toda la región donde se desarrolla.
Remarcando que con una inflación promedio del 144 por ciento en los últimos años, llamó a “dejar atrás 90 años de decadencia”, para lo cual hay que plantear consensos básicos para sentar el crecimiento y un verdadero desarrollo económico, además de “terminar con esta maldita grieta”.
“No podemos olvidar en una agenda, generar las condiciones para que podamos recuperar los valores que alguna vez nos identificaron como sociedad”.
Apuntó a las consecuencias de la sequía en lo productivo, pero también desató que “tenemos que enfrentar medidas que se dictan y afectan de manera muy negativa a la estructura de costos de la producción de leche”, generando enormes distorsiones en toda la cadena, sobre todo con “políticas de precios para el mercado interno, que demostraron una vez más que no son efectivas a la hora de controlar la inflación”.
“Tenemos un enorme potencial, para abastecer plenamente al mercado interno y parte de la demanda global. Para eso tenemos que generar las condiciones, para que cada productor produzca con rentabilidad, que le permita incorporar tecnología, invertir y mejorar la calidad de vida. Es necesario revisar las políticas de derechos de importación y los reintegros a las exportaciones”.
Del mismo modo y compartiendo su función como presidente del Centro de la Industria Lechera sostuvo que “no podemos seguir hablando de ordenamiento del sector con semejante nivel de evasión, con una fuerte distorsión en los mercados”. Los dichos de Felippa tienen sentido al entender que la Cooperativa acaba de perder un tambo que aceptó entregar en otra empresa que le paga la mitad de la leche cruda en negro y así la deja con 99 socios.
“A este potencial lo vamos a aprovechar si cada eslabón aporta a una agenda postiva que nos permita superar a las actuales dificultades, con el empleo como el mayor factor que genera efecto derrame”. Auguró Felippa que este aniversario lo animan a “seguir apostando en este vertiginoso caminos de aciertos y errores. No bajemos los brazos, no caigamos en el desánimo, porque el horizonte siempre se encuentra en el mismo lugar, poder llegar a él depende de las decisiones de todos los días”.
En el acto tomaron la palabra además del intendente local, los ministros cordobeses de Industria y de Agricultura, Sergio Busso, además de destacar lo que Bichos de Campo publicaba días atrás “es una vergüenza que la lechería no sea declarada economía regional para que salga del esquema de retenciones”, sino que también remarcó que sólo con las exportaciones de Manfrey, a los tamberos y trabajadores de la cooperativa se le esfuman tres millones de dólares por año.
El festejo tuvo la presencia de autoridades provinciales, nacionales y locales, destacándose Martín Llaryora como gobernador mediterráneo electo, pero sobre todo de trabajadores actuales y jubilados de una planta que este lunes se enfocó en el festejo, pero que mañana a las 8, a las 12, a las 14 y a las 16 cuando suene el silbato de la fábrica como una tradición que ya no marca el cambio de turno, sino que ordena los horarios de los freyrenses, los trabajadores sentirán orgullo de seguir haciendo productos de calidad y que a pesar de las alternativas nacionales hacen mejor a su localidad y a su región, así como los tamberos y las vacas seguirán desafiando a la naturaleza y a la política para fortalecier a una lechería que no se rinde.
El número del aniversario se replicó en una plantación de algarrobos, como especia autóctona, en el tambo asociativo y también se inauguró un mural realizado por la artista local, Daniela Godino, donde está representada la materia prima, la cadena productiva e industrial hasta llegar al consumidor representado en una niña con un vaso de leche.
Se reconoció a los anteriores presidentes de la cooperativa y en representación de ellos recibió una placa conmemorativa Marcelino Beltramino. También se descubrieron unas placas en el ingreso a la planta para conmemorar el aniversario, ocasión en la que estuvo Héctor Ponce, el titular de ATILRA.
Así, los 80 años de Manfrey son la demostración de una convicción, de seguir adelante con una pasión que sólo el sector conoce.
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